ANALIZAN EL IMPACTO AMBIENTAL DEL PUENTE ROSARIO-VICTORIA.
La presencia del puente con Victoria ya comienza a impactar en la zona de Rosario. Y, en este sentido, el intendente de la ciudad santafesina, Hermes Binner, y la secretaria de Gobierno de Granadero Baigorria, Silvia Ferruccio, en representación del intendente Humberto Sdrigotti, expusieron el proyecto del Parque Regional Cabecera del Puente. La iniciativa busca convertir el sector de 38 hectáreas, próximo a la cabecera del enlace, en un parque forestado y una playa que, según esperan, pueda quedar habilitada para la próxima semana.
En el mismo sentido, existe un proyecto del Parque Nacional Alto Delta, que es una iniciativa que ya ha sido elevada a la Nación y que pretende resguardar el hábitat natural en la zona de islas por donde pasa la traza de la conexión física.
AIRE PURO. Se trata de una iniciativa del Colegio de Arquitectos de Rosario para realizar un parque en 38 hectáreas que comprenden tierras que pertenecen a ambos municipios: Rosario y Granadero Baigorria.
El futuro parque público estará delimitado por el sector norte del Municipio, el río Paraná, la línea sur de la edificación de la avenida Circunvalación, la actual rotonda sobre bulevar Rondeau y el límite de edificación este de esa arteria hasta el límite norte de la Comuna. Esto implicará construir del lado sur una rampa que conecte con Costa Alta y el paseo del Caminante. Al mismo tiempo se espera diseñar una senda peatonal que corra a la par de la playa pública hasta llegar a la Rambla Catalunya.
Por su parte, la empresa Puentes del Litoral S.A. forestará la zona y transformará la playa de maniobras de la concesionaria en un balneario que podría estar afectado para el próximo verano y que sería administrado por el Ente Turístico de Rosario.
ENTIDADES AMBIENTALISTAS. Por su parte, la Asociación de Entidades Ambientalistas de la Cuenca del Paraná, recordó que desde hace cuatro años la institución viene advirtiendo sobre “los riesgos y problemas que presentaba el tipo de construcción para hacer el puente Victoria-Rosario”.
Esta aclaración surgió como respuesta a las declaraciones vertidas por el representante del Foro Ecologista de Paraná, Alberto Kipen, quien también hizo referencia a los riesgos que corría el citado viaducto. Al respecto, con la firma de Pablo Ponce de Paoli y Jorge Bergman, presidente y secretario respectivamente, la Asociación de Entidades Ambientalistas de la Cuenca del Paraná redactó un escrito en el que señala que en su momento (hace cuatro años), junto a los demás integrantes del grupo, la entidad informó al respecto al entonces secretario de Obras Públicas de la provincia, Francisco Taibi.
OBSERVACIONES. Según se indica, las objeciones que se pusieron en conocimiento de las autoridades y tenían que ver con la cantidad de terraplenes y su forma de construcción —que significaban la construcción de una represa de 60 kilómetros de largo, tres veces más grande de lo que se pensaba construir a la altura de la isla Chapeton, mejor conocida como Paraná Medio—, la cantidad de aliviadores de esa traza eran insuficientes, tan sólo el 10 % del total de la obra, por lo que se corría el riesgo de que ocurriera un desastre similar a lo sucedido en la ruta 168 en la década del ‘80, que tuvo que ser volada en parte para que el agua pueda escurrir.
Según se destaca en el texto, “la ingeniera Liliana Cuenca, una de las máximas responsables desde la parte oficial, siempre lo negó, pese a que los estudios hidráulicos eran más que suficientes”. Sin embargo, se destaca que “un ex director de esa Dirección provincial nos indicó que muchos de los informes fueron ocultados, o bien fraguados, para conveniencia de la empresa constructora y de no saben quien más”.
Asimismo, aclararon desde la entidad que “esta no es la primera vez que informan de lo que puede llegar a suceder, si las condiciones climáticas empeoran, o sea que El Niño se torne un poco más virulento”.
“Aprovechamos los hechos acontecidos a nuestros hermanos santafesinos, para reiterar esta denuncia”, se indica e invitan a “imaginarnos un mar de agua de un ancho de 60 kilómetros, con una velocidad superior a los 8 kilómetros por hora y un paso de agua de más de 30 millones de litros por segundo”.
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