Aseguran haber visto un ovni en un campo de Entre Ríos
El hombre, quien pidió reserva de su identidad, posee un puesto de papas en el Mercado de Concentración de Fisherton y cuando tiene tiempo visita a un amigo que en un campo en la localidad entrerriana. Luis, oriundo de General Lagos, le contó a La Capital que no es la primera vez que ve un ovni, aunque reconoció que esta vez tuvo mucho miedo.
Luces en el cielo
“Viajo con frecuencia a Entre Ríos por mi trabajo y me hice de grandes amigos. Esta es la cuarta vez que veo luces extrañas en el cielo entrerriano, pero nunca de tan cerca. Para desenchufarme un poco fui este fin de semana con mi hijo Guillermo, a “El Rancho”. Lo que vivimos los dos, más el puestero del campo nos dejó pasmados”, confesó.
Luis agregó que cuando estaban bajando algunas cosas de su camioneta vieron una luz que se acercaba a la estancia. “Eran las 9 de la noche y bajábamos algunas cosas para ir al pueblo a cargar combustible. Vimos una luz que se acercaba hacia nosotros y le dije al puestero, que se llama Guillermo Jorjato, si esperaba a alguien. Me dijo que no. La luz venía por el medio del campo y no por el camino. Nos quedamos mirando para ver de qué se trataba”, dijo el productor.
Sobre el tanque de agua
“A unos 300 metros de nosotros hay un molino y un tanque australiano con capacidad para 125 mil litros de agua. Cuando llegó al tanque, la luz se elevó y quedó suspendida allí. Pudimos ahí distinguir claramente que era una nave con forma de plato invertido. Era del doble del tamaño del tanque, unos 25 o 30 metros, calculo. Tenía luces rojas, verdes y grises que giraban pero sin emitir sonido. Mi hijo quería ir a la casa a buscar una escopeta para tirarle a la nave pero se lo impedí. Qué podíamos hacer con un arma ante esa ostentación de tecnología”, se preguntó.
En ese momento el puestero le contó a Luis que nunca había visto luces ni nada que se le parezca, pero que varias veces había hallado el tanque vacío de la noche a la mañana, sin encontrar rastros de neumáticos ni agua derramada en las inmediaciones. “Después de un ratito suspendido sobre el tanque, el aparato se fue hacia arriba a una velocidad impresionante. Sólo escuchamos un leve sonido, pero no de motor sino de fricción, como una “Z” larga. Cuando llegó a una altura que no puedo imaginar se escucharon 2 pequeñas explosiones, parecían cohetes. Supongo que eso se produce al romper la barrera del sonido”, reflexionó.
Estaba con agua
“Al otro día fuimos a ver el tanque. Estaba lleno de agua. No sabemos por qué motivo esta vez no se llevaron el agua. Le habrán leído el pensamiento a mi hijo y se asustaron”, ironizó Luis, aunque reconoció que en ese momento tembló “como una hoja”.
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