Belleza de verano
Sol, calor, mar, pileta. La temporada exige no poner pausa a los tratamientos de belleza habituales pero, además, sumar algunos ajustes específicos y evitar los errores más frecuentes.
Cara
En todo el año, pero sobre todo en verano, el protector solar es el aliado indispensable; hay que colocarlo antes de salir a la calle, incluso cuando no se planea una exposición solar directa. El tema es que, para evitar el exceso de cremas que engrasan la piel, muchas mujeres suspenden los tratamientos habituales y después de la limpieza, pasan directo al protector. “Es un error clásico. Hay que continuar con la rutina porque en verano la piel está más castigada. En todo caso, si se siente la piel oleosa o transpirada, se pueden elegir texturas más ligeras dentro del mismo tratamiento”, aconseja Graciela Mendoza, formadora de Lancôme. En lugar de leche de limpieza, gel o espuma, se pueden usar texturas fluidas o tipo gel.
Claro que en verano hay sustancias a evitar, como el ácido retinoico, la vitamina C y la hidroquinona. Para no volverse loca descifrando etiquetas, la Dra. María Carolina Schneider, especializada en estética, recomienda “suspender todas las cremas y tratamientos antimanchas”. Y si de incorporaciones se trata, vale la pena sumar algunas mascarillas. “Son ideales las hidratantes, con ácido hialurónico, minerales y aloe vera; las purificantes, de arcilla, y las enzimáticas, que evitan manchas y se aplican después de estar al sol”, indica Schneider.
La exfoliación, otro ABC para una piel saludable, también sigue vigente, aunque con algunas salvedades. “Si la piel está enrojecida o irritada por el sol debe evitarse”, explica Mendoza. Otra clave es “elegir exfoliantes específicos para rostro y realizar movimientos circulares en forma suave. Además, no hay que excederse, una piel oleosa necesita exfoliarse una vez por semana, y una seca o sensible, cada 15 días”, señala la especialista.
En materia de make-up, al igual que durante el resto del año, en verano las favoritas son las bases líquidas, ya que logran un efecto natural y liviano. “Encima vienen en versiones oil free y de larga duración para que resistan más el calor”, señalan Diana Brandt y Analisa Maculan, make-up artists de L’Oréal Paris.
Si la idea es ir a lo más fácil, “hay que elegir las BB cream o los protectores solares con color, son ligeras, emparejan el tono de la piel de manera natural y se colocan como cualquier crema, con los dedos”, recomiendan las expertas.
A diferencia de lo que suele creerse, el polvo no absorbe el sudor, “en realidad empasta”, explica Bettina Frumboli, Make-up artist de Lancôme, “solo se puede usar de noche para fijar el maquillaje”, añade la experta.
En verano se usan con más frecuencia las máscaras de pestañas waterproof, pero deben utilizarse con cautela, “no son para uso diario porque pueden hacer daño, hay que alternarlas con las lavables y para retirarlas usar demaquillantes bifásicos”, explican Brandt y Maculan.
Pelo
Se sabe que el agua de mar y el cloro de la piscina son enemigos del cabello, pero algunos trucos pueden ayudar a que sufra menos. “Antes de entrar a la pileta hay que mojar el pelo con agua de la canilla, de esa manera el pelo absorbe menos cantidad de cloro”, indica la estilista Bebe Sanders.
También es importante enjuagarlo al salir del mar para eliminar los restos de arena, ya que resecan el pelo.
Por supuesto, las cremas sin enjuague son un must en el bolso playero, “logran que el pelo no quede tan seco”, señala Sanders.
Al llegar a casa, los cuidados continúan. “Para lavarse es mejor elegir champús suaves con pH neutro y suplantar la crema de enjuague por un baño de crema. Los mejores son los baños de silicona porque hidratan muchísimo y actúan contra la resequedad”, indica Sanders.
En cuanto a la ingesta de vitaminas para reforzar el cabello y favorecer su crecimiento, la Dra. Schneider advierte: “Si bien dan buenos resultados deben ser prescriptas por un profesional. Además, se toman por períodos de dos o tres meses, y después se descansa”.
Cuerpo
El verano tiene sus pros y sus contras a la hora de mantener un peso saludable; por un lado, las altas temperaturas provocan preferencia por los alimentos livianos, como frutas y verduras, pero también es cierto que durante las vacaciones la alimentación cambia para peor: se sale más a comer afuera, se bebe más de lo habitual, etc. La clave está en la moderación y en hacer algunas elecciones inteligentes, como reducir la ingesta de alcohol.
Y, pese a que hace calor y la piel puede llegar a sentirse pegajosa, no hay que prescindir de las cremas corporales. Al igual que con las faciales, la solución pasa por buscar texturas más livianas.
Los anticelulíticos también siguen vigentes, “en verano se recomienda dejar su uso para la noche, y siempre hay que aplicarlos con un masaje ascendente de tobillos a muslos”, explica Schneider. Además, es posible realizar algunos tratamientos de cabina anticelulitis y antiflacidez, como Venus Freeze y radiofrecuencia octopolar, que no tienen contraindicaciones específicas en verano.
Para que la piel luzca radiante hay que exfoliar, “dos veces por semana y después de hacerlo, hay que aplicar hidratante”, recomienda Schneider.
Hidratación
Pieles secas, oleosas, mixtas, normales, sensibles; todas son diferentes, pero tienen una necesidad común: la hidratación. Y más en verano, ya que el sol, el viento y el aire acondicionado favorecen la pérdida natural de agua. El primer paso para rehidratar la piel es ir de adentro hacia afuera, es decir beber dos litros de agua, o más, por día y elegir alimentos con buen nivel de aporte hídrico, como sandía, pepino y tomate. En cuanto a cremas, se recomienda combinar hidratantes, que restauran el agua de la piel, y humectantes, ya que funcionan como barrera e impiden que la humedad se evapore. Entre los principales activos hidratantes está el ácido hialurónico. Se puede aplicar en cremas o inyectarse, “se coloca en rostro, cuello y la V del escote para una hidratación profunda y duradera”, indica la Dra. María José Pelli, especialista en dermatología. El agua termal también ayuda, “aporta minerales, protege a las células de los radicales libres, descongestiona y refresca”, señala Schneider.
La hidratación debe ir de la cabeza a los pies, con especial atención en zonas sensibles, como los labios. Antes de exponerlos al sol, hay que usar protección con filtro solar y después utilizar bálsamos específicos.
Este contenido no está abierto a comentarios