Carina Zampini: “Es un reality que va a ser recontra picante”
La actriz vuelve a probarse en la conducción, esta vez al frente de un ciclo junto a Marley y habló sobre este nuevo desafío llamado “Despedida de solteros”.
La propuesta de Despedida de solteros va más allá que la de muchos realities que vimos porque su objetivo es ver qué tan fuerte puede ser el vínculo de una pareja cuando sus integrantes deben separarse, convivir y competir con personas de su mismo sexo y del opuesto. En este nuevo ciclo de Telefé, que estrena hoy a las 22, la dinámica es muy sencilla: doce parejas son dividas y los integrantes de cada una son llevados a distintas casas.
La estructura de Despedida de solteros pone el acento en lo prohibido y en descubrir si esas parejas son frágiles y ceden a la tentación o si toleran la distancia a lo largo de cuatro meses con el objetivo de consagrarse ganadores. Los conductores del programa, Carina Zampini y Marley , charlaron con La Nación sobre este nuevo formato y los riesgos que supone una convivencia tan particular.
Para Carina, que luego de hacer Morfi junto con Gerardo Rozín se afianzó notablemente en la conducción, la llegada de Despedida de solteros supone un nuevo paso en su carrera, aunque esto no quita su amor por la actuación.
-¿Qué expectativas tenés para este nuevo reality?
-Expectativas todas. En lo personal, es un nuevo desafío que estoy asumiendo después de haber tenido mi primera incursión en la conducción en Morfi y es un desafío que me genera mucha expectativa. Esto, es otro formato, es uno que tengo que aprender a hacer con la tranquilidad de que está Marley que lo sabe hacer muy bien.
-Vos venís de una escuela que fue la de Gerardo Rozín y ahora vas a otra escuela, que es la de Marley, ¿qué diferencias pensás que encontrarás?
-Más allá de la escuela de Gerardo o de Marley o de quien fuere, son dos programas y formatos absolutamente diferentes y en horarios absolutamente distintos, entonces todo se modifica. Creo que el único nexo común es que yo soy yo, y yo hago de mí, entonces eso estuvo en Morfi y también va a estar acá.
-¿Cuál sentís que es el ingrediente que le diste a Morfi, y cuál pensás que será el que le vas a aportar a Despedida de solteros?
-Tal vez esto que te decía de mi autenticidad, de cierta naturalidad y cosa no impuesta. Eso, me parece que estuvo en Morfi y que también va a estar acá y lo que sí también voy a poder explayar más en este programa es una mirada más emocional porque este es un reality que va a tener de todo: va a ser recontra picante, recontra caliente, pero también va a ser muy emocional, va a ir de cero cien, pasando por los celos, las inseguridades, las angustias, las soledades, el extrañar, las incomodidades… todo les va a pasar [a los participantes]. Y vamos a interrelacionar nosotros con los participantes y, ahí, yo creo que voy a poder dar un poco mi mirada personal, sobre cómo yo me manifiesto o cómo yo me relaciono con respecto a los vínculos.
-Seguramente, cada casa será un mundo de sensaciones, ¿qué esperás ver y qué no te gustaría?
-No me molesta en absoluto ver una cuestión hormonal que quede expuesta en el programa, eso forma parte de la propuesta. Creo que se me va a hacer más difícil de sostener la parte en la que ellos flaqueen, donde ellos se sientan desahuciados o desvalidos. Ver alguien que está sufriendo por algo o percibiendo una situación de una manera que lo pone en un lugar de sufrimiento, me parece que me va ser peor que ver una relación sexual.
-¿Vos hubieras entrado a un reality así con alguna pareja?
-Te voy a repartir la pregunta en dos partes. Yo creo que no hubiera participado nunca de un reality porque soy una persona de perfil muy bajo. Ahora bien, si me metiera en un reality de pareja, creo que lo que menos me molestaría a mí sería lidiar con los celos, con la inseguridad, porque yo soy muy fiel, soy muy segura de mí misma, tengo mis convicciones, me mantengo en calma. Creo que sería una buena participante.
-¿Y la actuación está en una pausa o tenés ganas de retomar ese camino?
-Yo empecé a actuar a los nueve años, eso siempre está ahí, latente, es parte de mi vida. La oportunidad de conducir fue algo que se me presentó en un determinado momento, en donde estaba preparada para abordar un desafío que podía tener resultados no positivos. Yo estaba preparada para saber qué hacer con eso y asumir que hay cosas que puedo no saber hacer y que puedo no aprender nunca y desde ese lugar me expuse a tratar de aprender algo que no sabía hacer, pero que me divierte. Me divierte hacer el vivo, no me estresa, no me pesa, lo disfruto muchísimo, lo seguiría haciendo a través del tiempo, pero definitivamente voy a volver a actuar. Son caminos que van en paralelo y que están siempre conectados.
-¿Qué riesgos sentís que asumís con la temática de Despedida de soltero?
-Tal vez que el público es otro. Al estar en un horario tan opuesto a Morfi, el público es diferente y la mirada también.
-¿Y las zampinitas van a estar ahí?
-Siempre. Mis seguidoras siempre están, ellas son de una fidelidad absoluta, más allá de que son muy intensas. Yo les digo todo el tiempo “ustedes no están bien” y se me ríen. Ellas aprendieron, y aprendimos, mutuamente a entendernos, a conocernos y a respetarnos, ellas respetan mucho mi manera de vivir, mis privacidades. En algún momento, iban a la puerta de mi casa en Haedo y yo les expliqué que no era una posibilidad que saliera a atenderlas porque ese era el único espacio que reservaba íntimo para mí. Pero todo lo hablamos y ellas lo comprenden, y la verdad es que son una fuente de energía enorme.
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