CASO SCHENONE: LA PRIMERA TESTIGO IDENTIFICÓ A CONZI
El primer testimonio del juicio oral ya complicó a Horacio Conzi. Paula Alonso, quien iba junto a Marcos Schenone esa madrugada en que el joven resultó muerto, identificó al empresario gastronómico como el conductor de la camioneta desde la que partieron los disparos.
Algunos de los presentes en la sala del Tribunal Oral Criminal IV creyeron ver en esta parte del testimonio un intento por reforzar la teoría de la inimputabilidad del empresario, que llevan adelante los abogados defensores.
Alonso fue la primera de las víctimas del hecho que se le imputa a Conzi en dar testimonio en el juicio oral y público que comenzó esta mañana en los juzgados de San Isidro. En tanto, el acusado se mostró muy nervioso durante la audiencia.
El dueño del restaurante “Dallas” tenía tics faciales y hacía comentarios a sus abogados. En un momento empezó a aplaudir la intervención de uno de los jueces, Carlos Vales Garbo, y proclamó en voz alta: “!Perfecto, perfecto, ésta señora (por la fiscal Gabriela Baigún) está induciendo!” con sus preguntas a la testigo Alonso.
Después de este episodio, y como Conzi seguía haciendo comentarios por lo bajo, el juez Federico Ecke debió advertir a los defensores, Ricardo Montemurro y Gonzalo Diaz Canton, que “no quiero ningún comentario más del señor y sino lo hago hacer echar de la sala”.
Propuesta de testigo por la fiscalía, Alonso contó que la madrugada del 16 de enero de 2003 fueron a “Dallas” porque Conzi había llamado antes por teléfono a su amiga, Gisella Carabela, y le dijo que ambas iban a tener trabajo en el boliche de San Isidro.
“Estuvimos solos, en el primer piso, tomando una copa de champán y hablando como una hora y media. Me dijo que yo podía ser su secretaria para el libro que decía que estaba escribiendo de Jesús y La Biblia”, contó la joven.
Paul agregó que “Gisela subía a ratos a vernos y le preguntó si estaba casado. El contestó que no, pero dijo que ya había conseguido novia y entonces me abrazó”.
Cuando la fiscal le preguntó como se desenvolvía Conzi, la joven dijo que él “tenía movimientos torpes, a veces me golpeaba sin querer y me pedía perdón”. Y que “su conversación no era muy coherente”, “no respondía preguntas” y “hablaba en un monólogo”.
Luego contó que bajó al salón principal del boliche y en la barra se encontró con su amigo Marcos Schenone: “Hablamos un rato y luego nos besamos”, contó y agregó que al rato “vino una empleada, nos dijo que debíamos irnos, aunque ‘Dallas’ seguía abierto con normalidad, y nosotros nos fuimos en remis”.
Ya en viaje de regreso por la avenida Libertador, dijo que “nos dimos cuenta que nos seguía una camioneta Jeep de color gris y vidrios polarizados. Yo me di vuelta y a través del parabrisas de la camioneta pude ver que la manejaba el dueño de Dallas”.
“Marcos fue el primero que lo identificó y Gisela también me dijo que era él” afirmó la testigo, y agregó que “la camioneta se puso a la par nuestra, a un metro, con la ventanilla semiabierta de la puerta derecha, y de repente empecé a escuchar detonaciones y ahí ya no vi nada más”.
Alonso detalló que “sentí dos disparos en el pie derecho y cuando pasó todo y me incorporé, vi que Marcos estaba recostado sobre Gisela. Ya había muerto”.
Conzi, de 46 años, empezó a ser juzgado como presunto autor material del homicidio de Schenone e intentos de homicidio de Alonso, Carabeta, Gustavo Pacheco y el chofer del remis, Rodolfo Fernández, pero la defensa intentará demostrar en el debate la inimputabilidad de su cliente, que según las pericias tiene una “personalidad psicopática”.
El empresario gastronómico, además, está imputado por la falsificación de las licencias de conducir que llevaba encima cuando fue detenido en Mar del Plata tras permanecer casi dos meses prófugo .
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