Primera B Nacional
Colón perdió ante Morón

La reacción y las ganas del complemento no alcanzaron para empatar. Los refuerzos de invierno no tienen margen de error para Yllana si la idea es ascender.
A pesar del frío, Colón llevaba al Oeste su veranito de San Andrés (Yllana): tres sin recibir goles, siete de nueve, distancia achicada al puesto del Reducido y el arco cerrado durante tres partidos. Esa aparición salvadora de Christian Bernardi en la ciudad de Zárate suponía todo un envión anímico para ir a encarar este desafío pendiente contra el “Gallito”.
Del otro lado Morón se alistaba como otro grande del ascenso con ganas de despertar, contagiado por las reacciones de equipos como Atlanta o Chacarita. Varias fechas “derechito” de la mano de Otta y mirando para arriba.
Ninguno de los dos salió a hacer nada distinto de lo que se esperaba, pero la gran diferencia en medio del equilibrio pasaban por los atacantes de uno y otro: mientras los tres de Morón “te corren hasta abajo de la cama”, los de Colón era la contracara: muy clavado Gigliotti y errático como nunca el habilidoso Lago.
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En ese largo round inicial de estudio, lo mejor pasó por dos interesantes corridas de Jourdan por derecha, porque a la velocidad habitual le agregó precisión en la pegada con cada centro a la carrera. En el primero, a los 4 minutos, se la dejó servida a Lago y el “10” (de flojo primer tiempo) la tiró a cualquier lado; la segunda, a los 16, fue un calco: se pasó Gigliotti y Lago se resbaló sin explicación.
El partido no pasaba de la nada misma, por momentos se “picaba”, por momentos se pinchaba. Hasta que en cinco minutos o seis, Thaller se fue del partido y Colón la fue a buscar adentro después de 300 y pico de minutos sin recibir goles. Primero, marcó mal y cortó una contra con jugada de amarilla; después (si bien nace de una pérdida en la zona media), quedó clavado en la misma línea, con distracción compartida a medias con Garrido que volvía mirando a nadie: pelotazo quirúrgico y corrida veloz de un Sanguinetti que hizo todo bien para cruzarla de zurda ante el achique de Marcos Díaz que nada pudo hacer para evitar el gol de Morón.
Esos famosos “detalles”, esta vez, lo mandaron a Colón al descanso con las manos vacías. ¿Había hecho méritos el equipo de Yllana para irse ganando ese primer tiempo?: la respuesta es no. ¿Había sido mucho más este Morón en racha?: la respuesta también era no.
La pregunta del entretiempo pasaba por saber ¿cómo iba a salir a jugar Colón para buscar el empate? Porque además de tener “en otra” a sus jugadores más jerarquizados (Lago y Gigiliotti), sacando Jourdan con sus corridas no había activado ningún mecanismo para llegar al gol.
Por lo pronto, Colón volvió sin cambios y tanto o más distraído que en el gol de Morón: a los 20 segundos, otra vez Sanguinetti frente al arco, pero esta vez más abierto y rematando pifiado.
Seguía siendo Jourdan, por derecha, el único camino de fútbol del equipo de Yllana. Hasta que Gallay disparó rápido una contra de dos contra dos, pero se le cortó la luz cuando lo tenía a Gigliotti para arrancar.
A los 17 minutos, viendo que pasaba poco y nada, Yllana lo mandó a Rossi por Gallay. Y cinco minutos después, lo tiró a Bernardi por un enojado Jourdan (no era el que tenía que salir).
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A Colón le sobraban ganas y empuje, le faltaban ideas. Pero, con poquito, lo fue empujando a Morón. A los 38 minutos, Rossi la armó solito por izquierda con un giro interesante, llegó al fondo, centro atrás (casi igual por ese lado que en Zárate con Castet), otra vez Bernardi de frente pero esta vez Salvá lo salvó a Morón con una tapada que valió un gol.
Los cambios de Ortiz por Thaller y Bettini por Garrido, además de sacar a los dos amonestados, fueron para oxigenar. Colón empujó, generó tiros de esquina, centros desde los costados pero sin precisión.
Los seis minutos de adición estiraron el suspenso pero Morón se quedó con los tres puntos. La sensación es que el despertador de Colón, para un equipo que está obligado a vestirse con ropaje de protagonista, siempre suena tarde. Regaló demasiado tiempo, no solo contra Morón sino en esta primera rueda que se termina hoy en el ascenso.
Terminó en el puesto 13 de 18, más cerca del fondo que del techo; a cinco puntos del último que entra al Reducido, que es casualmente Temperley al que visitará la fecha que viene en Turdera. En esta primera rueda, Jugó 17 partidos y perdió 8. Está obligado a cerrar un mercado de invierno (cuatro refuerzos) quirúrgico si de verdad quiere volver a jugar en Primera División.