¿Cómo eligió Trump a los países en su prohibición de entrada a EEUU?
El nuevo mandatario aduce razones de seguridad, pero dejó por fuera a países como Arabia Saudita o Egipto, de donde provenían varios de los miembros de Al-Qaeda que atacaron EE.UU. en 2001.
En medio del caos y la polémica por la orden del presidente Donald Trumpque prohíbe entrar a EE.UU. a personas de siete países, una pregunta elemental sigue sin respuesta clara: ¿por qué esos países específicamente?
Se trata de Siria, Irak, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen. Son todas naciones predominantemente musulmanas y desde el viernes por la tarde, cuando Trump firmó la orden ejecutiva, sus ciudadanos tienen vedado el ingreso a EE.UU. por 90 días.
El documento presidencial aduce razones de seguridad, afirmando que “numerosos individuos nacidos en el extranjero han sido condenados o implicados en delitos relacionados con el terrorismo desde el 11 de septiembre de 2001”.
Aunque dejó abierta la posibilidad de ampliar la lista, la orden dejó por ahora fuera de la prohibición a países como Arabia Saudita o Egipto, de donde provenían varios de los miembros de Al-Qaeda que atacaron EE.UU. en 2001.
Por el contrario, ninguno de aquellos atacantes en Washington y Nueva York provenía de los siete países vedados por Trump. Aunque Donald Trump asegura que la medida no tiene un sentido religioso, las protestas se siguen sucediendo en varias ciudades del país.
“Es interesante que, de los siete países en la lista, no hay un historial de alguien de esos países llevando a cabo un ataque en EE.UU. y que en los países que no están listados, hay una historia de gente de esas áreas llevando a cabo un ataque mortal”, señala Ibrahim Cooper, director de comunicación en el Consejo de Relaciones Americano-Islámicas (CAIR por sus siglas en inglés), que este lunes presentó una demanda legal contra la orden de Trump. “No sé, te hace pensar.”, añade Cooper en diálogo con BBC Mundo.
Los defensores de Trump sostienen que el presidente está cumpliendo una promesa de campaña para proteger el país, pero algunos se preguntan si en la medida influyeron razones de política interna o incluso los negocios del mandatario.
“No se trata de religión”: la reacción de Donald Trump al rechazo global contra su orden de prohibir la entrada de personas de siete países musulmanes a EE.UU.
Una vaga promesa de campaña
La veda de Trump a ciudadanos de siete países es apenas parte de un freno más amplio que puso a la inmigración, que incluye la suspensión de la entrada de refugiados a EE.UU. por 120 días.
La orden fue firmada por el presidente cuando apenas cumplía su primera semana ejerciendo el cargo. Pero Trump ya había manejado en la campaña electoral la idea de cerrar las fronteras estadounidenses a musulmanes.
Lo hizo por primera vez en diciembre de 2015, al mes siguiente de los ataques vinculados al autodenominado Estado Islámico que dejaron 130 muertos en París, y unos días después de que una pareja asesinara a tiros a 14 personas en San Bernardino, California.
“Donald J. Trump llama a un bloqueo total y completo de los musulmanes que ingresan a Estados Unidos hasta que los representantes de nuestro país puedan averiguar lo que está pasando”, indicó entonces un comunicado del magnate.
La idea levantó controversia, pero Trump insistió con ella unos meses después, tras la masacre en una discoteca gay en Orlando, Florida, en junio del año pasado.
Sin embargo, el entonces candidato evitó explicar cómo llevaría a cabo su propuesta. El atacante de Orlando y el de San Bernardino habían nacido en EE.UU. (de padres afganos y paquistaníes respectivamente) mientras la pareja de este último nació en Pakistán y vivió en Arabia Saudita. Por lo tanto, no provenían de ninguno de los países vedados ahora por el presidente.
“Países que causan preocupación”
Sin embargo, hay un denominador común para los siete países afectados por la orden de Trump, aparte del hecho de ser mayoritariamente musulmanes. Todos eran considerados “países que causan preocupación” después que el Congreso aprobara en 2015 una ley que modificó el programa de exención de visas para ingresar a EE.UU., una idea de senadores de los dos partidos apoyada por la presidencia de Barack Obama.
La ley estableció que ese beneficio de exención de visa que EE.UU. otorga a ciudadanos de 38 países (en su mayoría europeos) se eliminaría para quienes hubieran visitado ciertas naciones consideradas refugio de terroristas o con una organización terrorista con presencia significativa en la zona.
Las siete naciones incluidas en la orden de Trump cayeron en esa categoría, después de que Libia, Somalia y Yemen fueran sumados a la lista de “países que causan preocupación” en febrero de 2016.
“Son todos países que han tenido algún tipo de designación legal, ya sea apoyando el terrorismo o como un país de preocupación. No son los únicos países en esa lista, pero comparten eso”, le dice a BBC Mundo Nathan Brown, especialista en Medio Oriente de la Universidad George Washington.
En el caso de Arabia Saudita, Pakistán y Egipto, que tienen ciudadanos que han sido vinculados a actividades terroristas pero quedaron fuera de la orden de Trump, Brown señala que “son países con los que EE.UU. tiene estrechas relaciones políticas y de seguridad que quiere proteger”. Sin embargo, el especialista cree que la motivación principal de Trump no fue la seguridad, sino la política doméstica estadounidense.
“Puedes venir con una razón legal de por qué esos países están ahí, pero la verdad es que este es un presidente que dijo algunas cosas imprudentes durante la campaña y se sintió presionado para hacer algo mostrando que era en serio”, afirma.
¿Conflicto de interés?
Otros han mirado las empresas de Trump para intentar entender quiénes quedaron dentro o fuera de la prohibición.
Trump indicó desde antes de asumir la presidencia que dejaría sus negocios privados en manos de sus hijos para evitar posibles conflictos de interés, pero evitó deshacerse de sus empresas en todo el mundo como sugirieron expertos en ética.
Richard Painter y Norman Eisen, exabogados de ética de la Casa Blanca en las presidencias de George W. Bush y Obama respectivamente, recordaron que Trump ha hecho negocios en Arabia Saudita, Egipto y Emiratos Arabes Unidos, países omitidos de su veda, al igual que Turquía, India o Filipinas.
Ambos abogados habían presentado una demanda contra el presidente señalando que los pagos que sus empresas reciben de gobiernos extranjeros son inconstitucionales, y ahora ven la orden ejecutiva de Trump como una prueba del conflicto de interés.
“Parece que los inmigrantes de países que pueden permitirse hacer negocios con la organización Trump están libres de ir y venir de EE.UU.”, escribieron Painter y Eisen en el diario The New York Times.
“Los inmigrantes de países que no pueden pagar tales transacciones”, agregaron, “podrían muy bien ser detenidos en el aeropuerto y enviados a casa, donde algunos pueden perecer”.
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