CONDENAN A UNA PAREJA POR PROSTITUIR A UNA CHICA ROSARINA
Un hombre y una mujer fueron condenados por la Justicia de Bahía Blanca a las penas de 20 y 16 años de prisión respectivamente por obligar a ejercer la prostitución a una chica rosarina de 15 años, un hecho que se registró en enero de 2003 cuando la adolescente fue llevada engañada a Punta Alta, donde se le ofreció trabajo como niñera y luego fue esclavizada durante nueve meses en un burdel de Punta Alta.
El Tribunal en lo Criminal Nº 2 a cargo de los jueces María Eloía Errea de Watkins, Susana La Riva Aristegui y Gabriel Rojas, condenó a Lorena Blanco a la pena de 16 años de prisión y a su pareja Ariel Edgardo Almirón a 20 años, por los delitos de promoción de la prostitución de menores agravada, privación ilegal de la libertad agravada, abuso sexual gravemente ultrajante y violación.
El fiscal acusador, Emilio José Marra, pidió las severas penas tanto para la mujer como para su pareja, ambos oriundos de la provincia de Santa Fe, solicitud que fue concedida por el tribunal. Durante los alegatos los abogados defensores Leonardo Gómez Talamoni y Víctor Benamo solicitaron al máximo tribunal la absolución de la pareja, medida que no prosperó.
UN PASAJE A LA ESCLAVITUD
La historia comenzó a principios de 2003, cuando luego de una discusión familiar una menor oriunda de la zona sur de Rosario abandonó su hogar y luego fue “seducida” por una vecina de 27 años, Lorena Blanco, quien le ofreció trabajar como niñera en el sur de la provincia de Buenos Aires, un empleo que por la paga parecía sumamente atractivo. La mujer, que actuó como “entregadora”, se ocupó de convencerla de que no dijera nada a su familia, porque después podía comunicarse con ella, cuando ya estuviera instalada.
Pero para sorpresa de la chica, que por entonces sólo tenía 15 años, cuando llegó a Punta Alta -una localidad ubicada a 20 kilómetros de Bahía Blanca- la ocupación que le tenían preparada era algo diametralmente opuesto a la promesa realizada por la vecina: debía ejercer la prostitución para ganarse la vida. Cuando la chica recién había arribado a la casa donde supuestamente debía trabajar, Blanco empezó a exigirle el pago de los gastos del viaje y, ante la desazón de la chica, la mujer fue muy clara: “Si no podés pagarme, te tendrás que desvirgar y trabajar”, le dijo.
Según el testimonio de la misma adolescente -oportunamente publicado por El Ciudadano
, con la consiguiente reserva de su identidad-, como se resistió a trabajar como prostituta fue golpeada, amenazada con armas y violada por dos hombres, a modo de “inicio en el oficio”, y luego trasladada al prostíbulo. Durante su cautiverio, que fue un verdadero calvario y “se prolongó por nueve meses”, intentó escapar en varias oportunidades para volver con su familia, aunque sólo logró zafar de su situación cuando uno de los clientes del burdel -según fuentes policiales, un joven de 29 años que se enamoró de la víctima- realizó una denuncia judicial. Por su parte, los padres de la menor la buscaban en Rosario y habían realizado las denuncia de su desaparición ante una comisaría de la zona sur.
El prostíbulo fue allanado en octubre de 2003, cuando efectivos de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) detuvieron a los principales explotadores: Blanco y Almirón, quienes ayer fueron condenados por la Justicia de Bahía Blanca.
OTROS CASOS EN EL REGISTRO POLICIAL
En noviembre de 2003 el dueño de un burdel de Río Gallegos y una mujer rosarina que ejerce la prostitución fueron procesados por la jueza de instrucción Raquel Cosgaya por reclutar a dos adolescentes de 15 y 17 años de barrio Las Flores, a quienes llevó a trabajar engañadas y las sometió a un régimen similar a la esclavitud. Luego de una larga odisea, las chicas –que eran primas– lograron escapar en un descuido de las personas que las custodiaban.
También en esos casos, las menores se habían fugado de sus hogares y habían sido “seducidas” con la promesa de un empleo de lavacopas.
En junio de 2004 la Justicia concedió la libertad de Mario Alejandro A., de 39 años, y a su mujer, a quienes se les permitió eludir el encierro hasta que se haga efectiva la condena.
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