Libertadores: Lanús es finalista tras eliminar a River en un partido inolvidable
Los de Almirón, que en el primer tiempo perdían 2-0 y tenían que hacer cuatro goles, lograron dar vuelta la serie. Se impusieron 4-2 y por primera vez jugarán la final de la Copa.
Es una historia que se recordará por mucho tiempo. Por la grandeza del que finalmente triunfó y por la del caído, que había llegado al Sur con impronta copera bien ganada y se llevó una frustración durísima. Lanús, el que nunca perdió la fe, hizo los cuatro goles que necesitaba después de haber quedado 2-0 abajo en el marcador demasiado pronto en el partido, ganó 4-2 y jugará por primera vez la final de la Libertadores. Una alegría merecida para un equipo que se supo ganar su fiesta inolvidable.
Lanús sabía que necesitaba una victoria en la revancha de la semifinal de la Copa Libertadores, y se hizo cargo de entrada. El equipo de Jorge Almirón, sin descontrolarse, arrancó con la clara intención ofensiva que le había faltado en el choque de ida y antes de los 10 minutos ya dispuso de dos buenas chances para equilibrar la serie, en la que River arrancó arriba por el 1-0 que consiguió en el Monumental.
Iban apenas seis minutos cuando Velázquez estuvo cerca de abrir el marcador. Cabeceó al borde del área chica un corner bien ejecutado por Pasquini y la pelota cruzada se fue apenas afuera.
Dos minutos más tarde, Montiel tuvo que esforzarse para cerrar cuando Acosta recibía con peligro dentro del área luego de una buena apertura de Sand. Claramente el local era más en el comienzo.
Pero entonces apareció una de esas jugadas que marcan un hito dentro de un partido y modifican la historia. A los 16 minutos, Casco habilitó dentro del área a Nacho Fernández y Braghieri se lo llevó puesto. Penal, que Scocco cambió con gol gracias a un remate bajo que engañó a Andrada. River ganaba y obligaba a Lanús a marcar tres goles si quería dar vuelta la serie.
Y si fue grande el golpe en el estadio con el gol de Scocco, mucho más cuando a los 24 minutos el pibe Montiel le dio un mazazo que lucía definitivo. Pity Martínez mandó un centro envenenado al área de Lanús, Andrada le perdió la vista a la pelota cuando Maidana amagó con rozarla y dio un rebote largo que Montiel mandó a la red para hacer gritar a los de Gallardo. Faltaba jugar más de una hora de partido, pero River ya se sentía en la final.
Lanús sintió el impacto y se le quemaron todos los papeles. Del orden inicial que le había permitido el predominio en los primeros minutos, pasó a un desconcierto que dejó a River como claro dueño del partido.
Los de Gallardo estaban para liquidar definitivamente la historia. si no lo hicieron fue por algo de falta de puntería, acaso cierta relajación por la holgada ventaja en el resultado y también por un error ajeno: el árbitro colombiano Wilmar Roldán omitió un penal por una clara mano de Marcone que privó a River de una clara posibilidad para meter el tercer gol.
Pero el local también sabe a lo que juega y siempre mantuvo su libreto de buen juego para tratar de llegar hasta un Lux que por momentos pareció quedarle demasiado lejos. Sobre el cierre de la etapa, encontró su consuelo cuando Sand entró por la derecha del área con la pelota dominada y sacó un remate al primer palo que encontró una floja respuesta del arquero. Era el descuento y a los del Sur les aparecía una tibia llama de esperanza, pero todavía tenían que hacer tres goles.
En el arranque del complemento, a River se le esfumó buena parte de la tranquilidad que había sabido conseguir. Porque antes del minuto de juego otra vez Sand, el goleador interminable, aprovechó un quedo de la defensa de los de Gallardo para marcar la igualdad y dejar a Lanús ya a dos goles de dar vuelta la serie. La incógnita en la semifinal, que parecía liquidada, volvía a vivir.
El escenario del partido había cambiado, pero River parecía tener las armas para aguantar la ventaja. Tanto que poco después del segundo gol de Sand Scocco consiguió quedar mano a mano y Andrada le tapó el tanto que hubiera dejado casi sentenciada la serie. Lanús seguía vivo y River con incertidumbre.
Terminó de enloquecerse el partido cuando a los 16 minutos la gran figura del partido, el Pepe Sand, armó una jugada espectacular por la derecha del ataque, desairó a Pinola y habilitó con un centro bajo a Acosta, que definió con el arco vacío. La remontada increíble ahora quedaba a un gol.
Y a los 22 minutos la hazaña del equipo de Almirón terminó de tomar forma. Montiel agarró a Pasquini cuando entraba al área y el árbitro Roldán dejó seguir. Pero esta vez, a diferencia de lo que había ocurrido en el primer tiempo, sí apeló al VAR para determinar lo que había pasado. Y, como correspondía, tras volver a ver la jugada le indicaron que había sido penal. Luego de las lógicas protestas de los jugadores de River, Silva ejecutó desde los doce pasos con mucha calidad para desairar a Lux y puso el 4-2. Lanús pasaba arriba y la semifinal ya era inolvidable.
Probablemente cualquier equipo normal se habría resignado después de dejar ir una diferencia de cuatro goles. Pero este River de Gallardo no es un equipo cualquiera, y fue para adelante a recuperar el sueño que de repente se le había esfumado. Y estuvo a punto de pegar el gran grito otra vez cuando Pinola remató en una pelota parada desde el borde del área chica y su tiro se estrelló contra el palo.
Los libretos habían cambiado por completo. Gallardo mandó a la cancha a De la Cruz por Rojas para ganar poder ofensivo y Lanús empezó a defenderse con un 5-4-1 bien compacto entre el borde de su área y el círculo central.
Pero toda esa fibra reconocida a este River que supo cambiar la historia copera adversa del club esta vez no logró aparecer para recuperarse. Algún tiro de afuera que motivó una buena intervención de Andrada y poco más puso sobre la mesa el equipo de Gallardo para rearmarse un sueño que se rompía.
Nacho Fernández fue la muestra de la impotencia final cuando sobre la hora se fue a los vestuarios por una falta violenta con la segunda amarilla. Al final, River llenó de centros el área y se encontró con un Andrada firme que sacó chapa de gran arquero. Hasta fue Lux en el último corner, pero nada alcanzó para volver a mover el resultado. El 4-2 estaba sellado: Lanús jugará por primera vez la final de la Copa Libertadores. Mientras tanto, River se llevaba una decepción que va a costar mucho olvidar.
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