DENUNCIA CONTRA EL JEFE DEL EJÉRCITO POR MALVERSACIÓN DE FONDOS
En una audiencia que intentó mantenerse en reserva, el jefe del Ejército, teniente general Roberto Bendini, declaró ante la Justicia como acusado de haber malversado fondos públicos.
La audiencia se llevó a cabo la semana pasada en el juzgado federal de Río Gallegos, a cargo de Gerardo Caamaño, informó a LA NACION una fuente de la causa. El magistrado tiene ahora 10 días para definir la situación procesal de Bendini, lo que probablemente incida en el futuro del jefe de la fuerza, cuya remoción reclamó anteayer el partido de Elisa Carrió.
El militar está imputado por peculado, delito que prevé una pena de 2 a 10 años de prisión. Se lo acusa de haber cometido irregularidades en la apertura y el manejo de una cuenta bancaria no oficial por la que, entre abril de 2002 y mayo de 2003, pasaron 500.000 pesos de fondos extrapresupuestarios. Entonces, el actual jefe del Ejército comandaba la Brigada Mecanizada XI, con sede en Río Gallegos.
Ante el juez Caamaño, Bendini justificó la apertura de la cuenta paralela y deslindó responsabilidades acerca del manejo del dinero depositado allí, según la misma fuente de la causa.
El militar argumentó que la apertura de la cuenta paralela se había resuelto en plena crisis financiera y que, aunque no se había cumplido con las “formalidades del caso”, la decisión no constituía ningún delito.
Según Bendini, debe quedar claro que, aunque como jefe de esa guarnición militar no tenía ninguna responsabilidad sobre las decisiones financieras que se tomaban, de la cuenta no faltó ni un solo peso.
Además del actual jefe del Ejército, según otra fuente de la causa, la semana pasada declararon como acusados el teniente coronel Carlos Espósito, que se desempeñaba como jefe del Servicio Administrativo Financiero de la Brigada Mecanizada XI; su esposa, Alba Pérez; Juan Paqualini; Marcelo Marteletti y Jorge Pérez.
Las acusaciones
Los argumentos de Bendini aspiran a refutar la denuncia que hizo en su contra la Oficina Anticorrupción (OA), que lo acusó de peculado.
También contradicen el análisis que realizó el fiscal nacional de Investigaciones Administrativas, Manuel Garrido, sobre un peritaje reciente de la Gendarmería Nacional.
Para Garido, “sólo el 22,45 por ciento de las operaciones contaría con documentación respaldatoria suficiente para avalar las erogaciones efectuadas; más allá de que no debe perderse de vista que esta cuenta es ilegítima desde su origen y que todos los fondos utilizados a través de ella fueron manejados arbitrariamente sin ajustarse a la normativa vigente en aquel entonces”.
La denuncia de la OA, basada en un informe de la Sindicatura General de la Nación (Sigen), también cuestionó la actuación de Bendini. Según esa presentación, se cometieron numerosas irregularidades en el destino dado a los fondos depositados en la cuenta paralela.
Una de ellas refiere a las compras efectuadas en la casa de regalos Flox, donde se adquirieron artículos de iluminación; vajilla y adornos. También se señalaron como irregulares las compras hechas en el comercio Rincón Gaucho, en la perfumería Moderna SCS y en la joyería Luresmon.
Otra de las anomalías encontradas por la Sigen son cuatro transferencias bancarias, por un total de 22.815 pesos, sin la orden de pago requerida. Dos de esas transferencias tuvieron por destino una cuenta de Pérez, la mujer de Espósito, que figuraba como dueña de un taller de arte y diseño.
De acuerdo con una presentación que Garrido hizo ante el juez Caamaño, existen pruebas suficientes para sospechar que los acusados cometieron los delitos por los que se los citó a indagatoria.
Este contenido no está abierto a comentarios