El primer momento crucial de la era Trump
Los expertos apuntan que el tono que adopte en su discurso de jura será un punto de partida revelador de su presidencia.
La tradición indica que es el momento de que Donald Trump deje a un lado sus declaraciones poco medidas y dé un paso adelante en su toma de posesión como presidente de Estados Unidos. Pero saltarse la tradición, o ignorarla por completo, es lo que llevó al magnate republicano a este momento.
Cuando Trump se ponga mañana ante la fachada oeste del Capitolio para su discurso de investidura, todos estarán esperando para ver si ofrece un mensaje de unidad a una nación dividida o decide interpretar su papel de agitador del orden establecido.
El enfoque que adopte en ese acto de equilibro, tanto en estilo como en contenido, será un punto de partida revelador en su presidencia.
“El de investidura es un discurso pensado para la historia”, explicó Kathleen Hall Jamieson, profesora de comunicación del Annenberg Public Policy Center, en la Universidad de Pennsylvania. “En concreto, es importante cuando se superaron unas elecciones divisorias. Necesita convertirse en el presidente de todos, incluidos los que se opusieron en forma vehemente a su elección.” Y Trump parece entenderlo.
En las últimas semanas, el empresario habló con admiración sobre los discursos de ex presidentes como Ronald Reagan y John F. Kennedy, y dijo que está muy involucrado en la preparación del suyo. Se espera que ofrezca un mensaje personal, al tiempo que repasa algunos de los grandes temas de su campaña, como el profundo amor por su país.
Trump anticipó a la cadena Fox que empezará su discurso con un agradecimiento “a todo el mundo”, incluidos Barack Obama y su esposa, Michelle, por ser “tan amables”.
El magnate demostró que puede ofrecer un mensaje directo y preparado durante la convención republicana, donde respetó en gran medida el guión e ignoró cánticos de sus seguidores que pedían que encerrara a Hillary Clinton. Pero ese discurso tuvo un tono sorprendentemente sombrío, que dibujó un retrato de un país en crisis, y más tarde abrazó el cántico en otros actos de campaña.
El discurso inaugural, por el contrario, tiene que ser “intrínsecamente ambicioso”, apuntó Michael Gerson, que escribió alocuciones para George W. Bush y es crítico habitual de Trump. “Tiene que ser sobre el futuro y sobre su visión”, apuntó.
Veteranos escritores de discursos tienen más consejos para Trump. Su jefe de redacción, Stephen Miller, dijo: “Que sea corto. No exagere la seriedad. Que no se regodee, su gira de la victoria terminó. No se debe desviar del guión”. Y que no estropee un exitoso discurso inaugural con un tuit inapropiado horas más tarde.
Aunque el republicano usó su intervención durante la noche electoral para transmitir un mensaje de unidad, sus mensajes en la red social desde entonces incluyeron reproches y petulancia.
Wayne Fields, experto de la Universidad de Washington en retórica presidencial, señaló que Trump está en una situación incómoda, ya que llega a su primer discurso como presidente con la apariencia de considerar el lenguaje preciso con desprecio en lugar de con respeto. Después de todo, como candidato se deleitó con críticas gratuitas, al calificar a sus oponentes de estúpidos, tontos o malos.
Incluso aunque ofrezca un discurso de estadista que cumpla todos los estándares, Fields señaló que nadie sabría cómo recibirlo, de dónde procede o qué tan serio es. “Es un gran desafío”, dijo. Cualquier pista sobre el tono que tendrá su presidencia -en caso de que quiera ofrecerla- requeriría un cambio consistente y más a largo plazo, agregó.
Trump llega a la sesión de investidura con el beneficio de las bajas expectativas: su particular y a menudo incendiario estilo fue una gran parte de su atractivo. La cuidada retórica de Obama, por ejemplo, no resultaría creíble. “Dado el alto nivel de atención y las bajas expectativas, es más que probable que supere las expectativas”, expresó Jamieson.
El presidente indulgente
1385
Conmutaciones de penas
Obama es el presidente que más reducciones de sentencias autorizó en la historia de Estados unidos. En esa cifra están incluidas 504 personas sentenciadas a cadena perpetua
212
Indultos
Por medio de decretos presidenciales, el jefe de la Casa Blanca también directamente liberó de sus condenas a ese número de personas
Clemencia
La concede el presidente una vez que concluye que la persona ha demostrado estar preparada para hacer uso de esa segunda oportunidad
Récord
Obama se retirará mañana como el presidente que más conmutaciones o indultos concedió. Hasta ayer esa cifra alcanzaba 1597 casos
Repercusiones
La conmutación anteayer de la pena del soldado Bradley Manning, hoy conocido como Chelsea Manning tras un cambio de género, es la que más polémicas despertó en las filas republicanas
Otro ataque del magnate a la prensa
Donald Trump sumó un nuevo round a su pelea con los medios norteamericanos. Ayer dijo que seguirá usando Twitter desde la Casa Blanca porque, según explicó, es su única manera de “contrarrestar” a la prensa “deshonesta” de Estados Unidos. “No me gusta tuitear. Hay otras cosas que podría estar haciendo. Pero hay unos medios y una prensa muy deshonesta. Y es la única forma en que los puedo contrarrestar”, dijo Trump en una entrevista con el programa Fox &Friends, de la cadena conservadora Fox.
Trump mantiene una complicada relación con algunos medios estadounidenses y durante la campaña electoral prohibió la presencia de algunos en sus actos, al tiempo que criticó de forma pública a algunos periodistas.
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