EN ESPAÑA BUSCAN REMOVER LAS ÚLTIMAS ESTATUAS DE FRANCO QUE SIGUEN EN PIE
Según José Antonio Alonso, ministro de defensa español, la estatua del ex dictador Francisco Franco ubicada en un predio militar de Zaragoza “tiene que ser removida”. Hasta tanto eso no suceda “trataremos de obviarla, en la medida de lo posible”, agregó el funcionario, en una visita a la Base Aérea de esa ciudad.
Alonso aclaró que lo dijo a título personal, aunque en realidad sigue una línea del gobierno liderado por José Luis Rodríguez Zapatero, que ya se encargó de erradicar de Madrid todos los monumentos que recordaban a Franco. La última estatua de Franco fue retirada de la capital en marzo de 2005.
El ministro agregó en su presentación que el tema lo estudiará la comisión que se encarga de evaluar “la retirada de símbolos, estatuas y elementos en general que puedan tener una clara lectura de inconstitucionalidad o que puedan estar vinculados con acontecimientos de muy ingrato recuerdo”.
Sus declaraciones hacen resurgir la polémica, ya que el Partido Popular –el principal de la oposición– acusa al gobierno de “abrir heridas y rencillas entre los españoles”. También la Real Academia de la Historia se muestra a favor de conservar los monumentos, ya que “son testimonio del pasado, como los archivos y los documentos, y debemos conservarlos porque son la memoria que nos queda”. “Todo lo que sea eliminar esa memoria es negativo para el conocimiento y la comprensión del presente”, agregan.
Por su parte, el líder de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, opinó que la estatua “debe ser removida a la luz del día, ante la evidencia de que tiene un gran apoyo social, político y cultural, porque no hay ninguna vergüenza para quitar lo que es una vergüenza”.
Franco gobernó España desde la Guerra Civil, iniciada en 1936, hasta su muerte en 1975. Actualmente quedan en el país dos estatuas con su figura: una es la de Zaragoza, y la otra está en Santander. Sin embargo, más allá de estos grandes monumentos, la presencia de recuerdos del viejo régimen será difícil de borrar: sólo en Zaragoza queda un centenar de referencias.
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