En la provincia hay sólo cinco inspectores que controlan la seguridad laboral
En la mañana de hoy se conocieron dos nuevos decesos en la provincia de Santa Fe relacionados con accidentes laborales. El primero de ellos sucedió en la ciudad de Rosario cuando Leonardo Meza, de sólo 19 años, se precipitó desde un séptimo piso donde realizaba tareas de carpintería para una constructora.
Si bien se indicó que el obrero tenía puesto el arnés reglamentario, algunos testigos confirmaron que no estaba sujetado por lo que se apunta a la empresa “Depaoli y Trosce” por la presunta ausencia de medidas adecuadas de seguridad como, por ejemplo, barandas en los laterales del andamio.
La segunda de las muertes se produjo por envenenamiento. Se trata de un empleado de una contratista de la planta Acindar de la localidad de Villa Constitución, que permaneció internado 23 días como consecuencia de una intoxicación sufrida durante la reparación de una planta de reducción directa.
El hombre fue identificado como Luis Villarreal, de 53 años de edad, oriundo de San Nicolás que trabajaba para la empresa “Cryotec” y murió anoche en un sanatorio céntrico de Rosario luego de permanecer internado con respiración artificial durante casi un mes después de un escape de gas originado en un sistema de tubos.
Al respecto la subsecretaria de Coordinación para el Trabajo Decente del Gobierno provincial, CPN. Alicia Mabel Ciciliani aseguró que “se trabaja activamente desde hace muchos meses” para evitar este tipo de situaciones pero reconoció que “los resultados están a la vista”. Del mismo modo aseguró que el Estado santafesino, “contra empleadores negligentes y con actitudes criminales”, debe “tomar medidas” más duras.
Si bien aseguró que la mayoría de las muertes que se producen en este contexto son “evitables”, afirmó que “no son fatalidades nuevas”. A modo de ejemplo recordó que durante el 2007 se registraron 88 fallecimientos por accidentes laborales y, en lo que va del año en curso, ya se llegó a los 67. Esto habla a las claras “de una cultura empresarial de la provincia y un modelo de desarrollo económico que no tiene en cuenta las cuestiones relacionadas con la presión en el trabajo”.
La funcionaria aseveró que en estos casos “estamos acostumbrados a atacar las consecuencias y no las causas profundas” por lo que será tarea del Ministerio de Trabajo contar con “una policía del trabajo eficiente en número y calidad”.
Vale remarcar que, según los dichos de la secretaria, cuando la administración socialista asumió en el Gobierno provincial, “llegamos a un Estado totalmente desmantelado donde la publicidad oficial decía que no aumentamos ningún impuesto pero no había un solo inspector con capacitación en materia de salud y seguridad”. Hoy son cinco los técnicos que desarrollan estas actividades pero hay unos 30 que se están capacitando para salir a realizar trabajos, a más tardar en un mes.
La intención final de la dependencia es dejar, “en cuatro años, un plantel de 100 inspectores laborales trabajando”. Sin embargo, esa labor no podrá completarse hasta el año próximo debido a que “tenemos que trabajar, por ahora, con el presupuesto que nos dejó la administración anterior”.
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