Es argentino y podría ser el mejor docente del mundo
Martin Salvetti es uno de los dos argentinos nominados al Global Teacher Prize. Dicta clases en la Escuela de Educación Secundaria Técnica N°5 y encabeza desde 2001 un proyecto de enseñanza radial. “El gran problema de la educación es que los chicos se aburren”, sostiene.
Durante la mañana del 28 de noviembre, Martin Salvetti recibió una llamada. Del otro la de la línea hablaba alguien de la Fundación Varkey. Le dijeron: “No podés decir nada hasta el 13 de diciembre, pero fuiste seleccionado”. La noticia lo tomó por sorpresa y recién pudo terminar de asimilar lo que estaba viviendo horas más tarde, cuando un mail proveniente desde Reino Unido le confirmó la novedad: había sido nominado entre los 50 candidatos a ganar el Global Teacher Prize, el premio que distingue al mejor docente del mundo.
Salvetti dicta clases en la Escuela de Educación Secundaria Técnica N°5 “2 de abril” de la localidad de Temperley, en el conurbano bonaerense, el mismo instituto en el que se formó en su adolescencia. Como alumno ingresó en 1986 y egresó seis años después. Tras un breve período estudiando periodismo, se volcó hacia la docencia porque descubrió que era -y aún hoy lo es- lo que más le gustaba. En 1994 volvió a la EEST N°5 para trabajar como preceptor. Con el tiempo escaló hasta pasar a estar al frente de las clases. Hoy es el jefe de Área de Automotores.
A principios de año una periodista que escribió una nota sobre su colegio le comentó acerca del galardón que abrió la etapa de postulaciones en junio. Por entonces no lo conocía, pero le interesó. Se decidió y presentó en detalle proyectos de educación que encabeza. Luego siguieron una serie de entrevistas protocolares. Y finalmente llegó el mensaje que -asegura- no esperaba.
“Es increíble que evalúen tu función en el exterior, en el mundo, y que a alguien le haya gustado, le haya llamado la atención”, dice a Infobae todavía alucinado. Y sostiene: “Toqué el cielo con las manos”. No es para menos. Casado con Analía, a los 45 años le llegó el reconocimiento en días muy especiales. El docente habla con este medio en la semana que su hija Agostina cumplió 15 años y su hijo Juan fue abanderado con 9,65 de promedio. La felicidad lo desborda.
A la EEST N°5 asisten cerca de 1500 jóvenes que estudian el funcionamiento interno, la mecánica y la ciencia de los motores de combustión; realizan prácticas en motores de competición; visitan talleres; y profundizan conocimientos sobre avances tecnológicos como el desarrollo de los vehículos robóticos, solares y eléctricos.
Salvetti enseña sobre la metalurgia, el mantenimiento y la reparación de autos. Y también dirige los programas innovadores que lo llevaron a ser seleccionado al “Nobel” de la educación.
El más trascendente fue haber creado una estación de radio. Fue en 2001, en plena crisis. “En esa época había una alta deserción. Pensamos entonces que éramos la solución al conflicto y teníamos que apostar a nuevos métodos para atraer a los chicos. Si los chicos no se educan, no tenemos futuro como país”, recuerda.
La radio 5 (FM 88.5) del industrial de Temperley “es la primera de una escuela pública en zona urbana con licencia para transmitir”, detalla el docente. Está ubicada dentro de las instalaciones del instituto y fue construida íntegramente por los alumnos. “Menos la antena, que la colocó una empresa, los chicos montaron los pisos, las paredes, la parte acústica, la electrónica, todo. También son quienes producen el contenido”, agrega.
El gran problema de la educación es que los chicos se aburren. No es que tiene que ser una joda la escuela, pero que el chico tiene que saber que el conocimiento que uno le está dando es algo útil para su futuro. Aunque no hay que hacérselo saber con rigor. Rigor ya tiene en su casa, en los barrios donde viven. En la escuela no tenemos que hacer la vida más amarga.
Las temáticas de cada segmento las eligen los grupos de alumnos que se conforman a principios de año. Abordan desde el cuidado del agua o la educación sexual hasta el acoso escolar y la lucha anti tabaco. También hay espacio para entrevistas a celebridades. Alguna vez hablaron con la presidente de Abuelas de Plaza de Mayo Estela de Carlotto, el ex piloto de automovilismo Juan María Traverso o la cantautora Teresa Parodi.
La radio funciona las 24 horas del día los 365 días del año. Las únicas voces que se oyen son las de los estudiantes. “La utilizamos como una herramienta educativa. Nuestro fin no es tener un medio de comunicación. Por ejemplo, si un chico tartamudea al micrófono tratamos de corregirlo para que mejore su expresión”, explica Salvetti.
A partir de esta experiencia, varios alumnos desarrollaron otras facetas. La incidencia del proyecto es notable, sostiene el docente, y pone ejemplos de adolescentes que cursaban la tecnicatura en electromecánica o automotor pero viraron su futuro luego de su paso radial.
Menciona el caso de Sebastián Coco Aguirre, quien tras una entrevista al historiador y escritor Osvaldo Bayer se apasionó por la historia y hoy sigue el profesorado. Nombra a Matías Matute Católico, quien tras dialogar con jóvenes ciegos está capacitándose para ser maestro de educación especial. No se olvida tampoco de Franco Perazzini, quien comenzó con imitaciones al micrófono y ahora hace teatro en el Paseo La Plaza.
El otro gran proyecto que lidera Salvetti se denomina “Los motocarros”. Se trata de una iniciativa articulada con la Municipalidad de Lomas de Zamora que nació en 2015. En el taller de mecánica para adultos restauran motos que fueron incautadas. Construyen rodados de baja cilindrada con partes recicladas, para luego ensamblarlos a un carro, que diseñan en el ciclo básico de herrería.
Los vehículos se devuelven a la municipalidad, que a su vez la entrega a cooperativas de cartoneros y a carreros a cambio del caballo. El fin es evitar que la tracción a sangre para el trabajo pesado. “En cuatro años llevamos entregadas 60 motos. Este año: 12”, detalla el docente.
Para Salvetti cada una de estas modalidades contribuyen a generar una relación de compromiso con los alumnos, una manera diferente de enseñar en un sistema educativo actual al que evalúa como “muy deteriorado”.
“El gran problema de la educación es que los chicos se aburren. No es que tiene que ser una joda la escuela, pero que el chico tiene que saber que el conocimiento que uno le está dando es algo útil para su futuro. Aunque no hay que hacérselo saber con rigor. Rigor ya tiene en su casa, en los barrios donde viven. En la escuela no tenemos que hacer la vida más amarga”, sostiene.
Con esa motivación se levanta día a día. Su jornada diaria comienza a las 7 en el Municipalidad (a partir de Los motocarros, hace tres años fue convocado para trabajar en la función pública), continúa a las 14 en el colegio y finaliza a las 22 estando al frente de los cursos de formación profesional para adultos. “Veinticuatro años después sigo siendo un apasionado de entrar a la escuela”, dice y afirma que la distinción no le modificará la vida.
Agradeciendo al equipo directivo que lo avaló, a sus compañeros de trabajo con los que articulan las actividades y al director de la EEST N°5 Héctor Deluca, Salvetti asegura que no tiene expectativas de ganar. Solo espera capacitarse y “aprender de las experiencias y las realidades de los colegas nominados para trasladarlas al país”.
Este contenido no está abierto a comentarios