ESTÁ PARADA LA CAUSA POR LA MUERTE DE LOS PADRES DE MARÍA CAROLINA GUALLANE
“Santa Fe, esa ciudad que me trae los peores recuerdos de mi vida, me tiene que dar aún muchas respuestas”, afirma María Carolina Guallane, la hija de desaparecidos que recuperó su identidad siete años atrás, cuando la Justicia le confirmó que había nacido con el nombre de Paula Cortassa y que era hija de Enrique Cortassa y Blanca Zapata, dos de los miles de desaparecidos durante la dictadura militar.
María Carolina resolvió mantener los nombres y el apellido que les dieron sus padres adoptivos, quienes prácticamente le salvaron la vida cuando fue entregada en 1977 presentando un agudo cuadro de desnutrición. Hoy, la joven venadense está casada con Daniel y es mamá de Nicolás, próximo a cumplir dos años.
A 30 años del golpe, reflexiona que hoy se siente más acompañada, “quizás por las líneas que bajan del gobierno nacional” en relación con la dictadura y la defensa de los derechos humanos. Por eso considera: “No estamos tan solos, Abuelas, Madres, Hijos, Familiares de Desaparecidos”.
Ve bien que el 24 de marzo haya sido declarado feriado nacional, “para que la gente común tenga más presente esa fecha” y entiende que es muy válido que todo lo que ocurrió con la dictadura se enseñe y discuta en las escuelas.
Defender la democracia
María Carolina admite que le “llama la atención” que en Santa Fe hayan aparecido recientemente leyendas nazis y a favor del dictador Jorge Rafael Videla, pero considera que “es más fuerte la democracia” y que ella se ha impuesto en el país. “Entre todos nos vamos a poner de acuerdo para defenderla, llegado el caso”, afirma.
Lo que no cierra para María Carolina es que la causa que se encuentra abierta en el Juzgado Federal de Santa Fe “no avance”. A través de su defensor, Jorge Pedraza, y ante el juzgado del doctor Reinaldo Rodríguez, ella reclama por la supresión de su identidad, el asesinato de su madre biológica -cuyos restos le fueron entregados cinco años atrás- y la desaparición de su padre biológico.
“Están todos durmiendo en Santa Fe; desde hace un par de años la causa no va para atrás ni para adelante”, afirma y acepta que de esta causa tiene “una mala impresión”, porque hasta donde sabe, con ella “no pasa nada”.
Reclama que se detenga al coronel (R) Juan Orlando Rolón, responsable del Ejército en la época en que fue asaltada la casa donde estaba viviendo la familia Cortassa.
La suerte corrida por la madre de María Carolina recién se supo en el año 2000 cuando sus restos, que habían sido enterrados como NN en el cementerio de Santa Fe, fueron identificados y entregados a la familia. De Enrique, no se tuvieron más noticias.
La niña que era Paula Cortassa, de algo más de un año, terminó siendo entregada en la Casa Cuna de Santa Fe, con un cuadro de desnutrición aguda y otras enfermedades, tiempo más tarde. Se ignora qué ocurrió con ella durante por lo menos dos meses de 1977 y por eso también reclama que se juzgue al ex juez de Menores Luis María Vera Candioti, quien la entregó en adopción a los Guallane.
El pasado 13 de diciembre María Carolina celebró su cumpleaños número 30, porque nació en Rosario en esa fecha y no el 4 de abril de 1976, en Santa Fe. “Me entregaron como un paquete”, se lamenta y también que no haya habido consideración hacía su caso en el Registro Nacional de las Personas, que le permitiera modificar “nada más” que su fecha de nacimiento. Esta historia secreta, que tanto dolor le causó, es la que reclama sea totalmente conocida y sus responsables, juzgados y condenados.
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