GRAN EXPECTATIVA EN LA PRIMERA JORNADA DEL ALTO EL FUEGO PERMANENTE DE ETA
El alto el fuego permanente anunciado ayer miércoles por la organización terrorista ETA entró en vigor a las 00.00 hora local de hoy, con una mezcla de sensaciones de esperanza, escepticismo y cautela.
Con la difusión de un comunicado a través de la televisión pública del País Vasco, ETA puso fin a meses de especulaciones sobre un eventual final de su actividad terrorista, que comenzó en 1968 y que desde entonces ha dejado unos 850 muertos y miles de heridos.
El anuncio llegó tras casi tres años sin atentados mortales y en un momento en el que la organización terrorista pasa por su momento más débil, con cientos de detenidos en los últimos meses y el estrechamiento del cerco de las policías de España y Francia.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, adelantó a principios de febrero que el momento era propicio para pensar que se estaba en “el principio del fin” de la actividad terrorista de ETA y reiteró su compromiso a trabajar por la paz.
ETA siguió poniendo bombas de escasa potencia en distintas localidades del norte de España, lo que generó incertidumbre sobre las intenciones reales de la organización terrorista, pero la comparecencia de tres encapuchados, dos hombres y una mujer, para anunciar el alto el fuego disipó finalmente las dudas.
Los portavoces etarras explicaron que “el objetivo de esta decisión es impulsar un proceso democrático” en el País Vasco y destacaron que “la superación del conflicto, aquí y ahora, es posible. Ese es el deseo y la voluntad de ETA”.
La organización terrorista hizo un llamamiento a “las autoridades de España y Francia” para que respondan “de manera positiva dejando a un lado la represión” y para que permitan que los ciudadanos vascos tengan “la palabra y la decisión sobre su futuro”.
“Todos debemos asumir responsabilidades, para construir entre todos la solución democrática que el pueblo vasco necesita”, añadió la banda terrorista, que consideró llegado “el momento de tomar decisiones de calado, pasando de las palabras a los hechos”.
ETA ha anunciado varias veces el cese de la violencia, aunque la tregua que entró en vigor en septiembre de 1998, y terminó con el asesinato de un militar en Madrid en diciembre de 1999, fue la primera anunciada como un “alto el fuego general”.
El término de “alto el fuego” es el mismo que utilizó el Ejercito Republicano Irlandés (IRA), cuando dio el primer paso que contribuyó a iniciar el proceso de paz en Irlanda del Norte.
Desde el Gobierno, la reacción fue de cautela y prudencia, seguida de un llamamiento de unidad a las fuerzas políticas y de la exigencia a ETA de que ofrezca “signos inequívocos” de su renuncia definitiva a la violencia para poder entablar un proceso de diálogo.
Zapatero se entrevistó el jueves con el rey Juan Carlos en una reunión de “carácter extraordinario” para intercambiar impresiones tras el anuncio de ETA y analizar la nueva situación.
El Ejecutivo socialista tendió la mano al conservador Partido Popular (PP), contrario a dialogar con ETA, para trabajar juntos en el proceso y se comprometió a que, en cualquier caso, se pedirá la autorización del Parlamento para cualquier iniciativa de diálogo.
El presidente del PP, Mariano Rajoy, condicionó su apoyo al Gobierno a que se den pasos “razonables”, no se pague un precio político, no se margine a las víctimas y se obtenga de la dirección de la banda terrorista una rendición incondicional e inequívoca.
Rajoy se entrevistará el próximo martes con Zapatero, que abrirá una ronda de consultas con todos los grupos políticos para mantenerles informados y hacerles partícipes del proceso.
En el debate político, comenzó también a plantearse cómo se desarrollará la “Hoja de Ruta” en un eventual proceso de paz.
El consejero de Vivienda del Gobierno regional del País Vasco, Javier Madrazo, planteó que el Parlamento debe aprobar una resolución en “favor del diálogo democrático y político”, a través de la que se concrete la creación de dos mesas de diálogo, una entre el Gobierno y ETA y otra entre todos los partidos vascos.
Según Madrazo, el diálogo entre la dirección de ETA y el Gobierno debe tener como meta que “la tregua permanente se convierta en cese definitivo de la violencia”, mientras que la mesa de los partidos debe trabajar para conseguir “la normalización política”.
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