Japón retomará abiertamente la caza comercial de ballenas
El país dejó la Comisión Ballenera Internacional y a partir de julio cazará los cetáceos en sus aguas territoriales y en su zona económica exclusiva.
Japón anunció este miércoles su retirada de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) con el objetivo de reanudar la caza comercial el próximo julio, 30 años después de haber puesto fin a esa práctica, al menos oficialmente.
En realidad, Japón nunca dejó totalmente de cazar ballenas, ya que el país usó un artículo de la moratoria que autoriza la captura de esos animales para la investigación. El programa de “caza científica” fue considerado una fachada para la caza comercial debido a que la carne de ballena se vendía luego en el mercado japonés.
Pero ahora, retomará públicamente la caza con fines comerciales, como ya hacen Islandia y Noruega.
El jefe de gabinete Yoshihide Suga dijo que Japón reanudará la caza comercial en julio “en conformidad con la política fundamental de promover el uso sustentable de los recursos vivos acuáticos con base en la evidencia científica”.
Sin embargo, Japón se abstendrá de cazar “en aguas de la Antártida o en el hemisferio Sur”, precisó el representante del ejecutivo, Yoshihide Suga, en una rueda de prensa, lo que fue considerado una victoria parcial para los defensores de los cetáceos.
La caza estará “limitada a las aguas territoriales y a la zona económica exclusiva” de Japón, “conforme a las cuotas de capturas calculadas según el método de la CBI para no agotar los recursos”, aseguró.
Críticas a una “nación pirata”
Las críticas no tardaron en llegar. El gobierno australiano se dijo “extremadamente decepcionado” y exhortó a Japón a reconsiderar su posición. Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores neozelandés Winston Peters envió a Tokio un mensaje similar, criticando “una práctica anticuada e inútil”.
“La decisión de Japón está completamente desfasada con la comunidad internacional, e ignora la necesidad de proteger nuestros océanos y estas criaturas majestuosas”, sostuvo Sam Annesley, responsable de la antena japonesa de la ONG ecologista Greenpeace.
La asociación estadounidense Humane Society International (HSI) lamentó por su parte que el archipiélago “se convierta en una nación pirata” que “mata a estos leviatanes del océano completamente fuera de los límites del derecho internacional”.
Aunque la carne de ballena constituyó una importante fuente de proteínas en la posguerra, en la actualidad la mayoría de los japoneses aseguran que no la consumen, o que lo hacen muy de vez en cuando, por lo que los detractores de la caza de ballenas dudan que la industria ballenera sea sostenible.
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