"Me siento luz y me siento sangre"
Jimena Barón desnudó su alma y le dedicó una emotiva carta a su hijo por nacer

La actriz y cantante está próxima a dar a luz. Con el embarazo avanzado, y como ya lo hizo con su primer hijo, Momo, se animó a plasmar sus sentimientos en un conmovedor mensaje
Jimena Barón tiene una manera muy personal de atravesar los momentos importantes: todo lo vuelve relato, lo transforma en una carta, y lo suelta al mundo con la misma espontaneidad y desparpajo con los que se muestra en cámara. Esta vez lo hizo a lo grande.
Con el embarazo su recta final, compartió en su Instagram una carta para el hijo que está en camino, acompañada por una foto de Justina Bulbarella que la muestra desnuda, entre las ramas de un arbusto, mostrando esa panza enorme y redonda que, según confiesa, la hizo sentirse “más mujer, más montaña, más mar, más animal” que nunca.
Junto a esa foto, poderosa y natural, el texto funciona casi como una puerta a su mundo interno, a los sentimientos que la atraviesan y a la intimidad de quien está por vivir uno de los momentos más trascendentes de su vida junto a su pareja, Matías Palleiro.
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Escribir cartas es una especie de rito personal. En cada una, Jimena construye una suerte de bitácora donde conviven emociones, agradecimientos y confesiones.
“Hijo:
Hoy se cumple nuestra famosa fecha “a término”. A tu hermano Momo tuve que escribirle una carta para despedirme de la panza y avisarle que podía nacer cuando quisiera, que yo estaba esperándolo. Hago lo mismo con vos hijo de mi corazón, por las dudas pienses que no quiero que nazcas, ya que te disfruté tanto pero tanto adentro de mí.
Quiero que sepas que tenerte en mi panza me hizo sentir la mujer más amada, fuerte y poderosa del planeta tierra. Que me siento la misma tierra, el agua, y la misma magia que hizo existir el planeta. Que me siento más segura que nunca, me siento luz y me siento sangre. Me siento mar, me siento montañas, me siento todo lo inmenso e impactante. Me siento un animal, siento esa misma calma y esa misma ferocidad.
Que ya te conozco hijo, aunque todavía no pueda verte.
Si, hay algo que me angustia de despedir la panza, pero quiero que sepas que en el fondo es felicidad y que nada me da más ilusión que poder parirte, agarrarte y verte. Ponerte en mi pecho piel con piel. Ver a tu papá mirarte por primera vez. A tu hermano conocerte.
El amor que te espera es desbordante, a veces no me entra en mi propio cuerpo. En mi cabeza mucho menos.
Te espero bebé, cuando vos quieras. Quiero darte la vida más linda que puedas tener. A mí ya me estás dando todo.
Te amo hijo, nunca vas a saber cuánto.
mamá."
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No es la primera vez que lo hace. De hecho, esa costumbre está presente en los hitos más emotivos de su historia familiar. Lo hizo cuando su papá hubiera cumplido 60 años y, sobre todo, cuando Morrison —su hijo Momo, fruto de la relación con el exfutbolista Daniel Osvaldo— cumplió 4 años. Recordó aquel día en que le pidió a su hijo que esperara a que su papá regresara de viaje antes de nacer y sintió que él le obedecía, que los dos estaban tranquilos, haciendo tiempo. Cuando Daniel Osvaldo llegó de madrugada, sintió que recién ahí todo estaba listo. Rescató ese instante en el que tuvo a su pequeño en brazos, apenas nacido, agarrando el cordón aún latiendo. Definió ese momento como el más mágico de su vida, como un antes y un después que volvió absoluta maravilla a una vida que ya venía siendo especial.
En cada carta se repite una constante: Jimena agradece, reconoce aprendizajes y admite que sus hijos la revolucionaron, que vinieron a enseñarle más de lo que ella podría enseñarles jamás. No hay poses en sus palabras. “Agradezco todas las noches que seas mi hijo”, le escribió a Momo. Ahora, la carta al nuevo integrante de la familia sigue ese mismo pulso emocional, con el plus de la experiencia y la vorágine hormonal del embarazo avanzado.