La ajedrecista que jugará el Mundial en Siberia
Carolina Luján, la número uno de la Argentina, se ganó la plaza al ganar invicta el Zonal de Asunción.
A orillas del río Irtish, a 2.900 kilómetros al este de Moscú, la ciudad de Khanty-Mansiysk se yergue como un centro de esquí imponente en la Siberia Occidental. No es para menos, ya que entre noviembre y marzo el frío azota el escenario, con temperaturas mínimas promedio de 20 a 22 grados bajo cero entre diciembre y febrero. Claro que la amplitud térmica es tan fuerte en el año que entre mayo y julio pueden sentirse hasta 34 grados. Por el bien de Carolina Luján, será mejor que la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) elija una fecha benévola para el Mundial de 2018, al que la número uno de la Argentina se clasificó tras ganar invicta el Zonal 2.5 en Asunción.
“Parece que otra vez habrá que cruzar el mundo, como siempre nos pasa a los latinos. Es lejos, el pasaje es muy caro y encima no hay nada lindo ahí, je”, le cuenta a Clarín la maestra internacional de 32 años, que sabe de lo que habla porque estuvo en esa ciudad en la Olimpíada de 2010 y en el Mundial de 2012.
“El torneo estuvo bueno, muy bien organizado, y yo me enfoqué en jugar bien partida a partida, porque hacía varios torneos que no podía definir partidas ganadas o con ventaja. Es que me juegan a a aguantar y encima no estoy jugando muy activamente y por eso me falta un poco de puño”, explica Luján.
Lo curioso del torneo es que solamente participaron ocho jugadoras, por lo que fue un todas contra todas durante siete rondas. Y Carolina se lo llevó con 5,5 puntos, luego de reponerse de las tablas firmadas en la primera rueda ante la paraguaya Monserrat Morales Flores, penúltima preclasificada y con 392 puntos ELO menos que la argentina. Una enormidad. “Fue bastante duro empezar empatando una partida en la que tuve ventaja de blancas contra la número 7. Me puso presión extra a la de ser favorita. De ahí en más tenía que ganar todas sin poder resbalar”, analizó Luján.
Su receta fue jugar cada ronda sin pensar en el resultado global y así llegó el título. “Le di mucha atención a no desconcentrarme y a meter fuerza en la parte final de la partida. Todas fueron complicadas y siempre se me dieron a favor y no tuve mayores problemas, incluso las que empaté”, describió.
El Zonal fue muy peculiar, porque de las ocho participantes, cinco son argentinas y se conocen demasiado. “Tenemos un grupo de WhatsApp entre todas porque somos amigas o viejas conocidas. Encima durante el torneo, Flor (María Florencia Fernández) cumplió años así que salimos todas a cenar a festejar. Eso sí, después en las partidas jugamos a morir, je”, relata.
Khanty-Mansiysk la espera, luego de su ausencia en el Mundial de Teherán de este año, del que se bajó porque no aceptó que los organizadores impusieran que las mujeres debían jugar con velo. “No puedo concebir que tengas que vestirte o comportarte en la sala de juego de una manera que va en contra de tu forma de ser”, le había dicho a Clarín en abril. El año próximo irá a Siberia. La esperan las piezas sobre el tablero.
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