LA PEQUEÑA BERENICE MOLINA REGRESA HOY A SU HOGAR Y LLEVARÁ UNA VIDA NORMAL
Berenice Molina se recuperó y hoy vuelve a su casa de Villa Gobernador Gálvez. La pequeña de 20 meses fue la primera paciente que vivió con un corazón artificial durante 25 días en la Argentina. Su problema cardíaco no tenía solución, pero a cien días de una operación muy difícil volverá hoy a jugar con sus amigos y familiares. La familia Molina no retornará a la casa precaria donde vivieron hasta diciembre. Ahora ocuparán una vivienda cómoda y en condiciones de salubridad en el centro de Villa Gobernador Gálvez, que les facilitó la empresa Paladini, donde trabaja el papá de la nena.
La pequeña que en diciembre pasado fue implantada en Buenos Aires con un corazón artificial como último recurso para salvar su vida, a la espera de un donante, finalmente no necesitó de un corazón nuevo. El suyo propio tuvo una evolución inesperada, “milagrosa” según algunos. A dos meses de que le retiraron el artificial y de que la chiquita vive con los latidos de su propio corazón, los médicos la autorizaron ayer a regresar a su ciudad.
No obstante, deberá continuar con controles quincenales en el hospital Elizalde, ex Casa Cuna de la Capital Federal.
Toda la familia Molina se preparaba ayer para emprender el regreso, ahora a un nuevo hogar. “Por suerte me consiguieron una casa que está muy bien, sobre pavimento y donde Bere podrá continuar su recuperación sin problemas”, explicó ayer el papá de la pequeña, David, a La Capital.
Lo principal fue conseguir un hogar con la menor cantidad de polvo en el ambiente. Y se sabe, eso es difícil de lograr en barrios con calles de tierra.
Con Berenice en casa, la vida familiar se ordenará. Milagros, la hermanita mayor, regresará al colegio -todavía no comenzó el ciclo lectivo-, la mamá Andrea retomará su trabajo como portera en una escuela de la zona y David volverá a levantarse a las cuatro de la mañana para cubrir su turno en Paladini, la empresa donde trabaja desde hace dos años y que fue clave para sostener los gastos de la familia en sus casi 100 días instalados en Buenos Aires.
Por lo demás, la conocida empresa procesadora y exportadora de carnes y embutidos donde trabaja David comprometió ayuda concreta para terminar una casa que los Molina tienen a medio hacer en Villa Gobernador Gálvez. Es a ese hogar donde la familia planea mudarse en una próxima etapa.
La pequeña padecía de una anomalía coronaria y cardiopatía dilatada, estuvo dos meses internada a la espera de un trasplante, con “el músculo cardíaco muy deteriorado, tan dilatado que su diámetro era mayor al de un adulto”, explicó el especialista que la atendió, Florentino Vargas.
Mientras se mantenía el corazón en funcionamiento con drogas endovenosas, la Secretaría de Salud de la ciudad de Buenos Aires gestionó un corazón artificial en Berlín.
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