La polémica reforma fiscal de Trump, a punto de ser ley
Los ricos y las grandes corporaciones serán los más beneficiados por el nuevo sistema tributario impulsado por el presidente.
La Cámara de Representantes (Diputados) de Estados Unidos dio ayer media sanción a una nueva versión de la mayor reforma tributaria de las últimas tres décadas, impulsada por el presidente Donald Trump, y habilitó a que el texto avance de inmediato en el pleno del Senado, donde será votada con modificaciones en las próximas horas, sólo para volver hoy a la Cámara baja para su aprobación definitiva. Después de meses de negociaciones y tras semanas de las votaciones originales de las dos cámaras del Congreso, 227 congresistas republicanos dieron media sanción a una nueva versión frente a 203 votos en contra, toda la bancada demócrata y 12 legisladores oficialistas. Con esta aprobación, el texto, que afectará a todos los contribuyentes —con grandes recortes para las empresas y los más ricos, reducciones más modestas a la clase media y medidas negativas para los sectores más bajos—, ingresó de inmediato al Senado.
Con este escenario favorable, la Casa Blanca se apuró a celebrar. “Hoy (por ayer) es un gran día, no solo para la Casa Blanca, no solo para el Congreso sino también para Estados Unidos”, aseguró la vocera Sarah Huckabee Sanders. Sin embargo, pocos minutos después, la oposición demócrata advirtió que el texto que obtuvo media sanción contiene artículos que violan el reglamento del Senado por lo que la Cámara alta deberá modificar el proyecto de ley. “La nueva votación de la Cámara baja es la más reciente evidencia de lo mal que los republicanos escribieron esta estafa tributaria”, sentenció la jefa de la bancada demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, en un comunicado.
Desde la oficina del jefe de la bancada mayoritaria republicana en la Cámara baja, Kevin McCarthy, informaron a la prensa que votarán hoy el texto que modificará y aprobará el Senado para enviarlo al presidente ese mismo día.
La nueva versión del proyecto de ley fundamentalmente recorta impuestos a las grandes fortunas y las empresas, reduciendo sus aportes de un 35 % a un 21 %, mientras que achica a siete las categorías fiscales para individuos.
La ambiciosa reforma fiscal que promueve Trump como “un regalo de Navidad” implica un aumento del déficit presupuestario de 1.500 millones de dólares en la próxima década, un incremento que el mandatario considera fundamental para revitalizar la actividad económica y acelerar el crecimiento anual del país por encima del 3 %, pese a sus promesas originales de reducir este número negativo.
Hace dos semanas, la Oficina de Presupuesto del Congreso, un ente técnico apartidario que se dedica a analizar las consecuencias fiscales y económicas de los proyectos de ley, advirtió que la reforma impositiva perjudicará a los más pobres y beneficiará a los que ganan más de 100.000 dólares anuales.
La Casa Blanca y las bancadas republicanas introdujeron en la reforma impositiva algunas enmiendas al sistema de salud conocido como Obamacare que, de ser aprobadas, destruirían el corazón de esa ley. Actualmente tener un seguro médico es obligatorio; sin embargo, esto, un punto central de la ley del anterior presidente, Barack Obama, será eliminado con la reforma impositiva.
La oficina legislativa estimó que este cambio provocará un aumento de los precios de los seguros médicos, lo que obligará a al menos cuatro millones de estadounidenses —la mayoría de bajos ingresos— a dejar de pagar y, por ende, dejar de recibir, además, beneficios impositivos que prevé la ley de salud.
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