La reina Isabel “pesa” a su familia antes y después de Nochebuena
La familia real británica cuida sus tradiciones como la plata.
Doria Ragland, la madre de Meghan Markle, será testigo de ello cuando, el mes que viene, se una a los Windsor en Sandringham House, donde, según se ha publicado, Isabel II la ha invitado a pasar la Navidad. La consuegra del príncipe Carlos tendrá que corresponder tal honor participando en tradiciones navideñas de la familia como asistir a la misa de rigor en la iglesia de St. Mary Magdalene, ver por televisión el discurso de Navidad de Isabel II o intercambiarse con ellos regalos de broma –el año pasado, Meghan Markle obsequió a la reina con un hámster cantarín–.
Más extraño le resultará a la madre de la duquesa de Sussex cuando llegue su turno de pesarse en una báscula del siglo XIX bajo la atenta mirada de la familia real británica. No una, sino dos veces: primero antes de la cena de Nochebuena y luego una segunda vez después de terminado el ágape. Además, alguien tomará nota de los dos pesos de Doria Ragland para luego poder compararlos.
Por supuesto, el ritual no se debe a ninguna extravagancia o capricho de la reina de Inglaterra. Tampoco consiste en avergonzar a aquellos Windsor que hayan engordado a lo largo del año, ni en reprender a los que, según la báscula, se hayan excedido en la cena. Según publica Majesty magazine, una revista especializada en la realeza, se trata por el contrario de una tradición que se remonta al reinado de Eduardo VII, y que tiene cierta lógica: el rey se aseguraba así de que sus invitados habían disfrutando el banquete.
En el caso de Sandringham, la cena de Nochebuena consiste en pavo asado y tarta de helado, por lo que la nueva comensal no tendrá problemas en coger unos gramos. Mejor eso que el halago en forma de eructo de la cocina china, habrá pensado Ragland.
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