LAS MUJERES ROSARINAS SE SIENTEN EN DESVENTAJA CON RESPECTO A LOS HOMBRES
Los estereotipos construidos socialmente, que ligan a la mujer a las tareas domésticas y al cuidado de los hijos, siguen en pie tanto en el ámbito público como en el propio hogar. La mayoría de las mujeres desearía trabajar más horas y asegura que los impedimentos para hacerlo son la crianza de los hijos y las ocupaciones domésticas, a las que dedican el tiempo libre que poseen. Se sienten en inferiores condiciones que los varones a la hora de acceder a un trabajo y las mayores dificultades que deben sortear están ligadas a una remuneración y ascenso justos. Mientras tanto, los varones siguen pensándose, en su mayoría, como jefes de hogar y sostenes económicos de sus familias. Además, el 82,2 por ciento de los hombres ni registran que haya diferencias de oportunidades a nivel laboral respecto de las mujeres, y no ven a su paternidad como un obstáculo para obtener trabajo.
Los datos surgen de un diagnóstico de situación de las mujeres en Rosario que en octubre pasado realizaron el Area de Investigación de Opinión Pública de Comunicación Social y el Area de la Mujer de la Secretaría de Promoción Social de la Municipalidad. Para ello se encuestó a 562 personas: 309 mujeres y 253 varones. El objetivo, conocer qué percepción tienen ellas de sí mismas y cuál es la percepción masculina sobre sus roles y el de las mujeres. También se buscó saber si persisten o no moldes tradicionales en la formación de estereotipos femeninos.
Pese a los avances que logró la población femenina en materia de inclusión laboral, académica y política, e incluso adentro del hogar (donde cada vez más comparte tareas con sus compañeros), aún persisten en la población rosarina conceptos tradicionales sobre la división de tareas según el sexo, percibidas, en su mayoría, por las propias mujeres.
A sacar cuentas
El informe consigna que, de los consultados, el 66,8 por ciento de los varones y el 58,3 de las mujeres realizan alguna actividad remunerada. Y mientras el 41,7 por ciento de mujeres dijo no tener ocupación remunerada, en igual situación se declaró el 30 por ciento de los hombres. Del total de personas con trabajo remunerado, cuatro de cada diez mujeres desean trabajar más horas, un anhelo que expresan tres de cada diez varones.
En cuanto a los obstáculos que encuentran para ello, el 90,6 por ciento de los hombres apuntó a la dificultad para conseguir más trabajo, y apenas el 5,7 consideró al cuidado de los hijos como una dificultad para lograrlo. En cambio, el 29 por ciento de ellas respondió que lo que conspira contra tener otro empleo es la atención de los hijos.
Al respecto, la coordinadora del Area de la Mujer municipal, Mariana Alonso, afirmó que “si bien el aumento de la participación de las mujeres en el ámbito público y, en particular, en la generación de ingresos es sostenido, su participación se caracteriza por la precarización laboral: el tener como objetivo trabajar más horas significa que carecen de una inserción segura y una buena remuneración”.
Una pregunta esencial fue cómo perciben hombres y mujeres las oportunidades laborales para sí mismos y para el sexo opuesto: el 82,2 por ciento de los varones las ven como igualitarias y sólo uno de cada diez piensa que sus chances son menores que las de sus compañeras.
En cambio, entre las mujeres la percepción difiere: el 30,6 por ciento cree que los varones colegas gozan de mejores oportunidades. Y entre las desventajas que advierten las mujeres, el 74,5 por ciento aludió a las chances de acceder al trabajo y un 34,5 a a la remuneración y los ascensos. En contraste, sólo el 11,8 por ciento de los varones considera como desventaja la remuneración o la chance de ascender en el trabajo.
Otra cuestión es si el hecho de ser varón o mujer se entiende como una contra a la hora de conseguir un trabajo. Un 40,1 por ciento de mujeres piensa que su sexo la perjudica para trabajar, mientras una ínfima parte de hombres (9,5 por ciento) cree que serlo le juega en contra para acceder a algún puesto. Para ellos, el mayor perjuicio radica en su propia capacidad, mientras un 28,5 por ciento de las mujeres mencionan dificultades por maternidad.
“Los datos reafirman la percepción que tenemos en cuanto a que, si bien la condición de la mujer en nuestra sociedad muestra avances en relación a épocas anteriores, perduran aún en las representaciones sociales aspectos difíciles de modificar, resultado y causa de diversas situaciones de desigualdad entre varones y mujeres”, dijo el secretario de Promoción Social, Pedro Pavicich.
El funcionario también consideró que “la inserción de la mujer en el espacio público redefine las relaciones en el ámbito privado”, y confió en que estos cambios ayuden “a la construcción de relaciones más democráticas entre hombres y mujeres e incluso entre adultos y niños”.
Doble jornada
En su tiempo de relax, muchas mujeres aprovechan para limpiar la casa, lavar ropa o cocinar algo rico para la familia. El 45,3 por ciento afirmó pasar su tiempo libre con tareas domésticas. Y mientras que el 25,6 por ciento lo dedica al cuidado de los hijos, sólo el dos hombres de cada diez dicen hacer lo mismo. En cambio, el 60 por ciento de ellos disfruta de su tiempo de descanso yendo a comer o a algún espectáculo, practicando un deporte, viendo TV o escuchando radio.
Esta situación se podría revertir y ellas pasarían a tener más descanso si recibieran más ayuda familiar: el 33 por ciento de las consultadas piensa esto y un 20,45 cree que, si se repartieran tareas, obtendrían a cambio más tiempo libre. Aun así, es interesante ver cuál es su concepto de tiempo libre, ya que no se identifica con ocio o recreación, sino con tareas que hacen a la doble jornada laboral femenina.
Para Alonso, “la encuesta refleja un conflicto entre maternidad y trabajo”, y demuestra que existe una gran presión social y personal de las mujeres sobre las tareas domésticas.
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