LEVANTARON LA SUSPENSIÓN A LOS ONCE CONSIGNATARIOS DE LINIERS
La Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca) levantó ayer, en el mismo día de su notificación, las suspensiones para operar a las 11 firmas consignatarias de hacienda, tras la regularización de su situación ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Por la noche, en un escueto comunicado, el Centro de Consignatarios de Productos del País informó de la situación y destacó que “las deudas exigidas eran inexistentes en muchos casos e inexigibles en otros”.
Por la mañana, cuando aún no se conocía este desenlace, una mezcla de incertidumbre, preocupación y temor reinaba en el Mercado de Hacienda de Liniers. Desde muy temprano, consignatarios, empleados de esta plaza comercializadora y representantes gremiales se congregaron en torno del “Monumento al Resero”, en la entrada principal (en el cruce de la avenida de los Corrales y Lisandro de la Torre), para manifestarse en defensa de sus puestos de trabajo.
“Algunos dicen que todo esto [por las suspensiones] va a terminar en el cierre del mercado, y eso nos preocupa, porque acá quedarían en la calle unas 2500 personas”, expresó Oscar De Negri, secretario del Sindicato de Obreros y Empleados de Casas Consignatarias. En tanto, Leonel, un arriero que trabaja en el mercado desde hace tres años, se preguntó: “Si los consignatarios no trabajan, ¿quién me va a pagar el sueldo?”.
La gran incógnita previa a los remates rondó en torno de la actitud que adoptarían las firmas suspendidas. “Aún no recibimos la notificación, por lo tanto vamos a operar. Es más, como mandatarios estamos obligados a cumplir con nuestro mandato”, dijo uno de los afectados por la medida, que pidió no ser identificado.
En ese sentido, el presidente de la empresa concesionaria del Mercado de Liniers, Roberto Arancedo, enfatizó: “Los 11 consignatarios deben vender, porque todavía no han sido notificados”.
No bien el sonido de los cascos de los caballos se trasladó desde la entrada principal hacia las calles del mercado, las campanadas indicaron que comenzaban las subastas y las palabras pronunciadas minutos antes se convirtieron en realidad: ocho de las casas mencionadas en la nómina de suspendidos trabajaron con normalidad. “Bueno, muchachos, acá estamos, como el mes pasado, como la semana pasada… y como siempre. Agradecemos todos el apoyo recibido”, exclamó instantes antes de iniciar la subasta Marcelo Rosas, rematador de la firma Alzaga Unzué, una de las perjudicadas.
Esta casa comercializó 125 vacunos. El detalle de lo operado por las restantes firmas en cuestión fue el siguiente: Lalor SA, 221; Madelan, 133; Mendizábal, 103; Aguirre Urreta, 85; Martín G. Lalor, 120; Harrington y Lafuente, 78, y Colombo y Magliano, 519 (Pereyra Yraola y Mariano Miguens no operan en Liniers, mientras que Iván O´Farrel no recibió animales).
En total ingresaron 4693 cabezas y el Indice Novillo del Mercado de Liniers registró una baja del 1,7 por ciento.
En tanto, montados en sus caballos algunos y apoyados sobre las barandas de las pasarelas otros, los compradores también mostraron su preocupación por la tensión existente. “Estoy muy triste por todo lo que pasa”, comentó uno de ellos.
Otro comprador, que prefirió no dar su nombre, comentó: “Esto afecta todo nuestro trabajo. Si se sigue con las suspensiones, no sé qué vamos a hacer”. Los consignatarios no alcanzados por la suspensión tampoco ocultaron su malestar. “El Presidente no entiende cómo funciona este negocio. No se nos puede poner como culpables de los aumentos a nosotros”, se quejaron en las oficinas de una tradicional firma.
VENTAS “AL OIDO”
En otro orden, cerca del mediodía se reunieron los 55 consignatarios que operan en el Mercado de Liniers, para conversar sobre la prohibición de las llamadas “ventas al oído”, que se anunció junto con las suspensiones y que implica que a partir del lunes 27 del actual sólo se podrá operar mediante subasta pública. Se trata de otra cuestión ríspida, puesto que, según se indicó en otra de las casas suspendidas, con esta medida “sólo se va a lograr entorpecer la operatoria y demorar a los animales en los corrales”. Según fuentes del sector, un 35 por ciento de las operaciones se realiza mediante esa modalidad.
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