LIBERAN A UNA PERIODISTA ESTADOUNIDENSE
La periodista estadounidense Jill Carroll fue liberada por sus secuestradores después de casi tres meses de cautiverio en Irak .
Una fuente del ministerio de Defensa indicó que la ex rehén, escoltada por hombres armados, llegó a la sede del Partido Islámico en el oeste de Bagdad.
La periodista, de 28 años y que trabaja para el diario Christian Science Monitor, fue secuestrada el 7 de enero en Bagdad. Su intérprete fue hallado muerto a balazos en el lugar donde fueron raptados.
“Me trataron bien”. Tras la liberación, Jill Carroll apareció en buen estado en la cadena de televisión Bagdad del Partido Islámico iraquí y afirmó haber sido tratada bien durante su secuestro.
“Me trataron bien. Me siento en buena forma y quiero reunirme rápidamente con mi familia”, declaró la periodista liberada, que llevaba un vestido ancho y la cabeza cubierta por un pañuelo islámico.
Los secuestradores “me autorizaron una única vez a leer un periódico y una única vez a ver la televisión, pero no fue suficiente para tener una idea de lo que pasaba en el mundo”, explicó.
El alivio de la familia. En un comunicado leído hoy por Richard Bergenheim, director del periódico Christian Science Monitor -para el que colaboraba Carroll cuando fue secuestrada- la familia pidió que se respete su intimidad, para poder “centrarse en la recuperación” de la periodista.
La familia expresó su agradecimiento a la publicación por “mantener viva la imagen de Jill en Irak” y tuvo un momento de recuerdo para los occidentales que aún permanecen secuestrados en el país árabe.
“Esperamos que ellos también puedan regresar pronto”, concluye el comunicado.
Satisfacción de Rice. La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, expresó su “gran alegría” y “gran alivio” en Berlín, tras el anuncio de la liberación en Bagdad de la periodista.
El anuncio de esta liberación es una “gran alegría, un gran alivio para Estados Unidos, para el pueblo estadounidense y, estoy segura, para los pueblos de todo el mundo”, declaró Rice.
El secuestro. La periodista fue secuestrada cuando iba a encontrarse con Dulaimi en su despacho en Bagdad.
Los secuestradores de Carroll, un grupo armado desconocido hasta entonces y llamado “Brigadas de la venganza”, habían amenazado con matarla si las autoridades no liberaban a las prisioneras en Irak.
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