Los socialistas franceses viran a la izquierda
El fuerte discurso social de Hamon lo llevó a imponerse en la primera vuelta de las primarias a Valls, el gran favorito.
El ex ministro de Educación, Benoit Hamon, ganó ayer la primera vuelta de las elecciones primarias de la izquierda francesa con 36,1% de los votos y quedó a un paso de convertirse en el candidato del Partido Socialista (PS) en la elección presidencial del 23 de abril y 7 de mayo. El ex primer ministro, Manuel Valls, ocupó el segundo lugar con 31,2% de los sufragios. Ambos disputarán el domingo próximo la segunda vuelta de esta batalla interna de la izquierda, que reúne a socialistas, dos grupos ecologistas y el Partido Radical de Izquierda.
El pronunciamiento de las urnas confirmó la profunda división que existe dentro del PS entre la línea social-liberal que encarnan Hollande y Valls, y una corriente ubicada a la izquierda, expresada por Hamon y Arnaud Montebourg.
Montebourg, ex ministro de Industria -que llegó en tercer lugar con 17,9% de votos-, pidió a sus electores que respalden a Hamon en la segunda vuelta. En cuarto lugar se ubicó el socialista Vincent Peillon (6,8%), seguido por el ecologista François de Rougy (3,8%), la radical de izquierda Sylvia Pinel (2%) y el verde Jean-Luc Bennhamias (1%).
Con una movilización cercana a dos millones de electores -la mitad de la participación lograda hace dos meses por la derecha conservadora-, la primera vuelta de las primarias socialistas puso en evidencia la depresión que existe entre los militantes, decepcionados por los cinco años de gobierno de François Hollande.
El fulgurante ascenso de Hamon recién comenzó a ser percibido por los sondeos hace dos semanas. Todas las encuestas preveían hasta ese momento que el balotaje del domingo próximo se disputaría entre Valls y Montebourg.
Si la transferencia de votos se realiza correctamente, el apoyo de Montebourg casi asegura la victoria de Hamon, de 49 años, actual diputado, que en 2014 renunció al ministerio de Educación en desacuerdo con la orientación social-liberal del presidente Hollande y su primer ministro Manuel Valls.
Partidario de una política de fuerte contenido social y de un modelo económico basado en el respeto de la ecología, Benoit Hamon defiende una “nueva visión” de la sociedad y -entre otras propuestas- propicia la adopción del llamado “ingreso universal de existencia” para los sectores más débiles de la sociedad. Esa iniciativa fue muy criticada por sus adversarios, que la consideran “utópica” y “ruinosa” desde el punto de vista financiero. Hamon se identifica, en términos generales, con los mismos valores que defendió el senador Bernie Sanders durante las primarias del Partido Demócrata en los Estados Unidos.
Es la primera vez desde el Congreso de Epinay de 1971 -que marcó la reunificación del PS bajo el liderazgo de François Mitterrand-, que la línea social-demócrata es derrotada por el ala izquierda del partido.
Si esa opción se confirma el domingo próximo, los socialistas quedarán confrontados a dos grandes desafíos en la próxima elección presidencial.
Por un lado, el PS y sus aliados corren el riesgo de sufrir una fuerte hemorragia de electores, que pueden sentirse tentados por el programa reformista de Emmanuel Macron, ex ministro de Economía de Hollande. Hace pocos meses, Macron lanzó su candidatura independiente al frente del movimiento social-liberal En Marcha, que aspira a convertirse en una “alternativa moderna” frente a las propuestas de la derecha y la izquierda. Los sondeos para la batalla presidencial ubican a Macron en tercer lugar con un caudal de 19 a 21% de votos, detrás del candidato conservador François Fillon (24-25%) y de la líder de la extrema derecha Marine Le Pen (25-26%).
El segundo desafío del PS y sus aliados proviene del movimiento Francia Insumisa, de Jean-Luc Melenchon, un frente que nuclea a varios movimientos de ultraizquierda. Los sondeos le atribuyen entre 12 y 15% de votos. Una encuesta realizada anoche por el instituto Ipsos ubica a Hamon en quinta posición con apenas el 8% de los sufragios.
Con Hamon, tanto Francia Insumisa como el PS competirán por el mismo electorado. La unión de ambos partidos los colocaría en primer lugar, pero las características personales de Melenchon y la intransigencia de su programa lo hacen difícilmente probable.
Algunas de esas incógnitas quedarán despejadas en el debate televisivo entre Hamon y Valls, previsto para el próximo miércoles.
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