Los vecinos de Nueva Pompeya se sienten abandonados
Los vecinos piden por recolección de residuos y reposición de luminaria. Gobernador Freyre y 12 de Infantería y Ayacucho al 3500, las zonas más complicadas.
La vida diaria de los vecinos del barrio Nueva Pompeya presenta innumerables complicaciones por el crecimiento de los pastizales, la falta de iluminación y los cordones cunetas tapados por los residuos no recolectados que provocan anegamiento de calles cuando llueve.
Cansados se vivir en estas condiciones y de reclamar a la Municipalidad, recorrieron junto a El Litoral, una de las partes más afectadas de uno de los conglomerados más populares del norte de la ciudad.
“Cuando llueve no podemos entrar ni salir, sobre Freyre está tapada la zanja y no se conecta con el nuevo desagüe sobre Ayacucho, por eso el agua se queda estancada y nos inundamos”, comentó María Duarte, una de las vecinos del lugar. “Parece que somos de otro planeta, por lo abandonado que estamos”, agregó otro de los vecinos.

Entre las calles Gdor. Freyre, Ayacucho, Zavalla y Larrea, hay un terreno con pastizales que superan los dos metros de altura. Foto: Mauricio Garin
Sin mantenimiento
En el desagüe de Pavón-Ayacucho, que forma parte de la obra que se extiende a lo largo de 1.310 metros —entre Facundo Zuviría y Peñaloza—, el municipio invirtió 25 millones de pesos. Esto permite evacuar un caudal de 5 metros cúbicos de agua por segundo, lo que equivale a 18 millones de litros por hora.
Pero sólo alcanza caminar paralelo al cordón cuneta para evidenciar que los yuyos y la basura obstaculizan el canal por donde debería desagotarse el agua residual y de lluvia. Además, los vecinos aseguran que la cuadrilla municipal sólo llega a limpiar hasta 12 de Infantería. “En la esquina de Freyre van con las carretillas, acumulan y dejan los sedimentos ahí”, manifestaron.
Con respecto a la recolección, dicen que el camión sólo pasa por Gdor. Freyre y 12 de Infantería, pero para la zona de Ayacucho no ingresa. “Tranquilamente puede pasar porque la calle es de ripio y está bien, no sabemos porque no entra”, expresó Isabel Saez, otra vecina.
La falta del servicio obliga a los habitantes del lugar a amontonar la basura en una esquina y a quemarla, porque si queda por mucho tiempo atrae roedores. Al incinerar los residuos el humo negro penetra en los hogares, causando malestar y consecuencias a la salud de las personas.
Mientras se llevaba adelante la obra del desagüe, para la ejecución los vecinos aseguran que la empresa constructora debió retirar algunos postes de luminaria y la cuadra de Ayacucho al 3500 quedó “a ciegas”.
Pasó más de un año de la culminación del trabajo —diciembre de 2016— y aún no funciona el alumbrado público, porque los postes de luz nunca fueron repuestos y las conexiones eléctricas no funcionan. Desde la Municipalidad aseguran que los postes no fueron removidos.
“Cuando la empresa hizo el desagüe sacaron el cableado y así quedó. De noche es una boca de lobo”, comentó un vecino. Por ello, entre todos se ayudan para que la cuadra tenga un poco de luz y colocan reflectores en el frente de sus casas.
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