Lula, ante la Justicia como testigo
Defendió desde la cárcel la oscura designación de Río como sede olímpica.
En su primera aparición desde que fue encarcelado el 7 de abril, el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva aprovechó su comparecencia por videoconferencia como testigo en un juicio por presunta corrupción en la elección de Río de Janeiro como sede de los Juegos Olímpicos de 2016 para cargar contra la Justicia, defender su legado y negar que haya habido fraude en aquel proceso de selección internacional.
“Lamento que la denuncia de compra de votos venga ocho años después. No sé quién hizo esa denuncia, no quiero saberlo, no lo conozco. Pero como estamos viviendo en un momento de denuncismo, cualquiera dice cualquier cosa”, arremetió Lula antes de ser interrumpido por el juez carioca Marcelo Bretas.
El magistrado, que está a cargo de la mayoría de los procesos que involucran la operación Lava Jato en Río de Janeiro, pidió al exmandatario que se limitara a responder las preguntas y evitara los ataques a la Justicia.
Condenado a 12 años y un mes por corrupción y lavado de dinero por haber recibido de la constructora OAS un departamento a cambio de garantizarle contratos con Petrobras, Lula aportó su testimonio como testigo del exgobernador de Río de Janeiro Sergio Cabral, y la transmisión se realizó desde la sede de la Policía Federal en Curitiba, donde está detenido.
“Mi compromiso es con la verdad. No creo que hoy en Brasil haya un brasileño que busque más la verdad que yo. Estoy cansado de las mentiras; quiero la verdad”, dijo en lo que parecía más una referencia a las acusaciones en su contra que las que pesan sobre Cabral, también en prisión y ya condenado a más de 50 años de reclusión por diversos crímenes relacionados con Petrobras.
Vestido de traje, Lula apareció en la audiencia con la misma corbata con los colores de Brasil que había usado en 2009 en la ceremonia en Copenhague en la que Río fue anunciada como vencedora de la sede olímpica para 2016, por delante de las otras ciudades candidatas favoritas: Madrid, Tokio y Chicago. “Me veo bonito, ¿no?”, bromeó el exmandatario de 72 años no bien se sentó delante de la cámara y vio su imagen.
En esa votación en Dinamarca, fueron claves los votos de los miembros africanos del Comité Olímpico Internacional. Y el juez Bretas indagó a Lula sobre la presunta compra de votos para que ganara la candidatura brasileña.
“Nunca supe de ningún negociado, en ningún momento. Incluso firmé un decreto en 2009 que obligaba a la transparencia de todos los datos”, respondió Lula. “No hubo ningún intercambio de favores. Para Brasil, apoyar a África era una cosa natural. Viajé 34 veces a África, abrí 19 embajadas en África. Eso daba a los africanos un sentimiento de hermandad con Brasil. Y yo luchaba para que los continentes pobres tuviesen derecho a realizar unos Juegos Olímpicos”, dijo durante su comparecencia.
Como parte del juicio también declaró en calidad de testigo el astro futbolístico Pelé, que apoyó en todo momento la candidatura brasileña y estuvo presente en Copenhague el día del triunfo, junto a Lula y Cabral.
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