Marina Calabró confesó que en la cama es un verdadero volcán
Desde que decidió trabajar en los medios, jamás se imaginó que en el 2015, su nombre iba a convertirse en el más buscado por los argentinos en Google. Pero así fue. Y el motivo, mal que le pese, fueron las fotos prohibidas que le hackearon y, luego, se viralizaron como fuego por las redes sociales. Con tiempo y varias demandas de por medio, logró que aquellas imágenes quedaran en el pasado. Pero no hay dudas de que Marina Calabró (de ella se trata) es una de las periodistas que suele generar más fantasías entre el público masculino. Y ella, claro, no se preocupa mucho por disimularlo…
Hace casi un mes, Marina confirmó que acababa de comprometerse con Martín Albrecht, su pareja y gerente comercial de América, el canal en el que ella trabaja. “Es nuestra unión de amor”, tiró, con una sonrisa enorme, en el piso de Intrusos. Y no hay dudas de que ese cariño se alimenta con pasión, muchísima pasión. “El sexo es muy importante en mi vida”, se sinceró. Y fue apenas el arranque.
“Me da pudor hablar de mi intimidad porque no quiero que Martín se ruborice cuando lea la nota. Pero la verdad es que con él descubrí otra dimensión del erotismo, de la sexualidad y de la conexión íntima”, contó Marina en Crónica. Y siguió: “Es muy loco lo que nos pasa. El sexo es un alimento maravilloso. Disfruto mucho los momentos de intimidad y también los deseo, los espero, los buscamos y los construimos, sinceramente somos muy hot”.
Hot, calientes, sí. Todo eso que la muchachada que la sigue detrás de las pantallas se imagina. Y está claro que a ella ni se le ocurriría defraudar a sus admiradores. A los 42 años, la hija del recordado Juan Carlos Calabró pasa por uno de sus mejores momentos. Y no piensa interrumpirlo.
De hecho, por ahora desestimó la posibilidad de volver a ser madre. “Me siento plena con Mía (producto de su primer matrimonio). Tiene 7 años y el hijo más chico de Martín, 8. No estoy para cambiar pañales, no es un proyecto. Estamos en otro momento de la pareja en donde tenemos más ganas de buscar y armar espacios para el disfrute y la intimidad, en el sentido amplio”.
Luego de reconocer que no es muy adepta a la cocina (“soy medio cachivache, más del delivery”, confesó), la panelista del programa de Rial reveló algunos de sus trucos para verse tan bien y, lógico, ser tan deseada. “Me hice las lolas en el 2010. Y nada más. Siempre digo que me tengo que poner botox pero nunca lo hago. Ojo, me da miedo porque no quiero parecer una muñeca de cera. Pero mientras mi novio no se queje…”
Y aunque él no abrió la boca, no hay dudas de que con tanto sexo, tanto erotismo y tanta piel a mano, el libro de quejas puede seguir cerrado durante varios años más, ¿no?
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