Migraña
La migraña se caracteriza por ser un dolor de cabeza muy intenso, pulsátil, muy invalidante. Se acompaña de síntomas como fotofobia, náuseas y vómitos. Las crisis se desencadenan en respuesta a determinados estímulos.
¿Qué es la migraña?
La migraña o jaqueca es uno de los tipos de dolor de cabeza más frecuentes. Se trata de un cuadro invalidante, que se acompaña de síntomas sensitivos y sistémicos, y puede desencadenarse por múltiples factores. La principal característica de las migrañas es el aura.
El aura son un conjunto de alteraciones sensitivas, como sensación de deslumbramiento o de lengua acorchada, que se presentan una media hora antes de que aparezca el dolor hasta en un tercio de los casos. Las crisis migrañosas que se presentan con aura, se denominan como: migraña clásica.
¿Qué factores pueden desencadenar una migraña?
*Algunos olores fuertes.
*Los hábitos tóxicos, como el consumo de alcohol y el tabaquismo.
*En muchos casos, la falta de sueño y a veces, el exceso de horas de sueño, pueden desencadenar una crisis.
*La ingesta de cafeína, alimentos ricos en glutamato monosódico y las carnes ricas en nitratos (está descrita “la migraña por perritos calientes”).
*El exceso de calor y los cambios de presión atmosférica, especialmente las bajas presiones, pueden actuar también como desencadenantes.
El aura de las migrañas
El aura, si bien no se produce en todas las crisis de migraña, es uno de sus rasgos más llamativos. Aparece en la mayoría de los casos una media hora antes de que se desencadene el dolor. Por definición, estos síntomas son totalmente reversibles. Aparecen, progresan hasta instaurarse y desaparecen sin dejar secuelas de ningún tipo.
Aunque es poco frecuente, los síntomas del aura pueden persistir durante la crisis o incluso aparecer después de ella. En casos excepcionales, puede producirse aura sin migraña.
¿De qué síntomas hablamos?
*En la migraña, son muy frecuentes las alteraciones visuales, como el deslumbramiento, la fotofobia o la visión en túnel. Se pueden producir también puntos ciegos (escotomas) o verse estrellas, luces en zigzag destelleantes (fosfenos), entre otros.
*Alteración de la sensibilidad en las extremidades, como cosquilleos, sensación de entumecimiento o acorchamiento.
*Sensación de lengua pastosa o dificultad para articular las palabras.
*Entre otros síntomas, el paciente con migraña presenta vértigos, las náuseas, somnolencia o tendencia al sueño y dificultad para concentrarse.
Manifestaciones clínicas durante una crisis de migraña
*Fotofobia y sonofobia.
*Es muy frecuente la tendencia al sueño durante las crisis.
*En algunos casos puede haber diarrea o aumento de la necesidad de orinar.
*El dolor se presenta de manera gradual. Inicialmente, el dolor es sordo, poco localizado, y a los pocos minutos aumenta bruscamente de intensidad.
Una vez instaurado, el dolor muy intenso, de tipo pulsátil, localizado normalmente en un solo lado de la cabeza. Es un dolor altamente invalidante, que impide realizar cualquier tipo de actividad y obliga al reposo.
Náuseas, vómitos, temblores, sudoración y palidez. En muchos casos, los vómitos pueden desencadenarse después de estímulos luminosos, sonoros o hasta por olores fuertes.
¿Cómo se resuelve la migraña?
Una crisis de migraña tiene una duración de entre 2 y 72 horas. El cuadro, si bien tremendamente doloroso y molesto, suele resolverse después de: dormir, vomitar, orinar o defecar.
¿Cómo se diagnostica?
La migraña es fácilmente diagnosticable por la clínica, los antecedentes y por los desencadenantes que refiere el paciente. Aunque no es necesario para el diagnóstico, un TAC cerebral ayuda a descartar otras patologías. Por tanto, en caso de que el diagnóstico no sea seguro, se recomienda realizarlo.
Diagnóstico diferencial
El diagnóstico diferencial de la migraña debe realizarse con otros tipos de dolor de cabeza. Fundamentalmente, con la cefalea de tensión y la cefalea en racimos.
La cefalea de tensión es el típico dolor de cabeza. Se produce por una contractura de los músculos cervicales y faciales. Por eso es típico que aparezca después de muchas horas estudiando, trabajando con ordenadores, etcétera. Este es un dolor totalmente diferente, como un peso sobre la frente y no es invalidante. Simplemente, es molesto el zumbido constante. Normalmente, la gente no se siente abatida, si no más bien, irritada.
La cefalea en racimos es un dolor con unas características muy peculiares, que la hacen muy reconocible. Las crisis se presentan agrupadas en el tiempo, “en racimos”. Así, tras un periodo sin dolor, aparecen varios episodios muy dolorosos al día, durante varios días. Se circunscribe a la región de la cabeza en torno al ojo. Se acompañada de lagrimeo, de secreción nasal y, a veces, caída del párpado.
Tratamiento de las migrañas
En primer lugar, son necesarias una serie de medidas higiénicas. Se recomienda que el paciente descanse en una habitación cómoda, fresca, sin luz y sin ruidos. La administración de antieméticos como la metoclopramida (primperán), reduce las náuseas y mejora el malestar del paciente. Se recomiendan en todos los casos. De cara al tratamiento del dolor, existen diferentes opciones terapéuticas.
Si el dolor es leve o moderado, administrar un AINE, es decir, un antiinflamatorio no esteroideos (como el naproxeno o ibuprofeno) tan pronto como sea posible tras el inicio del dolor. Si el dolor persiste, repetir la toma cada 4 o 6 horas.
Si el dolor es severo, o no responde a analgésicos habituales, administrar fármacos de la familia de los triptanes (sumatriptán).
Los triptanes están totalmente contraindicados en pacientes con cardiopatía isquémica o con claudicación intermitente. Son vasoconstrictores, lo que explica que puedan desencadenar una angina de pecho o empeorar el dolor.
Tratamiento preventivo
En aquellas personas con más de 2 crisis de migraña al mes, está recomendado realizar tratamiento preventivo. Las opciones farmacológicas son muy variadas, y dependen de las condiciones del paciente, por lo que es un tratamiento individualizado.
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