Neuquén: cinco familias gitanas en la mira por estafas con autos

Conocen los artilugios de la ley para no tener antecedentes al venderlos.
Como un reloj suizo, las estafas gitanas con la venta de vehículos, especialmente de camionetas último modelo, funcionan a la perfección. Nada se les escapa a cinco familias cíngaras neuquinas que tienen un estudio del mercado y de los posibles giros legales para no quedar pegados en la maniobra. Al devolver una parte del dinero a las víctimas, ellos quedan sin antecedentes penales y, así, vuelven al ruedo rápidamente.
En las últimas semanas se registraron dos estafas, y en lo que va del año al menos diez personas denunciaron ser víctimas de una estafa con la venta de un vehículo por parte de integrantes de la comunidad cíngara. Los denunciados son siempre de las mismas cinco familias, que viven en los barrios Mariano Moreno y Villa Farrel, cerca de las vías del tren.
La maniobra es sencilla. A través de publicaciones en internet, ofrecen vehículos con poca antigüedad y kilometraje por un precio inferior al de las concesionarias.
Así, logran tentar a compradores de todo el país que viajan hasta la capital neuquina para comprar su tan ansiado vehículo con ahorros que, en algunos casos, son de toda una vida. En Neuquén, los estafadores los reciben como invitados de honor y hasta los agasajan con un asado.
Los compradores prueban el vehículo, entregan el dinero acordado y firman un boleto de compraventa. A partir de ese momento comienzan las excusas para realizar la transferencia y entregar el vehículo.
$300 mil El monto mínimo con el que se quedan en cada estafa
En algunos casos, los compradores entregan la totalidad del dinero acordado y solo les devuelven una pequeña parte.
Solución del conflicto
Tal como establece el Código Procesal Penal de Neuquén, el fiscal o juez procurará “la solución del conflicto primario surgido a consecuencia del hecho, a fin de contribuir a restablecer la armonía entre sus protagonistas y la paz social”.
De esta manera, los estafadores ni siquiera llegan a una formulación de cargos o de juicio, porque “arreglan” la devolución de una parte del dinero con las víctimas y con ello se da por extinguida la acción penal.
Esta posibilidad es bien conocida por los estafadores, que son detenidos cientos de veces por la Policía y nunca quedan presos.
Sumado a eso, el delito de estafa tiene una pena que va de un mes a seis años de prisión, uno de los requisitos para aplicar un criterio de oportunidad, donde se puede prescindir de la acción penal. Otro requisito es que “exista una conciliación entre las partes”.
Mismos autores, mismos vehículos
En la investigación realizada por LMN sobre las estafas gitanas, saltaron a la luz datos llamativos. Los vehículos ofrecidos para la venta son siempre los mismos, tanto que una misma camioneta puede llegar a ser secuestrada con orden judicial hasta tres veces en un mes por estafas diferentes. Los apellidos y nombres también se repiten una y otra vez en distintas causas judiciales, al punto de que ya son conocidos en los pasillos de Ciudad Judicial. Por último, son los propios estafadores quienes retiran los vehículos secuestrados del predio policial con total tranquilidad.
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