Santa Fe
"No me violes, puedo ser tu mamá": un ladrón entró a su casa, la tomó de rehén y la policía logró detenerlo

Durante la mañana del lunes, un sujeto fue detenido luego de protagonizar una insólita e inquietante secuencia delictiva en la zona de calle 1° de Mayo al 3300, en la zona céntrica de la ciudad de Santa Fe.
Una vecina de 1° de Mayo al 3300 sorprendió a un delincuente dentro de su habitación. Con temple y palabras, logró calmarlo, darle de comer y convencerlo de entregarse.
Todo comenzó cerca de las 6 de la mañana, cuando una mujer se comunicó por WhatsApp con el grupo de seguridad del barrio y alertó que un desconocido había ingresado a su casa por una ventana. La víctima logró salir corriendo, ponerse a resguardo y dar aviso a la policía.
Al llegar los móviles, el delincuente ya había escapado. Sin embargo, en su huida, saltó techos y terrazas y terminó entrando en otra vivienda de la misma cuadra, donde se encontró con una nueva víctima: una mujer que estaba en su dormitorio y se despertó sobresaltada al notar la presencia del intruso.
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El testimonio de la víctima
El relato de esta segunda víctima es escalofriante. "Eran las 6:45 de la mañana. Veo un masculino que entra por mi ventana y se me abalanza, me tapa la boca y me dice: 'No grites porque te hago boleta'. Me empezó a besar, me decía 'dame un beso'. Yo dije 'soné acá'. Le pedí que no me hiciera nada, le dije que tenía hijos, que podía ser su madre. Él dudaba entre sacarse el pantalón o escucharme", relató con notable templanza.
Lejos de paralizarse, la mujer apeló a su calma, humanidad y capacidad para contener al delincuente: "Le pregunté por qué hacía esto. Me dijo que no tenía trabajo, que su mamá tenía leucemia. Le ofrecí un café, pan con queso, una Coca-Cola. Me pidió un cigarrillo. Le pregunté si quería ver algo en Netflix. Le puse una serie y se quedó dormido".
En ese momento, ella aprovechó para mandar un mensaje de WhatsApp en silencio y planear una forma de hacerlo salir de la casa: "Le dije que la policía no se iba a ir, que lo podía llevar al médico y hacerme pasar como su madre. Lo convencí para que se cambie. Salimos juntos, abrazados, y caminamos una cuadra y media".
La historia tuvo su cierre minutos después. La policía, que ya estaba desplegada en la zona, finalmente lo interceptó en la intersección de 1° de Mayo y Obispo Gelabert. Llevaba consigo una notebook robada de la primera vivienda.
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Según el parte oficial, el móvil 11446 detectó al sospechoso en Santiago del Estero y 9 de Julio. Al realizar la requisa, hallaron entre sus pertenencias una computadora portátil que había sido denunciada como sustraída en calle 1° de Mayo 3300.
El joven, de 26 años, fue trasladado a la Comisaría 1ra, donde quedó detenido y a disposición de la fiscalía de turno. Antes de ser llevado, fue examinado por medicina legal.
Un hecho que podría haber terminado mal
"Sentí que me iba a violar. Pero también sentí que si lo escuchaba, si le hablaba, podía evitar lo peor", sostuvo la víctima. Su relato evidencia una increíble capacidad para mantener la calma en una situación extrema y un enfoque humano ante alguien que, con amenazas y violencia, irrumpió en su hogar.
"Me dijo que ya había estado preso, que nadie le da trabajo. Le dije que nunca es tarde para cambiar, que lo que estaba haciendo al no hacerme daño ya era un cambio. Y él confió. Caminamos juntos hasta que lo atrapó la policía", concluyó la mujer.
Un caso tan inquietante como revelador de las miserias sociales, la fragilidad humana y la fuerza que pueden tener la palabra y la empatía en medio del caos.