Por falta de recursos: renunció el Jefe de la Armada
“Hay mucho para hacer y poco con qué hacerlo”, afirmó en su despedida el contraalmirante Vernazza.
Con la presencia del jefe del Estado Mayor de la fuerza se realizó el martes en Puerto Belgrano, el cambio de jefatura del Comando de Operaciones de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada (COAA). Una ceremonia que, por rutinaria, no dejó de contar con elementos que la destacaron de otras similares. Por un lado, fue el primer recambio importante en la fuerza tras el hallazgo del submarino ARA San Juan, el pasado 16 de noviembre.
La desaparición y búsqueda del navío marcó los últimos trece meses gestión de la Armada y dejó huellas dentro de la fuerza. “Avisoro aguas más tranquilas de las que he tenido”, dijo en su discurso de despedida el contralmirante Osvaldo Andrés Vernazza.
No obstante, no le planteó un escenario fácil de afrontar a su sucesor, el contralmirante Fabián D´Angelo. “La tarea que le espera no es menor. Hay mucho para hacer y poco con qué hacerlo”, le advirtió el jefe saliente.
“Responsabilidad trascendente tendrá por delante. La defensa y la salvaguarda de la vida en el mar y la custodia de los recursos naturales, entre otros. Y no tendrá los medios suficientes para llevarlos a cabo”, lanzó Vernazza, quien de todos modos no dudó de la gestión de su reemplazante.
“Es un excelente profesional y el equilibrio de sus acciones, marcará sin dudas su éxito”, agregó en referencia a D´Angelo, quien hasta abril pasado estuvo al frente de la base naval ubicada a 30 kilómetros de Bahía Blanca y donde se asienta la Flota de Mar.
Vernazza habló frente al vicealmirante José Luis Villán, jefe del Estado Mayor de la Armada, quien en marzo pasado lo designó al mando del COAA y propuso su ascenso, desde la dirección de Comunicaciones e Informática. Fue tras la apertura de un sumario interno y el pase a disponibilidad del contralmirante Luis López Mazzeo, a cargo del COAA cuando se perdió el submarino.
López Mazzeo es protagonista de una fuerte interna con el anterior jefe de la Armada, almirante Marcelo Srur, evidenciada en sus testimonios confrontados ante la bicameral del Congreso que investiga la desaparición del ARA San Juan.
“Todas las jornadas este año fueron muy largas, pero ustedes estuvieron a la altura de las circunstancias. Pusieron todo en cumplimiento del uniforme”, le señaló Vernazza al personal que estuvo a su cargo. Había asumido el 23 de marzo en reemplazo del contralmirante Rafael Gerardo Prieto, un jefe interino que sucedió a López Mazzeo.
Desde aquel momento y hasta la llegada de Ocean Infinity en setiembre, la responsabilidad de la búsqueda del submarino pasó por sus manos.
A pocos días de asumir, el operativo para dar con el ARA San Juan se quedó sin ayuda internacional. Antes del 2 de abril, la Armada de la Federación Rusa retiró su buque oceanográfico Yantar y los robots enviados para rastrillar en el fondo del mar.
Desde entonces, la búsqueda quedó limitada al patrullaje individual de buques de la Armada que solo podían detectar posibles contactos, imposibles de verificar sin colaboración externa. En esas condiciones, se desarrolló el operativo durante 6 meses hasta la llegada del Seabed Constructor.
En su discurso de despedida, Vernazza había dirigido su “mayor reconocimiento a mi admirado Estado Mayor conducido en forma brillante por su jefe” en referencia al vicealmirante Villán, presente en el palco. Tras el acto, el jefe de la Fuerza mantuvo un breve encuentro con los oficiales y regresó a la Capital Federal.
Este contenido no está abierto a comentarios