PREPARAN CAMBIOS EN EL GOBIERNO ROSARINO
El gobierno de la ciudad prepara una rotación de directores generales en áreas clave de la administración comunal como la Guardia Urbana Municipal (GUM) y las direcciones de Tránsito e Inspección. La determinación, confió ayer a este diario una fuente del Palacio de los Leones, se iba a concretar la semana pasada pero la “tormenta” del transporte urbano la demoró para los próximos días o la semana que viene. Según pudo saber El Ciudadano, Marcos Escajadillo abandonará la titularidad de la GUM –donde siempre fue resistido por el personal, que en algún caso llegó a presentar denuncias en su contra– para quedarse en Defensa Civil, mientras que el lugar que deja vacante podría quedar para la actual directora de Tránsito, Hebe Marcogliese, una funcionaria que cumplió con creces lo que se esperaba de ella a juicio del intendente y sus principales colaboradores. Claudio Canalis, a cargo de Inspección, también quedaría comprendido por los enroques y al igual que Marcogliese su tarea es vista con buenos ojos por los popes socialistas.
En la tarde de ayer circuló el rumor de la imprevista salida de Escajadillo de la GUM. Según una fuente consultada por este diario, el mismo interesado fue impuesto de la novedad durante una reunión celebrada el jueves pasado, en el mayor de los sigilos posibles. Sin embargo, el subsecretario de Gobierno municipal, Fernando Asegurado, rechazó ayer la versión y sólo explicó que Escajadillo había estado fuera de la ciudad en un curso de capacitación en Defensa Civil. Otra alta fuente del Palacio, en cambio, confirmó que el titular de la GUM es número puesto en el enroque definido por la gestión Lifschitz, y explicó que seguramente quedará a cargo de Defensa Civil, ya que desde hace 14 meses cumplía las dos funciones.
“Nadie lo va a decir, porque no quieren otro escándalo en la GUM, pero la decisión está tomada y se la comunicaron a él (por Escajadillo)”, aseguró una fuente municipal consultada para esta nota, al tiempo que Asegurado negaba la especie. Desde su asunción en enero de 2005, tras la salida de Graciela Ciciliani, Escajadillo fue resistido por parte del personal de la GUM que señalaba un presunto manejo arbitrario de los empleados y de las horas extras que estos perciben. Algunos llegaron, incluso, a presentar denuncias administrastivas contra el funcionario.
Lo cierto es que la movida maquinada en el corazón de la gestión socialista trasciende la figura de Escajadillo. La fuente anteriormente mencionada confirmó a El Ciudadano que se viene una rotación de directores generales que involucra también a las áreas de Tránsito e Inspección, dependencias atravesadas por la recaudación y la facultad de contralor que posee el Estado municipal, históricamente en el ojo de la tormenta.
Apenas asumió, a fines de 2003, Lifschitz tomó la decisión política de desarticular la vieja y cuestionada estructura de Registración e Inspección (durante la gestión de Hermes Binner el Concejo llegó a crear una comisión especial para investigar supuestos desaguisados cometidos en esa repartición) dividiéndola en Inspección por un lado, a cargo de Canalis, y Habilitación por el otro, cuyo titular es Gustavo Leone. Así, el intendente y su ex subsecretario de Gobierno, el ahora concejal Horacio Ghirardi, consiguieron quitar el área del centro de la escena y jerarquizar su imagen ante la opinión pública de la ciudad. La gestión de Canalis luce eficiente ante los ojos del intendente y sus principales asesores, que ahora lo quieren en otro sitio de la estructura municipal. Hebe Marcogliese, por su parte, también cuenta con la confianza y la impresión positiva de sus pares de gabinete, por haber logrado domar (o al menos contener) a los inspectores de Tránsito cuya reputación pública no cotiza justamente en bolsa. Por lo que su próximo destino podría ser la jefatura de la GUM, la policía sin armas que creó Lifschitz en 2004 y que ya se deglutió dos funcionarios.
Escajadillo, en tanto, seguirá a cargo de Defensa Civil pero se le restaría la presión de conducir, además, las huestes de la GUM, disconformes con su accionar cotidiano. Como se dijo más arriba, la decisión y su comunicación iban a producirse esta semana pero el intendente prefiere cerrar antes el frente del transporte, que no pocos dolores de cabeza le trae.
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