Prisión preventiva para el acusado de asesinar a un peluquero
La medida recayó sobre un joven de 24 años apodado “Marciano” y que habría sido reconocido por José Alberto Benítez en medio de un robo fatal.
“Yo a vos te conozco”, le dijo José Alberto Benítez a uno de los dos hombres que el lunes de la semana pasada ingresaron a su casa con fines de robo. La referencia dirigida al visitante fue decisiva para el desenlace del hecho: el hombre se dio vuelta, tomó una toalla y apretó el cuello de la víctima hasta matarlo. Esa fue la motivación que esgrimió ayer la Fiscalía al atribuirle a un muchacho de 24 años la coautoría de homicidio calificado críminis causa (para ocultar otro delito) del peluquero cuyo cadáver fue hallado hace ocho días en su domicilio del barrio La Florida.
Luego de varias medidas que orientaron el rumbo de la pesquisa, como el análisis de una cámara de videovigilancia de la zona donde ocurrió el crimen, el reconocimiento de las personas que aparecían en esas imágenes y la declaración de un testigo protegido, el viernes de la semana pasada una brigada de la Policía de Investigaciones (PDI) irrumpió en un domicilio de Larrechea al 1900 para detener a Franco Ezequiel “Marciano” M., principal sospechoso de matar a José Benítez, el peluquero cuyo cadáver fue descubierto el martes 6 de noviembre a la mañana con claros signos de ahorcamiento dentro de su casa de Buchanan y Álvarez Thomas.
Filmación
El detenido fue trasladado ayer al Centro de Justicia Penal (CJP) bajo custodia y esposado. Allí se dejó ver con la cabeza rapada y no como lo había registrado la cámara por la que se llegó hasta él. En esa instancia el fiscal de Homicidios Adrián Spelta vinculó una batería de evidencias para atribuirle el homicidio, cuya hipótesis oficial fue cometido en un contexto de robo y motivado en la intención de eliminar a la víctima para asegurar impunidad.
El fiscal enumeró entre esos elementos las imágenes de una cámara de videovigilancia que el 5 de noviembre a las 21.39 captó a dos jóvenes con mochilas merodear por inmediaciones de la casa del peluquero, en Buchanan al 300. Esas imágenes se interrumpen en un momento por las limitaciones de espectro que abarca la lente, y vuelve a tomarlos cuando ya están en la vereda de la casa de la víctima a las 21.58. Ese fue el tiempo que se tomaron para decidir el atraco, según dice el fiscal.
Además, Spelta recordó que un llamado anónimo al 911 aportó el nombre de un cómplice de Franco.
Se desbocó
Esa persona fue identificada como Walter “Colorado” F., quien está bajo sospecha y en libertad, y le confió a un testigo de identidad reservada datos fundamentales para conocer la mecánica del caso. En ese sentido habría dicho que fue junto a Franco a cometer el robo, que sujetaron las manos de la víctima con precintos y que le sustrajeron varios elementos (secadores, cortadoras de pelo, 34.000 pesos en efectivo, dos celulares y una notebook), pero que el objetivo no era matarlo.
Sin embargo algo cambió el curso de los hechos de forma abrupta cuando con los intrusos estaban a punto de escapar. Benítez, asustado, pronunció una frase que despertó la ira del agresor y selló su muerte: “Yo vos te conozco”, le habría dicho a Franco.
Entonces el joven dio media vuelta, tomó una toalla, la sujetó alrededor del cuello del peluquero y la apretó hasta cortarle la respiración y dejarlo tirado en la cocina. “Esa fue la motivación, y decidió matarlo para lograr impunidad”, remarcó Spelta, sobre una declaración clave.
Al hilvanar las evidencias, el fiscal recordó que en el allanamiento al domicilio del imputado se secuestraron los elementos robados, los cuales fueron reconocidos por un sobrino de Benítez que lo ayudaba en la peluquería y que fue quien lo halló muerto. “Es la misma que utilizaba para trabajar”, dijo sobre la computadora y la máquina de cortar el pelo.
El titular de la acusación sumó en el marco de la audiencia de ayer otro dato revelador. En un celular Samsung J5 del acusado se encontraron fotos de lo sustraído y capturas de pantallas de sitios donde aparecían precios de referencia además de la publicación de la notebook robada en una facebook de compraventa (Cirujeando Baigorria), además de una imagen del propio Franco tirado en la cama con fajos de dinero a su alrededor.
Con ese cúmulo de evidencias el fiscal le endilgó al imputado la coautoría del delito de homicidio calificado críminis causa (para ocultar otro delito), que prevé la pena de prisión perpetua, y solicitó la prisión preventiva por el plazo de ley.
Cuando el juez Juan Andrés Donnola le preguntó al acusado si iba a declarar, este se mantuvo en silencio. Su defensora, Silvana Lamas, del Servicio Público de la Defensa Penal (Spdp) no cuestionó el encuadre del hecho, pero cuestionó la declaración del testigo de identidad reservada y rechazó el pedido de prisión preventiva efectiva. En su lugar ofreció una morigeración domiciliaria con firma semanal en la Oficina de Gestión Judicial (OGJ) y monitoreo con tobillera electrónica.
El juez Donnola rechazó ese planteo, y como contracara hizo lugar a la acusación. El magistrado remarcó la gran cantidad de evidencia ofrecida por la Fiscalía para demostrar la apariencia de responsabilidad “altamente motivada”, y con lo cual se pudo establecer la manera y la forma en la que se habría cometido el homicidio. Frente a ese panorama dictó la prisión preventiva por el plazo de ley de Franco Ezequiel “Marciano” M. como principal sospechoso de asesinar al peluquero José Alberto Benítez.
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