Procesado por abusar de su sobrina
La nena tenía siete años cuando comenzó a vejarla. El hombre tiene 40 años y es profesor de química en una escuela del macrocentro.
ocente de química de un colegio secundario del macrocentro fue procesado por el delito de abuso sexual con acceso carnal agravado en perjuicio de una nena de 7 años, a quien sometió durante un periodo de tiempo estimado en unos dos años.
El procesamiento fue dictado ayer por el Juzgado de Primera Instancia de Distrito en lo Penal de Instrucción Nº 1 de Rosario, que concluyó que los dichos de la víctima “no se ven cuestionados por los distintos profesionales que la entrevistaron (psicólogo del Centro de Asistencia a la Víctima de Delitos Sexuales, psicóloga particular, médico forense y psicopedagoga del equipo interdisciplinario del Tribunal)”.
La trama que permitió desenmascarar al abusador comenzó a desentrañarse en julio de 2013, cuando la madre de la víctima radicó una denuncia en la que dejó sentada que su hija había sido abusada sexualmente por la pareja de su hermana.
Allí reveló que la nena había comenzado un tratamiento psicológico a raíz de las prácticas a las que había sido sometida y que la profesional que la trató consideró que ya estaba en condiciones de poder enfrentar la instancia de radicar la denuncia.
Así, la madre indicó que la nena le había contado en mayo de 2012 que la pareja de su hermana había abusado de ella cuando se había quedado de visita en la casa que el abusador compartía con su tía en la localidad de Funes.
El testimonio fue ratificado por la propia víctima, quien relató que M. abusó de ella en al menos cinco oportunidades, en las que hubo penetración vaginal, anal y sexo oral. La nena dijo que los abusos se cometieron en la casa de M, cuando su pareja se ausentaba, y que también la abusó en el auto.
Uno de los primeros informes psicológicos que se adjuntaron al expediente tras el relato de la nena concluyó que su relato tenía “un alto nivel de credibilidad”.
En la causa también se adjuntó el informe de una psicopedagoga, quien entrevistó a la nena en Cámara Gesell y destacó: “Se observa que la niña atravesó un proceso de seducción por parte del perpetrador … sucesos que fueron progresivamente incrementando el nivel de daño psíquico; alterando la etapa de latencia que corresponde a la edad cronológica de la niña”.
En el expediente también se aporta el diagnóstico de otra psicóloga que entrevistó a la nena, quien señaló que “en las entrevistas realizadas se observaron indicadores de secuencias traumáticas compatibles con episodios de abuso sexual sostenido en el tiempo”.
La profesional fue más allá y subrayó que “el hecho de que (la víctima) se haya visto obligada a guardar secreto debido a las presiones ejercidas por el abusador, al terror que ella misma padecía y a la humillación que hablar de este hecho le producía, agravó su padecimiento”.
En efecto, la nena relató que M. le pedía que no contara nada de lo que le hacía ya que sus padres se iban a enojar con ella.
Todos los profesionales y forenses que la examinaron coincidieron en la verosimilitud del relato. El calvario de la pequeña se extendió desde que ella tenía 7 años hasta que cumplió los 9.
Con el análisis de todos estos exámenes y las declaraciones de la víctima, su madre y la pareja (hoy están separados) del abusador, la Justicia resolvió ayer procesar a M por los delitos de abuso sexual simple, sexual gravemente ultrajante y sexual con acceso carnal agravado en perjuicio de la menor mediante abuso coactivo.
Asimismo, corrió traslado a la defensa en relación al pedido de prisión preventiva que solicitó el Ministerio Público Fiscal, el cual se resolverá en los próximo días.
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