Proponen trazar un plan estratégico para la granja La Esmeralda o cerrarla
Pablo Tabares, vicepresidente de la Fundación Hábitat y Desarrollo, aseguró esta mañana a LT10 que el zoológico local “está en un estado que nosotros consideramos muy crítico”. Según dijo, no se trata de “una situación nueva” sino que data desde hace mucho tiempo y que “venimos advirtiendo”.
En ese sentido, el ambientalista dijo que “muchas veces uno se acostumbra a ver las cosas de determinada manera y como que pasa a ser parte de la normalidad: algo así como que la costumbre legitima”. Por esto la organización insiste en que “hoy, en una sociedad moderna, humanista, no es éticamente aceptable tener animales en cautiverio para nada”.
Dicho esto comunicó que en nuestro tiempo, si los seres vivos se encuentran encerrados, “se asume que tienen que estar en condiciones de salubridad mínimas y aceptables que creemos que no están dadas” y ejemplificó con lo que sucede con los pumas (que “siguen hacinados y las hembras no pueden tener privacidad para sus cachorros entonces los machos los devoran”), los ñandúes (12 ejemplares fueron asesinados “por perros que se metieron en las jaulas porque no estaban lo suficientemente aseguradas”), y los monos carayá (que murieron porque “en la helada tardía de agosto no funcionó el sistema de calefacción que no son más que estufas a cuarzo”).
Al respecto, Tabares comentó que a todas luces, se trata de “una situación, desde el punto de vista de los derechos de los animales y desde un indicador ético y moral de una sociedad, inadmisible”. Asimismo agregó que “para tener animales en cautiverio no sólo tienen que estar bien y servir para un fin más trascendente que el paseo”.
Así las cosas dejó en claro que actualmente, el zoo “no financia ninguna acción de conservación o preservación del animal” aún pese a que “se cobra una entrada”. Por ello, “sin estos requisitos, venimos diciendo que a la granja le tenemos que dar un plan estratégico o cerrarla” concluyó.
“Tenerla así habla muy mal de nosotros y realmente hoy ya no es algo placentero ni grato ir a la granja. En eso hace falta que los vecinos nos comprometamos mucho más y manifestemos estas cosas” dijo.
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