PROTESTAS MASIVAS E INCIDENTES EN FRANCIA
Una multitudinaria jornada de protestas contra el nuevo contrato laboral (CPE) para jóvenes reunió ayer entre 230.000 y 450.000 personas en toda Francia y llevó al primer ministro, Dominique de Villepin, a revisar su postura de no negociar la flexibilización laboral con los sindicatos.
Las marchas -que se realizaron en rechazo de la posibilidad de despedir sin justificación a los menores de 26 años durante dos años- concluyeron con 420 detenciones, 140 de ellas en París, donde se registraron los incidentes de mayor magnitud, con quemas de vehículos en el centro de la ciudad y ataques a establecimientos comerciales. En un primer balance, unas 60 personas resultaron heridas, 27 de ellas policías.
Al término de la manifestación en París -que reunió a 50.000 personas, según los organizadores, y a 23.000, según la policía-, grupos de jóvenes identificados por las autoridades como casseurs (“reventadores”) tomaron el barrio de los Inválidos de la capital, próximo a la sede del gobierno. Encapuchados o con la cara cubierta con máscaras antigás, los alborotadores fueron desalojados por varias dotaciones de agentes antidisturbios.
Una manifestante de 21 años resultó herida de gravedad y sufrió un traumatismo craneal, por lo que fue inmediatamente hospitalizada.
Las imágenes de varios vehículos y comercios en llamas remitieron, inevitablemente, a la ola de violencia que hace apenas cinco meses sacudió a los barrios periféricos de París, tras la muerte dudosa de dos adolescentes hijos de inmigrantes. El nuevo brote de violencia en el corazón de París coincidió con el anuncio de las cinco confederaciones sindicales francesas de que aceptaron reunirse con Villepin, aunque reiteraron su exigencia de que el contrato laboral sea retirado antes de “cualquier diálogo”.
En una declaración conjunta, tras una reunión en la tarde de ayer para estudiar la invitación que Villepin les había enviado por carta, las cinco organizaciones reafirmaron su llamamiento a una jornada de huelga general el próximo martes. Según fuentes sindicales, la fecha de la reunión aún no ha sido fijada, aunque debería producirse después de esa jornada. En su carta, Villepin las invitaba a hablar con él del “empleo de los jóvenes y de su inserción profesional” en la fecha que “les convenga” y “sin ninguna limitación” en la agenda.
El primer ministro lanzó por la tarde una invitación parecida a cinco sindicatos de estudiantes de secundaria y universitarios, a los que está dispuesto a ver “la próxima semana”.
Según el Ministerio de Educación, 67 de las 84 universidades francesas actualmente están bloqueadas o se han visto afectadas, mientras que son 313 los institutos con conflictos.
GIRO TÁCTICO
La pregunta que surge es si esta mano tendida de Villepin responde a una postura táctica o se trata realmente de un cambio de actitud. Muchos ven es este giro la influencia del presidente Jacques Chirac, que estaría preocupado por las consecuencias negativas que podría acarrear para la centroderecha el nuevo contrato laboral en las elecciones del año que viene. “Si no se mueve nada, el primer ministro volará”, dijo un miembro del gobierno de forma anónima, según publicó ayer el diario Le Parisien. Como posible sucesora, se menciona a la ministra de Defensa, Michèle Alliot-Marie.
Pero el propio Villepin teme que el retiro de su iniciativa, que procura el fomento de la contratación de jóvenes empleados por parte de las empresas, termine afectado sus propias chances de presentar su candidatura presidencial para los próximos comicios.
Sin embargo, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, pareció acudir ayer en su apoyo en una conferencia de prensa que tuvo lugar en Bruselas. “Hay claras evidencias de que estamos yendo [con las reformas laborales] en la dirección correcta”, indicó el funcionario, aunque reconoció que “hay resistencia” en algunos países y en la UE.
El discurso de Villepin también viene suscitando inquietud en la oficialista y conservadora Unión para la Mayoría Popular (UMP). Su presidente, Nicolas Sarkozy, que también es ministro del Interior, alertó del “peligro” de que la “efervescencia” estudiantil despierte la agitación en los barrios conflictivos de París. Sarkozy es el principal contrincante de Villepin dentro de la derecha en la carrera hacia las elecciones presidenciales de 2007 y procura tomar distancia del nuevo contrato laboral, al que considera fruto de una posición intransigente del gobierno.
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