¿QUIÉN ES FRANK MILLER?
“Yo simplemente le puse a Batman una fuerza de otro mundo, en un mundo que se parece al que conozco. Y el mundo que conozco es aterrador.” Miller en el libro La Noche del Murciélago, de Trajano Bermúdez.
1957- Frank Miller nace en Olmie, Maryland, EE.UU. pero pasa toda su infancia y adolescencia en Montpelier, Vermont. Crece leyendo cómics, novelas y revistas. Y mirando muchas películas. De esas lecturas y films le queda grabado en la memoria el concepto del heroísmo y del sacrificio o pérdida para lograr un objetivo, y estos temas aparecerán repetidamente en todas sus obras.
1977 – A los 20 años se muda a la ciudad de Nueva York, y comienza a buscar trabajo de lo que más le gustaba hacer: dibujar. Su única experiencia hasta ese momento eran unas historias publicadas en un fanzine llamado Apa-5. Consigue empleo en la editorial Gold Key Cómics, y le encargan dibujar varias historias para la colección Twilight Zone. Luego trabaja para DC Cómics realizando una serie de historietas bélicas en la colección Weird Cómics. Miller se entera de que en Marvel Cómics un nuevo editor buscaba renovar totalmente el staff. Él se presenta y consigue su primer encargo para Marvel, una historia corta para Doc Samson, personaje secundario de la serie de Hulk.
1978 – Marvel le ofrecen su primer gran desafío. Tiene que dibujar dos números consecutivos de Peter Parker: The Spectacular Spiderman, uno de sus personajes preferidos en su adolescencia. Gracias al buen trabajo que realizó le ofrecen ser el dibujante fijo de la colección Daredevil y aquí Miller comienza a demostrar de lo que era capaz. Se hace cargo también del guión de este personaje que tiene la característica de ser ciego y de haber desarrollado habilidades físicas increíbles.
1980 – Encargado completamente de Daredevil, le dio un nuevo enfoque al personaje y creó a Elektra, una ninja asesina de trasfondo trágico que sería uno de los personajes más populares de la serie, a la par que iba introduciendo innovaciones narrativas. Miller la mata a Elektra antes de lo esprerado, y Marvel la resucita varias veces. Cuando le preguntaron a Miller que pensaba de esto él solamente respondió, “Elektra esta muerta. Yo la mate”. Y así sale a la luz el problema de la propiedad intelectual de su trabajo que, aunque no le gustara, pertenecía a Marvel. A partir de este hecho no volvería a trabajar bajo esas condiciones e inicio una cruzada, junto con otros autores, a favor del control de los derechos de autor.
1982 – Comienza a escribir y dibujar en la miniserie Ronin de DC Cómics, haciendo un experimento futurista y con claras influencias del manga japones y de la gráfica europea. Este trabajo no resultó un éxito comercial pero si recibió una buena crítica. A finales de 1982 dibuja para la miniserie Lobezno, también con una ambientación japonesa.
1986 – Este puede considerarse el año clave de Miller. Realiza Batman: El Regreso del Señor de la Noche (The Dark Knight Returns), que va a hacer historia porque revoluciona por completo el panorama del cómic en EEUU. Le da un enfoque épico, más adulto y oscuro que el que siempre tuvieron los superhéroes. Se publicó por DC Cómics en cuatro tomos 48 páginas cada uno y posteriormente fueron recopilados en un solo tomo. Y desde el punto de vista mediático contó con un lanzamiento publicitario sin precedentes.
El Regreso del Señor de la Noche cuenta la vida de Bruce Wayne (Batman) con 49 años de vida. Batman se había retirado de la lucha contra el crimen desde hacía varios años. Estados Unidos estaba gobernado por Ronald Reagan y la guerra fría continuaba. Batman vuelve a luchar con sus peores enemigos: Dos Caras y El Joker. También aparece Catwoman y un nuevo Robin, que tenía la particularidad de ser una niña. Al final está lo mejor. Un duelo increíble contra Superman, enviado por gobierno para detener al murciélago de Ciudad Gótica. Superman representa a la ley y al Estado y tiene superpoderes. Batman no. Frank Miller vio bien clara estas polaridades y realiza un magistral duelo a muerte. Aquí podemos ver entonces de qué lado esta Miller.
1987 – Inmediatamente realiza Batman: Año Uno (Year One). Esta historia se publica en la serie regular de Batman pero puede considerarse una obra independiente. Cuenta el origen del hombre murciélago y transcurre cuando Bruce Wayne tiene 25 años. Dibujada por David Mazzuchelli, marcarían de por vida el enfoque del personaje. The Dark Knight Returns y Year One están consideradas como las dos mejores historias jamás contadas de Batman y dos obras claves del género de superheroes y de la historia mundial del cómic.
Durante un periodo de dos años, y gracias a su éxito como guionista de cómics, entró a la industria cinematográfica, donde realizo los guiones de Robocop II y III. Miller no quedó para nada conforme con este trabajo y termino muy enojado con Hollywood. Años después declaró: “Lo que más contribuyó a que me concentrara en hacer Sin City y en trabajar por mi propia cuenta fueron el par de años que perdí en Hollywood. Mientras escribía las secuelas de Robocop me tocó pasar la experiencia de Hollywood completa, y después de un tiempo comprendí que Hollywood es en gran medida una especie de purgatorio. Me sentía espantosamente mal. Llevaba dos años sin dibujar. Era la primera vez en mi vida que había dejado de dibujar. Así que decidí volver, pero esta vez haría simplemente lo que quisiera hacer, sin compromisos. Y a ver si funcionaba. Así que tomé algunas notas que tenía y concebí un argumento, me senté y empecé a dibujar Sin City. No creo que jamás me haya puesto a hacer nada pensando menos en el público o los compradores. Fue muy gratificante.”
1990 – Miller regresa al mundo del cómic con Give me Liberty, y casi al mismo tiempo publica Hard Boiled. Dos trabajos que se alejan del mundo de los superhéroes para contar violentas y pesimistas historias. Ambos son publicados por la editorial Dark Horse, una de las editoriales más independientes y de mayor proyección en el mercado. En ella Miller encontró total libertad creativa y un control absoluto de la obra y de sus derechos de autor.
1991 – Aparece en la revista Dark Horse Presents, Sin City, su obra más compleja, personal y de la que hablamos en la nota principal de este número de Herejías. Retoma el ambiente del policial negro y cambia de estilo de dibujo al pasar al blanco y negro, jugando con los contrastes de luces y sombras. A lo largo de los años 90 se dedica a realizar regularmente varias historias de Sin City en casi todos los formatos posibles (serie en revista, historias cortas, miniseries y novela gráfica). Hasta nuestros días sigue trabajando en la “ciudad del pecado”. Miller también diversifica en estos años su producción con diversas obras de creación propia para la editorial Dark Horse: Hard Boiled, Big Guy and Rusty the boy Robot, y la saga de la mujer soldado Martha Washington.
“Siempre he sido fan de las historias de crímenes, desde que era muy joven. Cuando me mudé a Nueva York, esos eran los únicos dibujos que traía. Traía páginas de cómics de crímenes amateur que había hecho. Cuando llegué a Nueva York era 1976, y no había precisamente un mercado de historias de crímenes. De hecho, el Comics Code (el organismo de censura de los cómics) impedía que se publicaran. No se podía utilizar, por ejemplo, la palabra “crimen” en el título de ningún cómic. Es fácil observar esas influencias en los superhéroes que hice, desde Daredevil hasta Batman. Por eso me atraían los superhéroes que no tenían poderes. Me gustaba especialmente Daredevil por su poder, su rasgo principal era una minusvalía. De manera que esa ha sido siempre mi ambición”, asegura Miller al hablar de su carrera.
1993 – Publica Daredevil: El Hombre Sin Miedo, y significa el retorno de Frank Miller al personaje que redefinió y dio vida a principios de los 80. Ésta vez cuenta su versión definitiva de su origen, introduciendo algunos de los personajes que ya creó en su etapa anterior como Stick y Elektra. El hombre sin miedo narra la vida de Matt Murdock desde que es un niño y las circunstancias y motivaciones que lo llevan a convertirse, de adulto, en el vigilante enmascarado Daredevil. Cuenta el accidente que lo deja ciego, cómo es entrenado por Stick, un misterioso individuo que lo toma bajo su tutela y le ayuda no sólo a superar las limitaciones de su ceguera sino a desarrollar sus habilidades físicas. Cuenta su amor por Elektra, sus primeros pasos como abogado y los acontecimientos que le llevan a usar sus habilidades físicas para hacer justicia.
1998 – Miller sorprende con la publicación de 300, un cómic de género histórico que narra la épica historia de los espartanos que combatieron en la batalla de las Termópilas, retomando un género totalmente abandonado en Estados Unidos, el histórico. Este cómic visualmente es una maravilla por sus colores y por su formato, ya que Miller concibió cada doble página como si fuera una sola plancha, es decir, dobles páginas en páginas únicas de formato apaisado. Este es considerado también uno de sus mejores trabajos de la década del 90, y recibió una gran cantidad de premios por él.
2002 – Vuelve a aceptar un trabajo con superhéroes. Hace para DC Comics Batman DK2: The Dark Knight Strikes Again, una secuela de la obra que le dio más fama. Levantó una expectativa inusitada y rompió records de venta en EEUU (se cree que Miller cobró por DK2 un millón de dólares).
2005 – Dirige junto a Robert Rodríguez la película Sin City, de la que también ya hablamos en la nota principal. También aparece actuando en ella haciendo un personaje secundario.
EN PALABRAS DE MILLER
“Sin City fue la primera serie que hice en blanco y negro, y tuve que replantearme un gran número de cosas sobre mi manera de ver los cómics. No quería que fuese simplemente un dibujo al que le faltara el color. Quería aprovechar al máximo el potencial del blanco y negro. Presentar un ritmo diferente. Lo que he buscado con Sin City ha sido encontrar un territorio intermedio entre el congestionado ritmo de los cómics americanos, donde todo está muy apretado y hay un millón de palabras y un millón de imágenes, constantemente, y esa cualidad casi de flip-book del manga japonés. Quería dar con algo que empleara una pizca de ambos y que delimitase un territorio intermedio entre los dos ritmos.”
“Si hacemos historia un momento, veremos que lo que hizo que la idea de los superhéroes quedara impotente fue la censura. Temerosa de los grupos de presión, la industria adoptó un código auto-impuesto. El código que la mayoría de los cómics siguen aceptando insiste en un mundo benevolente donde la autoridad siempre tiene la razón, los policías nunca aceptan sobornos, nuestros políticos elegidos siempre sirven a nuestros mejores intereses y los padres siempre son personas buenas y sensatas. Nunca cometen errores. El mundo en el que vivimos no se parece al mundo de los censores.”
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