RECONSTRUYERON EL CRIMEN DE LA MAESTRA EN LAS INTALACIONES DE GEBA
El juicio oral y público para esclarecer el homicidio de la maestra Fabiana Gandiaga prosiguió esta mañana en la sede del club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, donde se realizó la reconstrucción del crimen, a pesar de que, según indicó uno de los abogados defensores, el lugar presentaba numerosas modificaciones edilicias.
El abogado Walter Mércuri, quien representa a Miguel Angel López, uno de los tres acusados de violar y asesinar a Gandiaga, indicó que “lo único que se pudo determinar con exactitud es el lugar donde la dejaron” a la maestra, porque “se pudo comprobar que se reformaron muchos sectores” de la sede situada en el microcentro porteño, en la esquina de Bartolomé Mitre y Perón.
La pericia comenzó a las 9, poco después de que los tres acusados -López, Fernando Antúnez y Carlos Vallejo, ex empleados de limpieza del club- ingresaron en una camioneta del Servicio Penitenciario.
El procedimiento fue supervisado por los jueces Hugo Cataldi, Beatriz Bistué de Soler y Liliana Barrionuevo, quienes deberán determinar si los acusados son responsables de los delitos de “homicidio y violación”, para los que se prevén penas de reclusión o prisión de entre 15 y 25 años.
Mércuri indicó que el lugar donde fue dejado el cuerpo, el hueco de un ascensor en desuso al que se accede por una escalera “mono”, “es un lugar tenebroso, inhabilitado”, al cual resulta “imposible” bajar con alguien al hombro.
El letrado explicó que los peritos intentaron utilizar un muñeco que representara a la víctima para comprobar si Gandiaga fue llevada así al fondo del hueco, pero desistieron al comprobar que no era posible asirse de la escalera y descender de esa manera.
“Tal vez la bajaron con una soga”, conjeturó Mércuri, quien agregó que no se determinó con exactitud si entre los golpes que presentaba el cadáver había lesiones causadas por una caída de seis metros al ser arrojada al hueco del ascensor.
Asimismo, consideró que “el lugar donde fue atacada y violada va a quedar como una hipótesis”.
También intervino una amiga de la víctima, Adriana Caviglia, quien acompañó a Gandiaga y al hijo de ésta al torneo de taekwondo que se desarrollaba en el lugar.
Caviglia señaló la puerta que atravesó su amiga desde el gimnasio donde se desarrollaba la competencia hacia un pasillo, donde pretendía comprar una gaseosa, y agregó que no sabía a dónde se dirigió luego.
Ayer, en el comienzo del juicio oral y público, Antúnez cambió sorpresivamente la versión que había mantenido hasta ese momento y, tras denunciar que sufrió torturas, involucró a un ex policía y a otro empleado del club en la violación y el homicidio de la maestra, ocurrido el 20 de octubre del 2001.
El 20 de octubre del 2001, Gandiaga, de 38 años, fue con su hijo al club GEBA, donde el nene tenía que competir en un torneo de Taekwondo. Pero, molesta por el sofocante calor, salió del recinto donde se desarrollaba el torneo para comprar una gaseosa.
Desde ese momento su paradero fue un misterio y la familia de la mujer recibió varios llamados en las primeras horas pidiendo un rescate. Una semana después de su desaparición, el cuerpo de Fabiana fue hallado en el fondo de un ascensor en desuso del club: había sido violada y asesinada en un baño del entrepiso de la entidad, y luego arrojada al foso del aparato.
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