ROSARIO: SE INAUGURÓ EL CENTRO DE DISTRITO NORTE
¿Puede un edificio revertir la historia de desigualdad y abandono de toda una zona de la ciudad? La respuesta, mas que obvia, es no. Hace falta más que un Centro de Distrito Municipal (CMD) para integrar un sector de Rosario donde conviven los extremos de pobreza y riqueza –barrio Fisherton con Empalme Graneros–, junto a manzanas de clase media trabajadora (Belgrano). El Noroeste es el distrito más grande en extensión y el que más diferencias sociales contiene. Por si fuera poco, la memoria de los desbordes del arroyo Ludueña, una suerte de eje que recorre toda la zona, es un recuerdo fresco de la década del 80.
Es lógico entonces pensar que la inauguración de anoche del CMD Noroeste, bautizado Olga y Leticia Cossettini en honor a las maestras pioneras de la educación libre en Rosario, no resolverá de un día para el otro los problemas de sus habitantes. De todas maneras, el edificio de Junín y avenida Provincias Unidas sí tiene otros usos que vale la pena analizar. En primer lugar, la inauguración de anoche sirvió para convocar a los vecinos a participar de una fiesta cívica a la que no están acostumbrados. La respuesta de público al espectáculo de luz y sonido propuesto –imágenes proyectadas en las paredes blancas, actores caracterizados sobre el techo y músicos en vivo, una marca registrada de la administración municipal– fue más que numerosa. La primera noche realmente primaveral del año colaboró con los organizadores.
El corte de cintas del CMD Noroeste sirvió también para que la administración socialista exhibiera uno de sus mayores logros a punto de concretarse. Sólo falta un Centro de Distrito, el Sudoeste –su inauguración está planificada para setiembre de 2007– para que el Programa de Descentralización se complete. A una década del lanzamiento de esta idea política, el intendente Miguel Lifschitz aprovechó para subir el tono a sus discursos habituales y acercarse con ganas al año electoral que se viene. “Saben cómo se llama esto? Esto se llama planificación, continuidad de un proyecto. Esto no es producto de la improvisación de un gobierno de turno”, dijo el mandatario municipal, luego de enumerar con fecha y nombre las inauguraciones de los cuatro distritos anteriores. Por supuesto, Lifschitz también destacó que el gran responsable de que el programa de descentralización sea una realidad casi conclusa es el ex intendente, actual diputado nacional y candidato a gobernador Hermes Binner. El mensaje de fondo de las palabras oficiales fue: “No nos olvidamos de los barrios”, en respuesta a la crítica más feroz de la oposición al PS en la ciudad.
Por encima de todo, el escenario de estos acontecimientos, la obra que ocupa la manzana de Junín, Provincias Unidas, Perú y las vías, sirve además para mostrar el verdadero valor de la arquitectura, que es el de facilitarle la vida a la gente. El edificio proyectado por los arquitectos rosarinos Sebastián y Esteban Bechis, Mauro Grivarello y Julieta Novello tiene la imponencia de la sencillez, y habla de un Estado nación que ya no existe. Recuerda a lo que podría haber sido una escuela enorme, con sus patios internos y sus pasillos inmensos donde la circulación del rosarino no encontrará obstáculos. Su planta respetó a casi todos los árboles que existían en el terreno. De hecho, la mitad casi exacta de la superficie trabajada, sobre Provincias Unidas, es una plaza que combina césped y cemento a la sombra de viejos cipreses y álamos. Una línea de pinos protege del sol las ventanas de las oficinas que dan sobre la calle Perú. Lo más sorprendente de la obra es la sala teatral, que si se utiliza con inteligencia podría paliar el déficit de auditorios de calidad de la ciudad, y llevar espectáculos de alto nivel a una zona donde habitualmente esto no sucede. En resumen, el proyecto pone en evidencia que ser prácticamente el único edificio público diseñado y construido como resultado de un concurso abierto a profesionales locales es un método que da resultados positivos, más allá de los nombres de las estrellas de la arquitectura que crearon los otros centros de distrito.
De todas maneras, para evaluar el uso más importante del CMD Noroeste, habrá que esperar el paso del tiempo. Si acercará con eficacia los servicios fundamentales que presta el municipio a los barrios, si se transformará en un centro de la actividad social y cultural de la zona, si colaborará para achicar las diferencias económicas de los habitantes del distrito, son todas preguntas condicionales que una estructura de hormigón y vidrio no puede responder.
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