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Santa Fe: tres días de robos y destrozos seguidos en las Escuela Nº 38 Brigadier López
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La cooperadora denuncia que los delincuentes actuaron viernes, sábado y domingo. Se llevaron material de laboratorio, experimentos y 12 canillas. Exigen medidas urgentes antes del receso escolar.
La Escuela Nº 38 “Brigadier General Estanislao López”, ubicada en General Paz al 7200, a una cuadra de la Seccional 8va, (en el corazón de barrio Guadalupe de Santa Fe) vivió un calvario que se extendió viernes, sábado y domingo.
Durante tres días consecutivos, desconocidos intentaron ingresar y finalmente lo lograron, dejando a su paso destrozos y un profundo sentimiento de abandono.
“Estuvieron tratando de entrar desde el viernes. El domingo pudieron hacerlo. Nos desmantelaron el laboratorio, se llevaron herramientas, experimentos y 12 canillas de los patios y los bebederos”, relató Jessica, integrante de la cooperadora escolar.
Material educativo y un laboratorio arrasado
El ataque del domingo fue el más violento: los ladrones no sólo ingresaron por el sector del laboratorio sino que revolvieron y rompieron material didáctico que los chicos utilizan diariamente.

El robo también alcanzó al Jardín ‘Camilo Corti’, ubicado a la vuelta, desde donde sustrajeron otra canilla. La alarma del jardín fue clave para advertir la situación, pero la respuesta posterior quedó en el centro de la polémica.
“La Policía vino, dio dos vueltas y se fue”
El episodio que más indignación generó en la cooperadora fue la respuesta policial. Cuando sonó la alarma, el sereno y un padre que vive en la zona acudieron al lugar y llamaron al 911.
“La Policía vino, hizo dos o tres vueltas a la manzana y se fue, pese a que les dijeron que se escuchaban ruidos desde adentro”, denunció Jessica.
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Voceros policiales explicaron que los uniformados se hicieron presentes, pero al no haber un referente de la institución no pudieron ingresar.

Los delincuentes, asegura, estaban dentro del edificio rompiendo todo, e incluso “hicieron un picnic en el patio, comieron, tomaron y se fueron cuando vieron que los que hacían guardia se retiraban”.
Otro robo hace apenas 10 días
Solo 10 días antes, la escuela había sufrido otro hecho delictivo. Con lo recaudado por la cooperadora —principal y casi única fuente de recursos— lograron comprar sensores para el salón de actos y reparar varios aires acondicionados dañados en ese primer ataque.
“Ahora arrancamos de cero otra vez”, lamentó Jessica. La institución no ha recibido ayuda estatal, ni municipal, ni provincial. Tampoco, aseguran, respuestas de la comisaría ubicada a solo una cuadra.
Vecinos advirtieron movimientos sospechosos todo el fin de semana. El viernes a la madrugada, una mamá que pasaba por la estación de servicio vio a dos sujetos saltando el portón por pasaje Koch.
Actuó rápido, llamó a la Policía y los uniformados patrullaron, pero no detectaron personas dentro. La directora llegó enseguida y constató que, en ese momento, no había daños.
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El sábado fue similar. Y el domingo, finalmente, los delincuentes lograron ingresar. “Si la Policía hubiera entrado, trepado el tapial o alumbrado hacia adentro, los habrían visto”, cuestionó.
Rejas, alarmas y cámaras
Con el fin de las clases a la vuelta de la esquina y el receso invernal cada vez más cerca, la comunidad educativa teme que la escuela quede indefensa.
“Necesitamos rejas, más alarmas, cámaras, lo que sea. El patrimonio se está perdiendo. Si alguien compra canillas, placas, aluminio o bronce robado, está siendo parte del problema”, remarcó Jessica.
Desde la cooperadora insistieron en que seguirán reclamando “una respuesta del Estado” para evitar que el edificio vuelva a quedar a merced de la delincuencia.
