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“Siempre fue un monstruo”: la dura confesión de Morena Rial sobre Silvia D’Auro, su madre adoptiva

La hija de Jorge Rial sostuvo que le decían que su madre "tenía problemas psicológicos".
La polémica Morena Rial se mantuvo en bajo perfil durante las últimas semanas tras su encontronazo con Rodrigo Bar, un notero de LAM que quería hacerle unas preguntas en la calle. Este miércoles la mediática reapareció en los medios con una sentida entrevista en la que habló de su infancia y de la exposición que sufrió desde corta edad.
En diálogo con Santiago Riva Roy para LAM (América TV), la hija de Jorge Rial habló de su estado actual: “Yo hoy estoy bien. Estoy tranquila. Hay un par de cosas que tengo que solucionar, pero estoy tranquila. No lloro hace dos años, casi. No me acuerdo cuándo fue la última vez que lloré. No lloro a diario la verdad”.
El cronista le consultó si la fama y exposición le pesaron a lo largo de los años, a lo que la influencer respondió con toda sinceridad: “Y sí, pesa. Yo estoy bien, no me falta nada. Mis hijos tienen salud, yo tengo salud. Quizás me merecía una infancia más normal”.
Y se analizó: "Mucho de lo que soy es también lo que pasé. Todos hubiéramos querido que algunas cosas fueran diferentes. No digo que es mala suerte; dentro de todo, estoy bien. No me falta nada. Mis hijos tienen salud y yo también".
Con respecto a su infancia, Riva Roy quiso indagar si tuvo problemas al enterarse de que no era hija biológica de sus padres.
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“Siempre supe que era adoptada. Mi papá siempre nos dijo que había mucha maldad en la calle, que no podés esperar que venga alguien y te lo diga. Nos inculcó eso desde siempre”, reconoció.
Finalmente, Morena habló de su relación con su madre Silvia D'Auro, ex esposa del periodista y relató su punto de vista: "Siempre fue un monstruo. Desde el minuto cero. No se cambia de la noche a la mañana. Nunca lo entendí... todo el mundo dice que tenía problemas psiquiátricos".
Y explicó: "Desde mi punto de vista, creo que sí, pero no era algo que tratara. Le servimos de escudo para que no se terminara la relación. Después lo pudo sostener varios años más, volviéndolo loco. Éramos el intermedio entre ellos dos, para que no se rompiera una relación que ya estaba rota".