SIN ACUERDO, KIRCHNER Y TABARÉ VÁZQUEZ TUVIERON QUE APLAZAR LA CUMBRE
Los gobiernos de la Argentina y Uruguay postergaron el encuentro entre los presidentes Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez previsto para hoy en Colonia a raíz de “diferencias técnicas” sobre las facultades de una comisión binacional encargada de determinar el impacto ambiental de la instalación de dos fábricas de celulosa en la margen oriental del río Uruguay.
La sorpresiva decisión se conoció cuando caía la noche en el Río de la Plata y en momentos en que el ceremonial uruguayo ajustaba los detalles para el encuentro entre los dos presidentes en la residencia Anchorena, a unos 30 kilómetros del casco histórico de Colonia del Sacramento.
La Secretaría de Prensa y Difusión del gobierno uruguayo dio a conocer un breve comunicado sobre el estado de las cosas anoche. “La reunión fue pospuesta hasta nuevo aviso (…) debido a que las partes necesitan más tiempo para ajustar detalles del documento conjunto”. En Buenos Aires se hablaba anoche de una postergación hasta el lunes o martes próximo, debido a dificultades en la agenda de Tabaré.
La postergación de última hora habla por sí misma de los obstáculos que aún enfrenta la búsqueda de un acuerdo en torno a la instalación de las papeleras en territorio uruguayo, un conflicto que llegó a poner la relación entre los dos países en su nivel más bajo en años.
Hasta ayer a última hora, el entredicho que agrietó la histórica relación cordial entre los dos vecinos parecía destinado a enfriarse. Sin embargo, Kirchner y Vázquez se encaminaban a negociar no sin presión.
Fuentes del Gobierno argentino consultadas ayer por Clarín indicaron que una de las dificultades era efectivamente la superposición de propuestas y la escasez de tiempo para elaborar un documento conjunto. Sumaron el hecho de que, a juicio de la Argentina, las dos empresas aún no paralizaron totalmente las obras en sus plantas de Fray Bentos.
Ayer, la española ENCE anunció que dispuso suspender las obras en su planta por 90 días y trasladar a sus operarios a otros emprendimientos de la empresa en territorio uruguayo (ver ENCE…). La decisión siguió a igual determinación de la finlandesa Botnia, el domingo último.
Previamente, los asambleístas de Colón y Gualeguyachú habían resuelto levantar los cortes de los puentes que comunican con el Uruguay.
Ambas cosas —la paralización de las obras y el levantamiento de los piquetes— habían sido puestas como condiciones de los presidentes para avanzar en la negociación. A partir de ahora, esas condiciones empezarán a actuar como objeto de presión sobre los dos gobiernos.
Según lo acordado el lunes en un encuentro entre el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el secretario general de la presidencia uruguaya, Gonzalo Fernández, en el transcurso de los 90 días de paralización de obras una comisión binacional realizará un estudio de impacto ambiental con altura académica, irrefutable, en el que trabajará personal propuesto por las dos naciones.
El funcionamiento de la comisión debía recaer en dos personas, que en el caso de la Argentina debían ser propuestas por la Cancillería. Fernández recibió ayer a la tarde al canciller Jorge Taiana, recién llegado de Nueva York, para ultimar detalles de la cumbre. La noticia de la suspensión del encuentro se conoció a poco de terminada la reunión en la Jefatura de Gabinete. No deberían descartarse diferencias incluso en la composición de la comisión binacional.
Había algo de simbólico en que la reunión Kirchner-Vázquez se realizara en la estancia Anchorena, un parque ecológico bellísimo, con densas arboledas, cuyas hectáreas fueron legadas a Uruguay por el millonario argentino Aarón de Anchorena en los 60. Por allí han pasado, en distintas ocasiones donde se avanzó en la consolidación de la relación, Raúl Alfonsín, Carlos Menem, Fernando de la Rúa, Eduardo Duhalde e incluso Kirchner.
Allí mismo Alfonsín y los ex presidentes Julio María Sanguinetti y el brasileño José Sarney imaginaron la conformación del Mercosur en los 80. Con el tropiezo de ayer, habrá que ver si Kirchner y Tabaré estarán a la altura de cosas como ésa.
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