SIN CITY Y LA ESTÉTICA DE LA VIOLENCIA POP
“Nadie de ustedes sabe lo que es el infierno. El infierno es despertarse cada maldita mañana sin saber siquiera por qué estás ahí, por qué estás respirando”. Marv en The Hard Goodbye – Sin City – 1991.
EL “STORYBOARD”
Sin City, que su traducción significa literalmente “ciudad del pecado” es una novela gráfica (a pesar de que a muchos no les guste este término) norteamericana, aparecida por primera vez en el año 1991 y creada por Frank Miller, considerado un autor de culto por revolucionar el mundo del cómic. Para tomar como válida esta última afirmación se puede decir a favor de él varias cosas: retomó el género del policial negro que estaba prácticamente desaparecido del mercado. Se arriesgó a realizar sus dibujos en blanco y negro yendo en contra de la tendencia habitual de las historias gráficas de tirada masiva. Además inventó como técnica de narrativa visual la viñeta a toda página, que deslumbra por su belleza y composición estética y resalta las escenas más impactantes, dándole un ritmo diferente a la historia.
Sin dudas Miller jugó su carta más importante en los argumentos. Sin City es el título global de varias historias que transcurren en un mismo espacio geográfico: Basin City. Una ciudad donde la violencia es natural, la corrupción policial es norma, los límites morales no son conocidos por nadie, y si alguien los conoce no los obedece. Una ciudad habitada por matones, asesinos, prostitutas, policías, mafiosos y toda clase de perdedores que se mezclan entre sí y se pierden en el alcohol, el sexo y su destino es casi siempre la muerte. Estos personajes se entrecruzan en la mayoría de las tramas dando un sentido de unidad a la cada una de ellas. Y ésta es su jugada más importante, porque Miller hace éste cómic en el contexto de un país cada vez más puritano como Estados Unidos, donde la censura es moneda corriente y él ya había sido víctima de ella.
Frank Miller explica en una de las pocas entrevistas que existen de él: “Mi perspectiva es esencialmente romántica. Se llama Sin City porque básicamente trata sobre la moralidad. O sea, gente siendo puesta a prueba por un entorno corrupto. Eso tiene que ver con lo que soy y con la clase de historias que me gustan”. Conociendo alguno de los nombres que titulan a cada una de estas historias que le gustan a Frank, podemos entender más de qué se trata: Una Dura Despedida, Moriría por Ella, La Gran Masacre, Ese Maldito Bastardo, La Novia Vestía de Rojo, Ida y Vuelta al Infierno, y varios nombres más que seguramente despiertan la curiosidad de todos aquellos amantes del género negro. Muchos de estos títulos comenzaron a editarse este año en la Argentina por la editorial Gárgola, de excelente calidad de impresión y con una traducción que utiliza terminologías propia de nuestro país, lo que resulta mucho más agradable al lector de cómics acostumbrado a leer traducciones españolas.
IMAGEN EN MOVIMIENTO
En el mes de agosto muchos se enteraron de la existencia de la “ciudad del pecado” porque apareció en las carteleras de los cines de todo el mundo. Esto tiene una historia que merece algunas líneas. La idea de llevar a la pantalla grande a Sin City fue del director Robert Rodríguez, creador de películas que no tienen mucho que ver con el mundo del cómic como El Mariachi o Spy Kids. Quizás también muchos lo conozcan por ser el autor de gran parte de la música de Kill Bill, la película de Quentin Tarantino, quien también formó parte del rodaje de Sin City como director invitado.
Quienes hayan tenido la oportunidad de ver la película y de leer alguno de los cómics, se habrán dado cuenta de algo original. Es la primera vez en la historia del cine que se traslada una obra de un formato a otro con tanta exactitud y perfección. Lo que no significa que nos asegure un buen resultado. La película de Rodríguez es la adaptación de tres las historias de Sin City. La primera es justamente la que da nacimiento a este cómic: The Hard Goodbye (Una Dura Despedida). La segunda es The Big Fat Kill (La Gran Masacre)y la última “That Yellow Bastard” (Ese Maldito Bastardo).
El elenco fue compuesto por un gran número de actores consagrados por Hollywood y algunos resucitados, para bien, como Mickey Rourke (Marv). Alguno de los demás son: Bruce Willis (Hartigan), Clive Owen (Dwight), Benicio Del Toro (Jackie Boy), Jessica Alba (Nancy), Brittany Murphy (Shellie), Elijah Wood (Kevin), Michael Madsen (Bob), y la lista continúa.
Robert Rodríguez quiso trasladar de la forma más literal posible la obra de Miller. Él mismo dice que fue una traslación y no una adaptación. Para los que conocen algo de cine saben que antes de filmar un guión éste es dibujado en lo que se denomina storyboards. Que es una serie numerosa de dibujos que describen cada escena, encuadre, ubicación de los personajes, y así secuencia por secuencia. Lo que Rodríguez hizo con Sin City fue utilizar el cómic como storyboards. Y gracias a la tecnología digital actual pudo lograr una similitud increíble y jamás vista entre una obra y otra. Por esto el director no aparece en los créditos del guión, porque el guión es tal cual cada historia.
El que si aparece en los créditos como co-director es justamente Frank Miller. Rodríguez estaba convencido de que la única manera de garantizar que la película sea perfecta era que el creador de este mundo gráfico sea el director de su traslado al mundo audiovisual. Esta decisión le costó a Rodríguez tener que desafiliarse de la Asociación de Directores de América, el sindicato que tiene como norma básica que sólo haya un director por película. Y esta decisión también le costó perder la posibilidad de filmar varias películas de los estudios hollywoodenses.
Dos de las tantas curiosidades que tiene esta película son: la escena inicial, protagonizada por Josh Harnett, fue lo que utilizó Rodriguez para convencer a Frank Miller de llevar su obra a la pantalla grande. La filmó con ese propósito y se rodó en pocas horas. Si Miller no aceptaba Rodríguez se la iba a obsequiar como un corto para mostrárselo a sus amigos. Pero quedó maravillado y lo convenció de inmediato. Muchos actores también decidieron participar en el proyecto al ver la misma escena inicial de la película.
La segunda curiosidad es que la secuencia entre Clive Owen y Benicio del Toro, que transcurre dentro de un auto, fue filmada por Quentin Tarantino. Sin dudas puede verse que hay algo diferente en ella al resto del film. Dicen que por este trabajo Rodríguez le pagó a Tarantino un dólar y que fue lo mismo que recibió él por componer parte de la música de Kill Bill.
La película Sin City significa el nacimiento de un nuevo género en la industria cinematográfica, y quizás, a partir de ella, cambie la forma de adaptar los cómics en el futuro. Sin embargo, este experimento no fue del todo bien recibido por la crítica. Los ritmos gráficos de un cómic no son iguales a los del cine. En varios pasajes de la película la voz en off puede llegar a cansar y hasta aburrir. Y la crítica más conceptual que surgió por esta obra fue porque naturaliza a la violencia como forma de resolver los conflictos. Por tomar al sexo y a las mujeres como una mercancía y porque el amor sólo aparece como idea movilizadora para la concreción de una venganza y ésta como única solución para calmar la ira.
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