Trump carga contra las mujeres y opaca su agenda
Quiso mostrarse “presidenciable” y presentar una agenda para los supuestos “primeros 100 días de gobierno”. Pero el aspirante republicano, Donald Trump, tropezó consigo mismo y terminó opacando su propuesta al lanzar, primero, una amenaza contra “esas mentirosas” que lo acusan de abuso sexual, al tiempo que prometió arrasar con la “cloaca” que, a su juicio, ahora es el gobierno nacional.
El temperamento volvió a imponerse sobre el intento de disciplina y, antes de hablar de su agenda, Trump volvió a cargar contra Hillary Clinton -la “corrupta” adversaria demócrata, según definió- e insistir en que para ella no hay más sitio que la cárcel.
Hasta su propia agenda pareció desdibujarse un poco cuando insistió en que habrá un muro para impedir que lleguen al país inmigrantes desde el vecino México. Afirmó que lo construirá Estados Unidos, y que luego “México reembolsará el dinero”.
Eso, y retroceder en chancletas, es más o menos lo mismo. Trump viene diciendo hace tiempo que habrá muro y que lo pagará México. Ahora parece que, si él llega a la Casa Blanca, será Washington el que preste el dinero. Y luego veremos.
Fue un día para el asombro. La campaña republicana había logrado generar expectativa al sorprender con el anuncio de una agenda de gestión por parte del candidato. También, sobre el sitio elegido para hacerlo. Gettysburg, en Pensilvanvia, resuena en la conciencia colectiva como el sitio donde, en plena Guerra Civil, Abraham Lincoln pronunció su más celebre discurso -con la idea de un gobierno “del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”-, con un fuerte llamado a la unidad y a la grandeza. Fue el más corto y el más eficaz de su vida.
No pareció ser el caso del republicano. De los 45 minutos en que expuso, Trump dedicó los primeros 15 a disparar contra todos sus enemigos, y los “enemigos de la voz del pueblo norteamericano”, como le gusta decir.
En primera línea situó a las mujeres que lo acusan de abuso sexual. Las calificó como unas mentirosas, “pagadas” por la campaña demócrata, y anunció que, cuando termine la carrera electoral, las demandará judicialmente.
El gesto se interpretó como una clara amenaza contra cualquier otro que pretenda decir algo en su contra. “Cada una de ellas mintió para dañar mi carrera y para silenciarme. Dijeron cosas que nunca ocurrieron. Jamás”, afirmó.
Luego de la aparición de un video donde Trump se expresa como un abusador sexual, una decena de mujeres señaló haber padecido esos avances del magnate. Ninguna de ellas lo llevó a los tribunales.
“Fue probablemente el Comité Nacional Demócrata y la campaña de Hillary quienes presentaron a estas mujeres con sus historias inventadas. Lo sabremos luego, cuando haya juicio”, dijo.
El segundo desliz llegó cuando, por fin, entró en agenda. Un programa destinado a desmontar, sobre todo, la gestión del presidente Barack Obama y de su predecesor demócrata, Bill Clinton. Señaló en esa línea que su intención es “renegociar” el Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte (Nafta), firmado con México por este último. “Un verdadero desastre. Ellos se quedaron con los puestos de trabajo y nosotros con la droga y los criminales”, dijo.
También, que Estados Unidos se retirará del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TTP), que fue negociado en buena parte en secreto durante la gestión de Hillary como secretaria de Estado.
Entre los datos más curiosos figuró lo del reembolso del dinero para construir el muro separador con México que pretende Trump. Sobre todo, porque el presidente Enrique Peña Nieto dijo que su país no pondrá un centavo para eso.
Trump volvió a la carga. “No se preocupen -dijo a sus seguidores-. Nosotros ponemos el dinero y luego México nos lo devuelve.” Puestos a aplaudir, le aplaudieron hasta eso.
Tuvo frases ingeniosas. Entre ellas, presentó su propuesta como “una de esas posibilidades de cambio que sólo llegan una vez en la vida”. Algo así como el último tren antes del desastre y que, en realidad, su adversaria no compite contra él, sino “contra la idea de ese cambio”.
Prometió congelar el empleo público, acotar las posibilidades de reelección de legisladores e impedir que los ex funcionarios se conviertan en lobbistas. “El gobierno federal es una cloaca y vamos a limpiarlo”, prometió. Una sentencia muchas veces escuchada en este país y que suena dulce en los oídos de que quienes pagan impuestos y tienen cada vez menos.
Se acorta la diferencia
44%
Respaldo para Hillary
La demócrata sigue al frente, pero Trump recortó la ventaja, según un sondeo de Reuters publicado ayer
40%
Apoyo para Trump
Las denuncias de acoso sexual no afectaron la intención de voto a su favor
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