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Un artefacto metálico cayó del cielo y aterrizó en Chaco
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Un cilindro de 1,70 metros, hecho de fibra de carbono y con número de serie, movilizó a expertos y sembró la duda: ¿artefacto terrestre extraviado o vestigio de otro mundo?
El cielo argentino, cuna de mitos y avistamientos, acaba de escribir un nuevo y tangible capítulo en el libro de lo insólito.
La tarde del miércoles 25 de septiembre de 2025, la tranquilidad de un campo privado en Puerto Tirol, Chaco, se vio interrumpida por un estruendo y la posterior aparición de un objeto metálico de considerables dimensiones caído del cielo.
El hallazgo, ocurrido cerca de las 18.30, desató un operativo que puso en guardia a la policía, bomberos y, sobre todo, a los entusiastas de la ufología y la astronomía.
¿Qué encontró el personal movilizado al exCampo Rossi? Un imponente cilindro de aproximadamente 1,70 metros de largo y 1,20 de diámetro.
La composición del objeto añade aún más intriga: no se trata de chatarra común, sino de un artefacto fabricado en fibra de carbono, material ampliamente utilizado en la industria aeroespacial por su resistencia y ligereza.
La estructura presentaba una perforación de 40 centímetros en uno de sus extremos y un sofisticado sistema de válvulas en el opuesto.
Como si fuera un sello de identidad cósmico, portaba una inscripción con un número de serie.
La presencia de este objeto, que parecía haber sobrevivido a un reingreso atmosférico, obligó a la intervención de la Sección Explosivos.
Su primera y crucial conclusión fue tranquilizadora: el cilindro no contenía material combustible ni presentaba riesgos visibles.
A pesar de la ausencia de peligro inmediato, las autoridades optaron por mantener un perímetro de seguridad de 30 metros mientras se determina su procedencia.
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La sombra de la basura espacial
Si bien la mente vuela inevitablemente hacia escenarios de origen extraterrestre, la explicación más plausible en términos de astronomía y ufología es la "basura espacial" o "escombros orbitales".
Por sus características (cilíndrico, fibra de carbono, válvulas y número de serie), las autoridades manejan la hipótesis de que "sería un artefacto vinculado a la industria espacial".
Cada año, fragmentos de cohetes, satélites obsoletos o módulos de estaciones espaciales que se desintegran al reingresar a la atmósfera terrestre caen en diferentes puntos del planeta, y este podría ser uno de ellos.
Sin embargo, para la comunidad que sigue los mitos y los fenómenos aéreos no identificados, un objeto de este tamaño y con un sistema de válvulas funcional encontrado intacto en un campo siempre será un enigma abierto.
¿A qué misión pertenecía? ¿Por qué reingresó de esta manera? Y la pregunta que siempre resuena bajo el cielo de Chaco: ¿es solo un desecho de la tecnología humana, o es un mudo testigo de un misterio orbital mucho mayor?
Las investigaciones continúan para ponerle nombre y origen a este inusual visitante caído en el corazón del Norte Grande argentino.