Una simple droga salvaría miles de vidas
Cuando una persona llega a la guardia de un hospital con una hemorragia grave por un traumatismo, una intervención muy simple podría salvarle la vida: una inyección que no cuesta más de 7 pesos.
El fármaco, llamado ácido tranexámico (ATX), es un genérico que favorece la coagulación, por lo que disminuye la pérdida de sangre y la necesidad de transfusión. Según lo demuestra un estudio hecho en 40 países, reduce 15% la mortalidad por hemorragias cuando se usa en las primeras ocho horas de haber sufrido una lesión violenta, como en un accidente o por una herida de bala o de arma blanca.
"Puede parecer un porcentaje pequeño, pero su impacto en la salud pública es enorme. Podría salvar por lo menos a 100.000 personas" por año en el mundo, dijo desde Londres el doctor Pablo Perel, coordinador para América latina y el Caribe del estudio Crash-2, el primer megaensayo clínico internacional que identifica una intervención costo-efectiva y accesible para reducir la mortalidad por traumatismos graves en la mayoría de los países.
El equipo, dirigido desde la Unidad de Ensayos Clínicos de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres por el doctor Ian Roberts, publica hoy los resultados en la revista The Lancet .
El Crash-2 incluyó a 20.000 pacientes mayores de 16 años atendidos por un traumatismo grave en 274 hospitales de 40 países, incluidos siete centros argentinos, coordinados por la doctora Zulma Ortiz, investigadora del Instituto de Investigaciones Epidemiológicas de la Academia Nacional de Medicina. La investigación fue financiada por el gobierno británico y la Organización Mundial de la Salud (OMS). "Es un ejemplo de cómo la investigación nos puede ayudar a salvar más vidas y dar a conocer mejores prácticas clínicas al mundo", dijo ayer el ministro de Salud inglés, Earl Howe.
El ATX no es una droga nueva.Se usa desde hace años para reducir el sangrado en cirugías mayores, como las cardíacas. Cada gramo del fármaco cuesta unos 6,42 pesos (una ampolla de 5 ml cuesta 32,11 pesos). En el estudio, los investigadores utilizaron una inyección con una dosis de 1 gramo dentro de los 10 minutos de la llegada de los pacientes al hospital, más una segunda dosis de 1 gramo administrada por goteo durante las siguientes 8 horas.
El seguimiento durante los cuatro meses después del traumatismo reveló que la intervención había logrado reducir un 10% de la mortalidad por causas generales y un 15% de la mortalidad por hemorragia, a diferencia del grupo que había recibido el tratamiento de emergencia tradicional, pero sin la inyección del ATX.
"La gran cantidad de pacientes tratados en hospitales de todo el mundo significa que podemos estar seguros de que el uso rápido del ATX en cualquier tipo de servicio de salud beneficiará a los pacientes que sufrieron un traumatismo grave. Creemos que esta droga debería ser considerada para integrar la lista de medicamentos esenciales", indicó Roberts, jefe de la Unidad de Ensayos Clínicos de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.
Los pacientes habían sufrido un traumatismo grave en el tránsito; durante un hecho violento, como un asalto o una pelea con armas de fuego o cuchillos, o una caída desde gran altura. Podían estar teniendo una pérdida grave de sangre (con presión sistólica -valor máximo- por debajo de 90 mmHg y/o frecuencia cardíaca por encima de los 110 por minuto), o en riesgo de sufrir una hemorragia y necesitar una transfusión dentro de las ocho horas de haber sufrido la lesión.
"Cada año, en el mundo, 600.000 personas con lesiones mueren por sangrado -señaló Roberts a través de un comunicado de prensa universitario-. Y hay que recordar que la mortalidad por lesiones está aumentando en todo el mundo y que habitualmente se trata de personas jóvenes, en edad productiva. El efecto en la familia es devastador."
Según el doctor Etienne Krug, director de Prevención de la Violencia y las Lesiones de la OMS, las lesiones traumáticas causan más de 5 millones de muertes anuales y millones de casos de discapacidad permanente. "La prevención es clave -indicó-. Este fármaco es económico y podría administrarse en todos los hospitales del mundo. Es fundamental que los médicos tomen en cuenta estos resultados en el manejo de estas emergencias."
Pero una de las principales preocupaciones del uso del ATX, como del resto de los antifibrinolíticos (fármacos que impiden que los coágulos sanguíneos se rompan), es el aumento del riesgo de que aparezcan coágulos indeseados que obstruyan la circulación en algún vaso del cerebro (accidente cerebrovascular) o en los pulmones (embolia pulmonar).
Y los resultados tranquilizaron a los investigadores. "La intervención demostró un perfil de seguridad del fármaco porque no aumentaron los infartos, los ACV, las embolias pulmonares ni las trombosis venosas profundas", explicó por vía telefónica Perel, investigador de la unidad que dirige Roberts y coeditor del Grupo Cochrane de Lesiones, revisor de los ensayos clínicos publicados.
"Esta intervención puede ser muy útil en América latina, donde el trauma es una epidemia", agregó.
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