Copa Sudamericano
Unión perdió 2 a 1 ante Palestino y complica su clasificación

Con gol de Lucas Gamba, el Tate vencía 1-0 al conjunto chileno en el 15 de Abril, pero tras una serie de centros en el área tatengue, el ex-Unión encontró la pelota y no perdonó a Cardozo.
“Que se vayan todos…”, fue el grito que exteriorizó el hincha luego de la derrota, en un partido en el que Unión encontró el gol que merecía, pero luego se replegó y permitió que Palestino se lo diera vuelta con los dos tantos de Junior Marabel.
No hay peor cuña que la del mismo palo, dice el dicho. Si bien Junior Marabel no es un producto genuino de Unión, su pase le pertenece. Y dos veces debió pedir perdón porque se convirtió en el verdugo al convertir los dos goles con los que Palestino dio vuelta la historia. Unión lo ganaba bien, con merecimientos, pero de a poco se fue metiendo atrás (o lo metieron) para defender la ventaja y allí apareció otro de los problemas que tiene este equipo, además de la falta de gol, que es la endeblez defensiva que lo ha llevado a sufrir goles de manera permanente.
Los viejos vicios e insolubles déficits se confabularon para que Unión, aún haciendo el gasto del partido, no pudiera marcar un gol que le trajera un poco de tranquilidad en el primer tiempo. Para colmo, Madelón debió utilizar dos ventanas por las sucesivas lesiones de Bruno Pittón y Mauricio Martínez. Arriesgó colocando a Del Blanco por el primero y metió a Rafael Profini por Martínez. El dominio no se vio reflejado en el marcador, sobre todo, por la falta de profundidad en los últimos metros de la cancha. Y cuando la tuvo, se encontró con la respuesta impecable de un Sebastián Pérez que tuvo una doble tapada notable en la jugada más clara de gol que tuvo Unión (primero cabezazo de Fascendini y luego el remate de Estigarribia), en un primer tiempo sin muchas situaciones de peligro.
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El partido se presentó de la manera lógica y previsible. Unión asumió la iniciativa desde el arranque mismo, pero no fue lo suficientemente peligroso. Mauricio Martínez se volcó por el costado izquierdo, jugando más en el campo de Palestino que en el propio y tratando de acaparar el manejo de la pelota. Alternó buenas y malas, pero su salida se sintió. Y en esto no tiene nada que ver el ingreso de Profini, porque le puso ganas, movilidad y acompañó en todas las jugadas de ataque, a veces hasta picando a las espaldas de los defensores como si fuese un delantero, tratando de capitalizar el factor sorpresa. Pero la pérdida de ese argumento de juego, que era Mauricio Martínez, hizo que Unión terminase muy repetido en el final de las jugadas, con muchos centros que casi siempre se convirtieron en pelotas perdidas.
A todo esto, Palestino dio ventajas defensivas. Hubo contragolpes en los que apareció mal escalonado en el fondo. Inclusive, cuando tímidamente se animó a poner gente en el campo local, el contragolpe evidenció problemas en el retroceso que Unión no terminó de aprovechar. Como esa jugada en el arranque del partido, cuando eran 3 contra 1 y no la terminaron bien.
Tratando de encontrar un “salvador del gol”, Madelón le dio todo un tiempo a Diego Díaz y fue el cambio que hizo en el comienzo del segundo tiempo, por un Estigarribia que a pesar de su voluntad, ha perdido totalmente la confianza para hacer lo esencial de un delantero: convertir goles.
Y a los 4 minutos, en una muy buena jugada de pelota quieta donde jugaron a la distracción, llegó el centro de Palacios que Gamba (¡cuándo no!) metió de cabeza en el primer palo para clavar la pelota en el ángulo, dejando sin chances a Pérez en un momento propicio del partido, porque fue en el mismo arranque del segundo tiempo, para darle tranquilidad a Unión.
Antes, hubo una jugada muy clara en la que el defensor Suárez le dio el pase al arquero, luego de un centro desde la derecha, en una maniobra en la que el árbitro debió cobrar la infracción a favor de Unión adentro del área porque fue muy evidente la intención del defensor de asegurar la pelota con un pase al arquero.
La ventaja era merecida por esa mayor ambición de Unión ante un equipo que jugó a esperar y que apenas inquietó con un buen remate desde afuera del área de Ariel Martínez y punto. Muy poco de Marabel, por ejemplo, el hombre-gol que llegó a Santa Fe a jugar contra el club que todavía tiene la propiedad de su pase, como la carta ofensiva más importante y preocupante. Y fue, en la parte final, el “verdugo”.
Madelón aprovechó la última ventana para hacer los dos cambios que le faltaban. Domina reemplazó a Gamba (muy aplaudido), mientras que Corvalán lo hizo por un Fragapane que casi no gravitó, pasando Del Blanco a la posición de volante y quedando el capitán (fue Mauricio Martínez en el arranque, luego Gamba y éste le entregó la cinta al capitán natural del equipo) que pasó a marcar el lateral izquierdo.
El partido se había emparejado y Palestino se animó a hacer lo que no había hecho en el resto del partido: atacar. Unión se paró de contra y tuvo algunos problemas cuando el juego se inclinó por izquierda, cuando Bovaglio puso a Parra para que juegue en el mano a mano con Vargas para evitar que el marcador tatengue se proyecte al ataque.
La óptica del partido se modificó. El que esperaba pasó a jugar más adelantado y el que hacía el gasto, se paró de contragolpe, tratando de no ofrecer espacios y posibilidades al rival para que se le complique el partido que apenas ganaba por la mínima diferencia, aunque en el trámite había tenido más tiempo e intensidad de dominio.
Ya con Junior Arias en la cancha, Palestino tuvo una chance clara: centro desde la derecha y cabezazo del recién ingresado que Thiago Cardozo desvió en forma espectacular, abajo y junto al palo izquierdo.
Iban 39 minutos cuando un remate pegó en Fascendini, carambola que capitalizó Marabel desde inmejorable posición para “ajusticiar” a Thiago Cardozo, que nada pudo hacer.
Se veía venir que Unión no tenía la suficiente solidez para defender esa mínima ventaja. Cada vez atacaba menos y Palestino complicaba más. Hasta que otra vez Marabel, sobre el cierre del partido, aprovechó un desborde por derecha para anticiparse a los defensores y colocar el 2 a 1 lapidario para Unión.
Los silbidos no se hicieron esperar en el final del partido. Unión mostró ambición hasta el gol, pero luego se dejó “prepear” el partido y sufrió a un Junior Marabel que se guardó todos los goles para convertírselos a Unión y ser el verdugo. “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo”, fue el grito final para un equipo que se fue reprobado por su gente.