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Di María volvió a Central y fue ovacionado en un reencuentro cargado de emoción

El campeón del mundo en Qatar 2022 regresó al fútbol argentino y fue recibido entre aplausos, lágrimas y euforia.
Este sábado, Rosario vivió una tarde que quedará marcada en la memoria colectiva del fútbol argentino. En un Gigante de Arroyito colmado, Ángel Di María volvió a ponerse la camiseta de Rosario Central y protagonizó uno de los regresos más emotivos que recuerde el fútbol nacional.
La escena fue impactante. Cuando el “Fideo” asomó desde el túnel hacia el campo de juego, el estadio explotó en una ovación ensordecedora. Cada una de las tribunas coreó su nombre mientras él, con los brazos abiertos, devolvía el saludo a su gente. En el trayecto hacia el círculo central, la emoción lo desbordó: las lágrimas le brotaron en pleno campo, con la camiseta auriazul en el pecho.
A sus 37 años y con una carrera repleta de títulos, Di María eligió cerrar su trayectoria donde todo comenzó. Campeón olímpico en Beijing 2008, ganador de la Champions League con el Real Madrid, multicampeón en Europa y campeón del mundo con la Selección Argentina en Qatar 2022, Di María decidió volver al club de sus amores cuando aún tenía ofertas del exterior.
Una decisión con el corazón
Su regreso fue inesperado. El propio jugador lo había insinuado meses atrás, pero pocos imaginaban que el regreso podía concretarse en 2025. Sin embargo, el deseo de volver a pisar el Gigante como jugador de Central terminó pesando más que cualquier propuesta económica o deportiva.
“Volví para cumplir una promesa. Le debía esto a mi viejo, a mi familia y a toda la gente de Central que siempre me esperó”, dijo días atrás en una entrevista televisiva, reforzando el sentido afectivo de su decisión.
Este sábado, en la previa del duelo entre Rosario Central y Godoy Cruz por la primera fecha del Torneo Clausura 2025, Di María vivió un recibimiento apoteósico. Las redes sociales se llenaron de imágenes, videos y mensajes emocionados. Incluso futbolistas y excompañeros del exterior saludaron su retorno con mensajes de admiración.
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El impacto en la hinchada y el club
El regreso de Ángel no solo genera ilusión deportiva, sino también un movimiento emocional y simbólico profundo para Rosario Central. La camiseta número 11, que volvió a vestir tras más de 15 años, se agotó en las tiendas oficiales y las entradas para el partido ante Godoy Cruz se vendieron en tiempo récord.
La dirigencia del club preparó una ceremonia sencilla pero cargada de emoción. Sin shows ni grandes producciones: solo Di María, su gente y un estadio que rugió con fuerza. En la pantalla gigante se proyectaron imágenes de sus comienzos en inferiores, sus goles con la selección y el ya mítico zurdazo en la final olímpica de 2008.
El partido, un detalle más en una tarde histórica
El desarrollo del encuentro fue casi anecdótico frente al acontecimiento que lo rodeó. Di María fue titular y completó los primeros 45 minutos, mostrando pinceladas de su clase intacta. El resultado del partido quedó en segundo plano: lo verdaderamente trascendente fue el reencuentro del ídolo con su gente, con esa mezcla única de gratitud, orgullo y emoción genuina que sólo el fútbol puede generar.
El Gigante de Arroyito vivió una fiesta que no se olvidará fácilmente. Y si bien el fútbol siempre da revancha, hay regresos que son más que un partido: son un acto de amor.